En 1919 existió una mexicana en la capital del país, que como todo un ser privilegiado tuvo la facultad de ver en trance de hipnosis hechos del pasado con antigüedades de miles, cientos o pocos años con solo tocar objetos de esas épocas.
Luis Alvarado
Imagina las posibilidades…. Tú eres un paleontólogo que alguna vez soñaste con remontarte a un pasado de hace 40 millones de años en la era eocena con sólo tocar un fósil y poder visualizar la vida animal y vegetal de esa época o poder ver el nacimiento de montañas como el Everest.
O eres un arqueólogo que ambicionó conocer la vida del egipcio Tutankamón hace más de tres mil 400 años y resolver el enigma constructivo de las pirámides viajando a una escena particular con solo tocar una joya de ese faraón o arena de esas moles.
O más aún, eres un astrofísico y tienes acceso a una roca que está clasificada como de las más antiguas del mundo a la que se le calcula más de cuatro mil 543 millones de años y con solo tocar esa piedra te traslada visualmente al momento de la creación del planeta tierra.
O si eres un teólogo y a partir de unos documentos bíblicos de San Pedro ves imágenes en tu mente de la época en que éste apóstol compartía con Jesucristo y los demás predicadores la tarea evangelizadora.
Y qué decir si eres antropólogo y tu hipótesis es romper paradigmas en lo que se conoce del pithecanthropus erectus de hace más de un millón de años y poder ver su vida cotidiana. Fascinante todo esto, no? Pero suena más a fantasía de científicos locos, podrías responder.
Todo indica que es totalmente imposible, pues lo pasado no puede repetirse y ha quedado para la historia, dirán con mucho rigor algunos investigadores ultra formales. Pero qué pensarías del hecho demostrado científicamente de que con algunas técnicas se puede regresar al pasado con explicaciones nada comprensibles para el común de la gente.
Una hipótesis para que se puedan volver a reproducir esos eventos las energías que influyeron en tales o cuales hechos, con intervención humana o sin ella, están impregnadas en la materia, en la energía como si fuera un disco duro del universo, diría un conocedor de la vibroturgia o psicometría.
María Reyes de Zierold
Ya entrando un poco en materia, qué pensaríamos al saber que en 1919 existió una mexicana en la capital del país, que como todo un ser privilegiado tuvo la facultad de ver en trance de hipnosis hechos del pasado con antigüedades de miles, cientos o pocos años con solo tocar objetos de esas épocas.
El nombre de esta mexicana, ama de casa es poco conocida. Su nombre María Reyes de Zierold quien casada con un alemán en nuestro país, es sometida a una cirugía por el también teutón Dr. Gustav Pagenstecher (1855-1942), todos residentes en la ciudad de México.
Reyes regresa con su médico por problemas de insomnio, quien decide darle tratamiento de hipnosis.
Pero en las sesiones iniciales se da cuenta de la facultad de María de evocar imágenes del pasado; la primera cuando ella sostiene en su mano en la misma sesión un broche de saco que le había enviado la esposa del galeno, quien se sorprende cuando empieza a describir escenas de un taller grande donde muchas personas trabajaban metales en lo que parecía joyería, elaborando prendedores y broches.
Se sorprende más cuando ella dice escuchar una estruendosa caída de agua. Al indagar comprueban que el broche que ella sostuvo en su mano fue manufacturado en una población candiense y que el ruido que ella escuchaba era el causado por la caída de las Cataratas del Niágara. Ella nunca había estado en Canadá.
En el espacio y con los aztecas en un sacrificio
Otra de las visiones “captadas” por Reyes es cuando bajo hipnosis, Pagenstecher le entrega en su mano un pedazo de roca de un meteorito y ella describe aterrada que viajaba a gran velocidad por el espacio y que veía las estrellas muy luminosas, por lo que concluyen que pudo viajar junto al aerolito.
El 29 de octubre de 1919 María es hipnotizada por Gustav y ya en trance le da en su mano un cuchillo de obsidiana que ella no conocía y que había sido encontrado por miembros del Museo de Antropología.
Lo que describe deja frío al médico: ve una explanada donde están reunidas a unas 200 personas, a los que describe como aztecas con indumentaria resplandeciente en algunos, “en un acto de gran solemnidad, yo diría que están nerviosos y emocionados”. Al fondo un teocalli o templo.
Luego dice ver a cuatro guerreros que acompañan a una joven mujer, suben a escalinatas y aprecia algunas pirámides, a la doncella dice verla con mirada turbia, la colocan en una piedra redonda, donde un sacerdote muy ataviado toma un cuchillo y la sacrifica.
Reyes sufre convulsiones por la horrible escena. Ya despierta el doctor la tranquiliza.
Con Maximiliano y en un volcán
Vienen otras escenas de épocas diversas en las posteriores sesiones, siempre bajo hipnosis. Como cuando le dan un botón de un saco que perteneció a Maximiliano, quien en la imagen es visto por la mexicana acompañado por su esposa dentro de un carruaje, siendo vitoreados a su paso rumbo al castillo de Chapultepec, supuestamente cuando ellos llegan por vez primera a México.
