Investigación

RODOLFO: Un expediente muerto

– Fiscales y peritos que llevaron durante meses la investigación, admiten que es un caso difícil de resolver porque a pesar de toda la colaboración de los declarantes, no hay un testigo, ni un sospechoso. Cuando Marisela Morales llegó a la PGR, el expediente extrañamente se manoseó y se extravió en los archivos de la Procuraduría.

Por Francisco Cuéllar Cardona

Segunda y última parte 

Para funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) que durante más de dos años armaron el expediente y llevaron la investigación del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, «fue frustrante tener todo, recursos, apoyos, colaboraciones, testimonios: Todo y no tener un culpable, ni un presunto sospechoso».

Así recuerdan su arribo a Tamaulipas, aquel 28 de junio del 2010.

«Llegamos 2 horas después del asesinato al lugar de los hechos. Los cuerpos ya habían sido levantados y los heridos también. Un escolta tenía 7 balazos en la espalda y sobrevivió. Fue tal vez, el único que aportó mas evidencias, pero no sirvieron de mucho», detalla uno de los fiscales.

Rodolfo…¿Quien lo mató?

Dicen que solo apoyaron en la recolección de las evidencias para no contaminar el proceso que ya estaba llevando la Procuraduría del Estado, quienes a través del subprocurador Hernán De la Garza se disculpó por haber levantado los cuerpos antes de tiempo porque la temperatura superaba los 34 grados y era riesgoso mantenerlos sobre el pavimento en esas condiciones.

El primer gran problema al que se enfrentaron, explican, es que el huracán Alex, empezó a sentirse la tarde noche del miércoles 30 de junio: «Y lavó y borró» todas la evidencias en la escena del crimen.

El segundo problema, fue que no hubo testigos que nos dijeran algo: «Nadie estuvo cerca. Nadie vio nada».

Sólo se sabía que los homicidas habían utilizado 2 armas cortas y 7 armas largas. Había tres cámaras que pudieron haber registrado los hechos: Una del C-4 que estaba a 300 metros de distancia del lugar, otra, de una gasera ubicada a 250 metros y la del Parque Científico con un alcance mínimo que sirve solo para registrar la entrada y salida del personal y los alumnos. En ninguna de las grabaciones se alcanza a ver el momento del ataque, «se ven los vehículos cuando pasan, pero no se ven placas, ni los tripulantes; menos cuando se comete el crímen».

«Fue muy frustrante…muy frustrante. Teníamos un asesinato, sabíamos cómo y  dónde había sido, pero no sabíamos, hasta la fecha, el paradero de los responsables».

Tras horas de análisis, concluyeron que el atentado fue hecho por profesionales:

«Les cerraron el paso, los rodearon; hicieron una especie de media luna sobre la carretera, los bajaron a todos y los ejecutaron. Fue un trabajo perfecto, hecho en segundos. Ningún improvisado hace esto. Hicieron los disparos necesarios: No gastaron tiros de más».

Solo se aseguró un vehículo: Una suburban verde y fue la policía de Guémez quien la encontró en una brecha. Cuando se llegó al lugar para revisarla, la policía y los militares estaban adentro de ella; habían contaminado las evidencias.

-¿Fue deliberado el hecho?.

-«No. Fue ignorancia. Querían encontrar algo, pero ya no había huellas de nada», dice otro funcionario de la PGR que participó en el levantamiento de la información.

En 24 horas, la PGR, se hizo cargo por completo del caso y la investigación. Una llamada del Procurador Arturo Chávez Chávez bastó para que así fuera. Antes, Felipe Calderón ya había dado la orden de atraer el caso.

Admiten los peritos que fue tanta le impotencia de no dar con los responsables, que hasta abrieron una línea de investigación para saber si pudo haber sido un homicidio pasional. A ese extremo se llegó.

Se citaron a declarar a más de 300 personas. Algunas de ellas, en más de dos ocasiones. A los contendientes de Rodolfo, a los presidentes de los partidos estatales rivales, a todo el personal de la campaña.

