Por Francisco Cuéllar Cardona
En junio de 2016, los vientos de cambio que enarboló Francisco García Cabeza de Vaca, despertaron la esperanza y la ilusión de los tamulipecos que creyeron en él y se volcaron en las urnas, poniendo fin a la dictadura priísta de más de 80 años. Ganaron 25 alcaldías, el control mayoritario del Congreso y la gubernatura del estado.
Hoy, dos años después, regresan a las urnas a tratar de aprobar el examen de «cambio y buen gobierno» que prometieron en campaña y en su toma de protesta.
García Cabeza de Vaca, ofreció hace 24 meses, «gobernar sin odios, ni rencores», «hacer un gobierno sin revanchismos», «poner fin a la impunidad», «recobrar la seguridad y tranquilidad en Tamaulipas», «crear una comisión de la verdad para investigar y sancionar los actos de corrupción en los gobiernos priístas», «la creación de un registro estatal de desaparecidos y un banco de ADN para hacer frente a la tragedia que sufren miles de familias».
En su primer spot de campaña, en medio de los surcos y levantando los puños de tierra, Cabeza de Vaca, movía las fibras de los votantes tamaulipecos, «esta tierra ha sufrido mucho, el campo esta estancando, la gente sigue viviendo mal». Luego, bajo un sombrero y en mezclilla, montado en un tractor primero y después en un fino caballo, sentenciaba, «yo estoy preparado para vivir los mejores años de nuestra tierra…¿y tu?, y aparecía su lema de campaña «vientos de cambio».
En otro spot, en una toma en close up, hablaba de la urgencia de dar seguridad a la inversión para generar empleos, «vamos a recuperar la libertad, pero sobre todo el orgullo de los tamaulipecos: soplan vientos de cambio», así prendía el ánimo de los votantes que estaban hartos de un priísmo que navegaba entre la impunidad y la corrupción.
La de Francisco Garcia Cabeza de Vaca, fue la mejor campaña en el 2016. El priista Baltazar Hinojosa jamás amarró a los grupos, distanciado del gobernador Egidio Torre, que también estaba reprobado en el ánimo del votante y había atizado el hartazgo social, fueron factores que se unieron para que de los 300 mil votos tradicionales que tenía el PAN en cada elección, se dispararon arriba de los 700 mil. Fueron casi 400 mil votos que se movieron a la causa azul; eran votos del PRI a los que supo llegar García Cabeza de Vaca, y que el PRI de Baltazar dejó sueltos desde que llegó y jamás hizo nada para ir por ellos.
La elección del 2016, la ganó el PAN y García Cabeza de Vaca, porque se conjugaron muchos factores en contra del PRI: malos gobiernos, corrupción, impunidad, malos candidatos tricolores, que fueron caldo de cultivo para explotar la ira y ésta se volcara en las urnas contra los gobiernos priístas. Eso fue, aunque en las filas del panismo, aseguran que se debió a su candidato a gobernador, a su exitosa campaña y a sus propuestas.
A la distancia de 2 años de aquel histórico triunfo azul, la pregunta que se están haciendo todos a unas horas de que se abran las casillas electorales es, ¿Los vientos de cambio fueron la solución a los problemas del Estado…o fueron una ficción que se caerá el domingo 1 de julio?. ¿Cuánto de lo que se prometió en campaña…y cuanto de lo que se dijo en el discurso inaugural de gobierno se hizo realidad?. ¿Está la gente conforme con lo que se ha hecho?, ¿le volverán a dar el voto al PAN, al gobernador y a su gabinete?. ¿se ha gobernado sin odios y sin revanchismos?, ¿Hay alguna mejoría en el tema de la seguridad?, ¿estarán de acuerdo que Ismael Garcia Cabeza de Vaca, sea el candidato y le darán su voto?.
En esta elección, en Tamaulipas se va a votar para elegir al próximo presidente de la república; se van a elegir a 2 de los 64 nuevos senadores, a 8 de los 300 diputados federales de mayoría relativa y a 43 nuevos presidentes municipales (25 van por la reelección), pero también, se va a calificar a través del voto, al gobierno del estado.