Los malos ratos se repetían: en otra ocasión le dan una piedra pómez y ella dice estar muy cerca de la erupción de un volcán sintiendo el calor y los gases que le produjeron fuerte tos.
Un comité médico de la capital también examina las habilidades de Zierold e informa que los fenómenos parecían genuinamente paranormales. En 1921, Walter Franklin Prince, entonces jefe de investigación de la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica, visitó México para observar los experimentos de Pagenstecher y realizar los suyos. Llegó a conclusiones similares.
Ve el hundimiento del Lusitania
Prince llega a México el 30 de marzo de 1921 y junto a otros médicos, un taquígrafo y un notario norteamericanos someten a otra sesión a la psíquica, a quien le entregan una carta, al tomarla en sus manos empieza a ver humo y gente corriendo aterrorizada en un barco en altamar, pero se detiene en un sujeto que escribe una carta y pronuncia el nombre de Luisa y la introduce en una botella que arroja al mar.
En esos instantes suceden dos explosiones que matan a muchas personas. María siente que cae al mar y que se ahoga, Gustav la despierta, luego verifican la carta, observan que está fechada en 1915, firmada por Ramón Palacios. Luego indagan que la botella fue arrojada entre Irlanda y costa de Portugal, arrastrada hasta las Islas Azores.
La búsqueda permitió identificar a Luisa, residente ahora en Los Angeles, EU y determinan que la fecha de la tragedia ocurrió a escasas millas de Irlanda el 7 de mayo de 1915 y que el barco atacado por dos torpedos de un submarino alemán era el Lusitania en la I Guerra Mundial en que mueren mil 198 viajeros. Reyes de Zierold acababa de presenciar el hundimiento del Lusitania.
La mayor parte de las regresiones al pasado no fueron placenteras para la paciente psicométrica y decide ir acortando las sesiones o cancelarlas.
El asesinato de Venustiano Carranza
Vendría otra imagen trágica. El mismo año de 1921 le es entregado a María un pedazo del sombrero que perteneció al general constitucionalista Carlos Domínguez, sin que ella tuviera antecedentes. Ve una escena matutina, soldados a caballo bajo neblina que se detienen en un jacal humilde, luego llueve ahí por la noche y escucha disparos, muchos disparos.
Distingue que el ataque se dirige contra una persona de barba blanca a quien se le ilumina el rostro por los destellos de las armas, el hombre gime de dolor al recibir varios impactos hasta que muere. Ese hombre era el presidente Venustiano Carranza, asesinado a las 4:20 horas el 21 de mayo de 1920 en Tlaxcalantongo, Puebla.
Y qué es la psicometría?
La vibroturgia es una ciencia antigua. Se remonta a los vedas de la India, egipcios y caldeos. Actualmente no se denomina vibroturgia. En parapsicología ha tomado el nombre de psicometría y consistía en acceder y obtener información de los registros akáshicos, universales omnipresente donde quedaban registrados todas las acciones del universo hasta en sus más mínimas manifestaciones.
El Akasha supone ser un fluido universal en donde todas las cosas que acontecían en el cosmos quedaban registradas fielmente, tal como lo haría una videograbadora o una cinta magnética, pero de altísimo poder para reproducir los eventos sucedidos en cualquier parte del universo.
Cualquier hecho o cosa, hasta el más simple o más diminuto quedaría registrado en el Akasha, llegándose a decir que hasta la constitución de un átomo tiene su registro.
Los eventos y toda la historia de los planetas junto con sus seres vivos y no vivos están grabados allí. El nacimiento de una planta, de un animal, de una ciudad puede verse tal como sucedió en el akasha. De alguna manera es muy similar con lo que sucede con el disco rígido de las computadoras.
De alguna manera los registros akáshicos son esos clústeres que todavía guardan información, pero que no pueden ser re-escritos como lo haría una computadora en su disco rígido. Son registros que quedan grabados para siempre hasta el final de los tiempos allí.
Parasicología
En parapsicología se llama «psicometría» a la facultad de «leer» u obtener información de hechos pasados con solo tocar un objeto que estuvo presente durante el desarrollo de dichos eventos. Podríamos decir que vibroturgia es el nombre místico de esa facultad y práctica por parte de algunas personas, y psicometría es el nombre técnico científico para decir lo mismo.
Todas las personas poseen la capacidad de «leer» información en los objetos que observan. Algunos serán más capaces que otros de obtener mayor cantidad de detalles sobre lo acontecido con solo observar el objeto en cuestión.
El vidente o clarividente al tocar el objeto puede ver a través de su capacidad mnemónica hechos y detalles de recuerdos que no le pertenecen a sí mismo, sino que son reprocesados por su cerebro y reconstruye mentalmente todo lo acontecido en el pasado donde el objeto fue testigo de los hechos ocurridos sin importar la cantidad de tiempo ni la distancia.
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