Durante la declaración, el Gobernador Eugenio Hernández, no pudo contener las lágrimas, por las preguntas que se le hicieron. Al final, fue él quien más insistió en exigir justicia. Aún después que dejó el gobierno presionó para que la investigación no se detuviera, asegura uno de los fiscales.

El Coordinador de la campaña Manuel Muñoz, acudió molesto porque las investigaciones no avanzaban. El encuentro de Beba, la esposa de Rodolfo con el fiscal, «fue dramático», así lo describen. Aunque siempre se mantuvo firme, soportó preguntas duras en medio de su dolor: ¿Tuvo problemas con él?, ¿Alguna vez le fue infiel?. Sorprendió su fortaleza en medio de su pena.

A Alejandro Martínez, El Bolillo, fue difícil declararlo. Cuando aceptó hacerlo, puso la condición de que fuera en Estados Unidos, «se le declaró dos veces: estaba destruido. Nadie me lo dijo, pero le habían matado a su papá, no a su jefe, no a su candidato; le habían matado al papá. Esa era la naturaleza de la relación con Rodolfo», narra el funcionario.

Un dirigente del PRD, así respondió cuando lo llamaron ante el Fiscal:

-«Rodolfo era un caballero, era un tipo íntegro. No comprendo quien le hubiera querido hacer daño».

Para la Fiscalía, el más renuente a declarar fue Egidio Torre. Fue muy difícil de acceder a él. Tenía muchos temores. Pasaba el tiempo y no sabía de quien cuidarse. De hecho, lo primero que preguntó cuando estuvo ante el Fiscal, fue:

«Licenciado, dígame una cosa…¿Quien mató a Rodolfo?. Necesito saber de quien cuidarme».

La última vez que estuvo ante el Procurador Murillo Karam, Egidio expuso sus dudas sobre la investigación, «Son muy lentos, no han llegado a ningún lado». De entonces no volvió más a la Procuraduría.

El doctor Egidio, en su turno, fue suplicante:

«Investíguenle por todos lados, quiero saber quien mató a mi hijo. Investiguen a todos. Alguien tiene que haber sido».

Un jefe de plaza, del crimen organizado en Tamaulipas, después de su detención también desfiló ante la fiscalía para dar su testimonio sobre el caso.

«No tenía la menor idea de quien era, ni como era Rodolfo. Él mismo dijo que no había motivo para calentar la plaza de ninguna manera».

Ciudad Victoria no tenía tanta violencia, la plaza estaba en paz. Los enfrentamientos estaban en Matamoros, Reynosa y en Nuevo Laredo.

Pero el testimonio más conmovedor ante la Fiscalía fue el del escolta que sobrevivió a los 7 balazos en la espalda. Recuerda como lo jalaron, como lo tiraron al suelo y como le dispararon. Estima la PGR que los homicidas tardaron 20 segundos para la ejecución. Sabían que la camioneta del candidato no era blindada. La gente de campaña y todos sabían que no usaba blindada, solo cuando iba a la Ribereña. Además, Rodolfo siempre andaba con los vidrios abajo.

Su agenda era pública; todo mundo sabía donde iba estar y como se iba a ir; con observarlo unos pocos días, se dieron cuenta cuantos escoltas traía.

Una ocasión siendo candidato, Rodolfo tenía una reunión con su estructura de Victoria en el polyforum; era su gente de confianza, con la que había trabajado siempre, desde que fue director del DIF y líder del PRI municipal.

Afuera, en su casa, le avisaron que ya estaba la camioneta para llevarlo al evento.

-¿Y esa camioneta blindada?, preguntó cuando la vio.

-«La mandaron para que se mueva en ella», le explicaron.

-¡Regrésenla!. No se acuerdan cuando empezábamos en esto y llegábamos a la San Marcos hasta arriba en una camionetita toda jodida. Ahora que soy candidato a gobernador, ¿Cómo voy a llegar con una blindada con mi gente?». Así justificaba su negativa a usar la blindada.

Si hubiera traído una blindada no le hubiera pasado nada, y lo tendríamos con nosotros, lamentan hoy sus amigos.