Si los candidatos del PAN, al senado, a las diputaciones y a las alcaldías, mantienen la votación del 2016, entonces, la población tamaulipeca, desde su óptica le estará dando el aval y su aprobación al gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca. Si el resultado no es así, y los descalabros son mayoritarios, entonces se tendrá que reconocer y entender el mensaje de las urnas.
En el 2006, cuando el priista Eugenio Hernandez tenia un año en el gobierno, perdió la elección presidencial, las dos senadurías y seis de las ocho diputaciones federales. El mensaje de los votantes para el entonces gobernador fue contundente: Hacía un mal gobierno. Eugenio tras el resultado, se encerró en casa de gobierno y lloró su derrota; no quería ver a nadie tras el descalabro. Un año después, corrigió y ganó todo.
Esa lección queda para el aprendizaje y sirve para comparar escenarios de ahora.
El domingo, se vota todo, pero lo mas importante: Se califican, se aprueban o se reprueban los vientos de cambio que hace 2 años, tocaron el cielo con los votos.
¿COMO ESTAN LOS ESCENARIOS?
NUEVO LAREDO: El PAN va por la reelección y aunque Enrique Rivas Cuellar se ha esmerado en el trabajo, un problema político tiene enrarecido el ambiente electoral. La ruptura entre Carlos Canturosas y Enrique Rivas ha generado encono y reyertas que, dicen, serán determinantes en el resultado de la elección. La alianza Ramón Garza Barrios, (que dicen está arreglado) con Canturosas, Horacio Garza y otros actores rebeldes podrían aguadar la fiesta reeleccionista de Rivas Cuellar, sin perder de vista el papel que juegue el día de la elección el crimen organizado que ha estado mandando señales nada amigables al régimen local y estatal.
REYNOSA: Este municipio no se podía, ni se puede perder: Es la casa del gobernador y solo con Maki puede aspirar a ganar, por eso se termino haciendo alianza con ella, olvidandose los agravios del pasado inmediato. En frente el cuñado del gobernador Jose Ramón Gómez Leal (JR) con Morena, es una amenaza real y sería una catástrofe para el titular del ejecutivo que ganara. Ernesto Robinson, ahora vestido de azul y Serapio Cantu, hacen un trabajo de comparsa para hacer ganar a Maki. Reynosa, pese a todo, es un enigma.
RIO BRAVO: La confrontación entre Juan Diego Guajardo (priísta que va por la reelección) y el gobierno del estado, es el tema que domina la elección municipal aquí. Las encuestas favorecen a Guajardo, porque el candidato del PAN Carlos Ulivarri y sus aliados han sido burdos en la compra y la coacción del voto. Los riobravenses, dicen, están con su alcalde, sin embargo la violencia acecha.
VICTORIA.-Oscar Almaraz, que va por la reelección, la tiene ganada en la capital, sin embargo, Xicotencatl Gonzalez, candidato del PAN, confía en un milagro. Victoria, es la ciudad mas agraviada por el PAN en los últimos dos años, por eso, casi todos aseguran que Almaraz ganara sin problemas. El Grupo de Xico, apuesta a que efecto «despensa» le de el triunfo.
TAMPICO.- Aparte de Reynosa, la prioridad del PAN y del gobierno, es ganar Tampico, por eso Jesus Nader trae todo el aparato del estado en la espalda. Enfrente a la maestra Magda Peraza, que va por su tercera reelección, y se le nota cansada y acosada. Aun así, dice que dará la lucha y ganará. Las apuestas están empatadas.
Madero, Mante, Altamira, San Fernando, Valle Hermoso, Tula y otros municipios de medio pelo viven forcejeos y fuertes conflictos. PRI y PAN se disputan el triunfo, pero el poder de la movilización sera determinante para tener ganador. Solo Madero, Morena, tiene casi amarrado el triunfo. En los ayuntamientos pequeños, priistas, panistas y morenistas, se pelean a la par el control del poder.
Como se ve, el PAN gano casi todo el 2016, pero en el terreno municipal, presenta flaquezas; el ejercicio del poder desgasta y será una hazaña que repitan el episodio de hace dos años.
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