En tres sets ganó al español Nadal y se llevó el primer primer gran torno de tenis del año, demostrando que es el mejor del mundo
MELBOURNE | Tres sets le bastaron a Djokovic para pasar por encima de Nadal y se alzó con su séptimo Abierto de Australia, 15º título del Grand Slam, con el que supera a Pete Sampras.
Nadie ha ganado tantas veces en Melbourne como el serbio, que ofreció una auténtica exhibición para imponerse por 6-3, 6-2 y 6-3, en dos horas y cuatro minutos de una final dominada con absoluta autoridad.
El número uno del mundo asestó al español su derrota más contundente en los partidos disputados entre ambos en los majors.
Nadal había lanzado argumentos suficientes como para pensar en un partido incierto, en el que pudiera cuestionar la ventaja natural del balcánico en esta superficie.
Al igual que le sucede a Federer con el español, éste encuentra ante Djokovic dificultades que ningún otro tenista le plantea. Todos los síntomas optimistas arrojados por el zurdo a lo largo del torneo los puso pronto Nole en cuarentena. No le dio tregua desde el comienzo. Quebró en el segundo juego y se mostró como el genio desatado de sus mejores días, confirmando que está definitivamente de vuelta, decidido a discutir con la mismísima Historia.
Arrollador en los seis primeros partidos, Nadal se vio sobrepasado por una rival implacable con el servicio y afilado en cada uno de sus restos. El manacorense sólo consiguió un punto al resto en el primer set y se encontró bajo una continua amenaza cuando le tocó sacar.

Tras quebrar de nuevo en el quinto juego del segundo y situarse 3-2, Djokovic celebró sostener su saque y situarse con 4-2 como si se tratase de media victoria, muestra del respeto que le merece su rival incluso cuando le tiene dominado. Nadal había remado hasta el deucey trataba de emitir señales de recuperación, pronto sofocadas por el balcánico.
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