Peritos y Fiscales aseguran que jamás tuvieron de parte de la PGR obstáculos en sus indagatorias y así lo recuerdan:

El Procurador Chávez Chávez, una vez los citó a su oficina y les dijo:

-«No se cual vaya a ser el resultado de esta investigación, no se si yo vaya a estar aquí todavía, pero mientras yo esté aquí, le vamos a dar hasta donde tope, caiga quien caiga».

Un momento de desesperación en el caso, fue cuando una Comisión de Diputados, en la que iba Baltazar Hinojosa, pidió informes sobre el estado que guardaba el expediente y se programó la reunión para el encuentro. Antes, un Subprocurador llamó al Fiscal y le dijo:

-Licenciado, arrégleme este caso. Son muchas las presiones. Le doy lo que quiera, la Delegación de la PGR donde usted quiera, el cargo que quiera, donde usted quiera y el sueldo que usted quiera, pero arréglelo».

La respuesta del Fiscal, se volvió pregunta.

-«Jefe, ¿Usted quiere que lo resuelva, o quiere que demos con los responsables?. Porque si quiere que lo resuelva, lo resuelvo en 20 minutos. Pero si usted quiere que conozcamos la verdad, déjeme trabajar».

El Subprocurador se acomodó sus lentes y dijo:

«Haga lo que tenga que hacer para dar con los responsables. Aquí no vamos a fabricar culpables».

Confiesa el funcionario que si el Subprocurador le hubiera ordenado resolverlo, en esos momentos, «le presento mi renuncia».

Con Marisela Morales, se torció todo…

Al mes de que llegó Marisela Morales a la PGR, el expediente de Rodolfo Torre, cambió de manos, y también de rumbo, la investigación. Se le hizo una auditoría al expediente. Durante tres semanas, seis Agentes del Ministerio Público, lo revisaron letra por letra. La única observación que cuestionaron fue «¿porque se hicieron inspecciones ministeriales, en lugar de ordenar investigaciones a la policía?. Después de eso, el expediente fue puesto en manos de un Fiscal sin experiencia. Pasaron cosas muy extrañas. Se notó de inmediato que había una intención de manosear el expediente.

En la Procuraduría, dicen los mismos funcionarios: Cuando quieres que un asunto no se resuelva: lo revuelcas, lo pasas de un lugar a otro, lo contaminas. Y eso fue lo que paso con el expediente de Rodolfo cuando llegó Marisela a la PGR; se hicieron cosas indebidas y sucias. Lo mas delicado, dicen quienes lo revisaron por última vez, tenía arrancadas varias fojas; estaba incompleto; lo alteraron.

El expediente de Rodolfo está como él, en punto muerto. Lo mandaron a la Ex SIEDO,  en Averiguaciones Previas, y hasta donde se sabe, la última vez se quedó en la oficina del Coordinador de Asesores de la Procuraduría.

A 8 años de distancia del crímen contra Rodolfo Torre, Enrique Blackmore y los tres escoltas, sigue impune. La PGR en septiembre del 2012, filtró que un grupo del crímen en Tamaulipas fue el autor del asesinato de Rodolfo Torre, pero los mismos peritos e investigadores de la Procuraduría, afirman que es una gran mentira, con esa versión intentaron darle otro rumbo al caso.

Uno de los fiscales de la PGR lo dice sin miedo, pero deja más dudas:

«Veo muy complicado que el caso de Rodolfo se aclare. Yo creo que tenemos que mirar hacia donde no hemos visto. Si un grupo de investigadores independientes valientes, tomaran el caso, darían fácilmente con el, o los culpables», asegura.

Y se lamenta:

-«Esto es algo que me va a perseguir siempre…¿Quien fue?, me gustaría saber ¿Quien fue el que mató a Rodolfo?.

Y admite tener miedo:

-«El que trabaje en PGR y no tenga miedo, está loco, es un psicópata; todo el tiempo estás trabajando con una institución que te cobija muy poco, sin herramientas legales, sin armas, literalmente hablando. Con un sueldo que no lo vale. Estás loco o mal de la cabeza. Aprendes a vivir con miedo, haces las cosas con miedo, es como el trabajo de periodista…»

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