Opinión

«Pa’ tras los filders»

Cabrito News

Por Homero Hinojosa

«Pa’ tras los filders»

El primer viernes de marzo, la calificadora neoyorquina Standard & Poor´s soltó la bomba ante los medios de comunicación nacionales y extranjeros. S&P decidía bajar de “estable” a “negativa” la perspectiva de la calificación crediticia de México. La calificadora agarró parejo cuando anunció más tarde que también le bajaba la expectativa a grado “negativo” a la deuda de cuando menos tres empresas mexicanas. Se trataba de America Móvil, Coca Cola-Femsa y Liverpool. También mantuvo en negativa la perspectiva en escala global de Kimberly-Clark de México. Ya antes Fitch Ratings y Moody´s lo habían hecho con Pemex.

Frente a esta “osadía” de los norteamericanos, los “soberanos” morenistas no decidieron callar y este miércoles senadores del partido de AMLO advirtieron que buscarían castigar a las calificadoras de crédito que presentaran evaluaciones que, según considere la autoridad, no fueran objetivas o que atentaran de manera deliberada contra la estabilidad financiera de los mercados.

La intención era presentar una iniciativa de reforma al Artículo 340 de la Ley del Mercado de Valores, pues en su opinión los análisis de estas empresas podrían “llevar a la quiebra a cualquier economía”

Sin embargo, el presidente Andrés Manuel López Obrador salió el jueves a decir en su tradicional conferencia “mañanera” que su Gobierno respetaría la labor de las calificadoras financieras respecto del desempeño económico de su administración.

“Estamos abiertos al escrutinio internacional en lo político y económico. México es un país libre y no tenemos nada que esconder y estamos a favor de la transparencia”, dijo López Obrador. “Esto de las calificadoras es su trabajo, lo respetamos, no vamos nosotros a limitar su función, estamos seguros de que va bien el Gobierno, va bien la economía … Se puede tener una economía fuerte sin déficit, sin deuda, sin inflación, sin devaluaciones”, expresó.

Ante la polémica por pretender limitar a las calificadoras, los senadores morenistas entendieron el mensaje y siguieron la indicación de “pa´tras los filders” y decidieron no presentar dicha iniciativa polémica.

“El Grupo Parlamentario de Morena ha decidido, por consenso, no presentar ante el pleno del Senado de la República alguna iniciativa que atente contra el trabajo de las calificadoras”, informó el coordinador de la bancada, Ricardo Monreal, en un comunicado el mismo jueves.

Las agencias calificadoras como Standard & Poor´s, Fitch Ratings y Moodys son empresas de datos especializadas en evaluar riesgos. Su función esencial es valorar y ofrecer información a los agentes del mercado sobre la capacidad real de pago en tiempo y forma que tienen empresas o las naciones para cumplir con sus compromisos financieros que adquirieron. En pocas palabras, la posibilidad de cubrir sus deudas en determinado momento.

Cada agencia calificadora fija su postura de acuerdo a distintos datos con las que cuenta, que en el caso de los países se basa en indicadores económicos o estrategias para operar sus economías domésticas. Cada una cuenta con su propia escala. Por ejemplo, para Standards & Poor´s la escala va de triple A (la mejor) a D (la peor). En otros países, las agencias calificadoras han sido acusadas a nivel internacional de causar crisis y ser protagonistas de diversos escándalos de corrupción. Seguramente con este precedente los senadores morenistas intentaron comenzar a regularlas a través de una legislación para ellos justa y conveniente.

Lo que queda de precedente en todo este “business affair” que se vivió esta semana es reconocer la influencia real que tienen estas entidades, aún más allá de emitir reportes positivos o negativos.

Las llamadas perspectivas acaban formando “percepciones” en los mercados, lo que finalmente guía a los agentes que en ellos participan a tomar decisiones de inversión, movimiento de fondos o especulación con el dinero.

La lección al final de cuentas es que nuestros gobiernos muchas veces no reconocen el poder de estas “perspectivas” y “percepciones”. Aunque en el fondo la política pública que se sigue y las decisiones económicas de gobiernos como el  de AMLO podrían en el largo plazo resultar benéficas finalmente pueden haber intermediarios que no las vean viables o efectivas en el corto y mediano plazo. De ahí sus posturas para alertar a los mercados.

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