Segmento importante en el desarrollo de la urbe lo han sido los edificios, algunos de pie, otros caídos, pero que sensibilizaron con su arquitectura a millones de regiomontanos en sus diferentes actividades
Luis Alvarado
Segunda de Tres Partes
Templo del Roble
Considerada como basílica en la actualidad, el templo se erige a partir de la leyenda de la aparición de una virgen a una niña pastorcita en el hueco de un árbol de roble a fines del siglo XVI. Inicialmente sería de adobe en las actuales calles de Guerrero y 15 de Mayo, para seguirle una construcción de sillar hacia 1890.
Hacia 1853 se hace nueva edificación de sillar y a fines del siglo XIX se le construye una enorme cúpula que fue motivo de orgullo regiomontano por ser de las más grandes en el país, pero la noche del 24 de octubre de 1905 el gran domo se derrumbó dejando la iglesia en ruinas. Cuentan las versiones que en un hecho milagroso la imagen de la virgen del Roble no sufrió daño alguno.
En la pasada centuria en la década de los 50´s se construye el actual edificio con su alto campanario de 75 metros que retumba en casi todo el primer cuadro de la ciudad.
Palacio Municipal
En 1596, Diego de Montemayor, quizá estableció las Casas Reales en el asiento urbano primitivo, al norte de los ojos de agua de Santa Lucia.
Luego de la inundación de Monterrey en 1612 y al trasladar la ciudad hacia el sur (hoy Plaza Zaragoza) se escoge un terreno para reconstruir las Casas Reales, siento del poder político, pero tres nuevas avenidas acaban con todo, para en 1655 reconstruirlas, perdurando hasta fines del siglo XVIII lo que sería en el XIX el Palacio Municipal en las actuales calles Zaragoza y Corregidora.
Nuevas remodelaciones son hechas en 1853 y 1887 en la parte noroeste del inmueble, las cuales son las que en la actualidad permanecen, mientras que en 1912 sería reparado nuevamente.
Luego de 123 años de haber cumplido su destino histórico como Casa Real, sede del Tribunal Superior de Justicia, a partir de 1995 se convierte en el Museo Metropolitano de Monterrey.
Templo de San Francisco destruido por revolucionarios
Los franciscanos fray Lorenzo González y Fray Martin de Altamira, fundan en 1602 el Convento Franciscano de San Andrés, pero por la inundación de 1612 se traslada a su sede definitiva, la cual se extendía de la calle Ocampo (antes San Francisco), hasta los márgenes del río Santa Catarina.
En el presente se localizaría en el espacio en que se ubican el Círculo Mercantil Mutualista, el Palacio Municipal y el Edifico Kalos.
El Convento Franciscano de San Andrés, fue el primer y único templo de la ciudad durante un tiempo considerable. A principios del siglo XIX el templo es invadido por tropas mexicanas en 1821 y 1839 y luego por yanquis y franceses en las intervenciones extranjeras.
Pero en la gubernatura provisional del carrancista Antonio I. Villarreal se dio la orden para demoler el Convento y templo de San Francisco hacia 1914. Es hasta 1918 en que el presidente en turno cede el terreno al ayuntamiento de Monterrey. La silueta del convento San Francisco aparece en el escudo del estado de Nuevo León.
El Hospital de “Gonzalitos”
Ante las graves carencias en materia de atención a la salud y continuas epidemias, en noviembre de 1858 el médico José Eleuterio González «Gonzalitos» propone fundar un Hospital civil en Monterrey pero no había fondos, si acaso los 300 pesos que ofrece el gobierno estatal.
Gonzalitos no se da por vencido y elige un solar situado en la calle de La Alameda, posteriormente Calle del Hospital y luego Calzada del Progreso (actual Avenida Pino Suarez.) en un punto llamado de «La Sobreloma», frente a la antigua garita, que pertenecía a Monterrey.
Avanza la construcción quedando la fachada principal del Hospital hacia el norte, sobre la calle 15 de Mayo. Luego en 1867, Gonzalitos adquiere más solares y se amplía más el Hospital hacia el sur, completando así, casi toda la manzana. Llega a contar con lo siguiente:
En la planta baja: administración, dirección, botica, sala de operaciones, sala de pensionistas hombres, sala de medicina para hombres, sala de cirugía, sala de mujeres venéreo-sifilíticas, sala de medicina para mujeres, sala de pensionistas mujeres, capilla y otras áreas. Además, cocina, baño de regaderas, celdas para mujeres dementes, comedor, celdas para hombres dementes, sótano del anfiteatro, excusados, y otras instalaciones.
En la planta alta estaba el anfiteatro, sala de infecciosos, de vías urinarias, de curaciones de medicina para hombres, comedor, habitaciones del director, entre otros.
Funcionó hasta 1943, fecha en que el hospital es trasladado al edifico que hoy ocupa con el nombre de Hospital Universitario “Dr. J.E. González”, y el terreno junto con el viejo edificio fueron adquiridos por el gobierno federal en 1948 para derrumbarlo y construir en dicho sitio el Hospital de Zona No. 21 del IMSS, en pie hasta la fecha.
Palacio de Gobierno de Nuevo León
Esta sede del gobierno estatal fue iniciada en 1895 y terminada en 1908 en el mandato del gobernador Bernardo Reyes, edificio ubicado en la antigua Plaza de la Concordia, hoy Gran Plaza de Monterrey.
Con diseño del ingeniero Francisco Beltrán, fueron necesarios trece años para terminar esta estructura arquitectónica de estilo neoclásico. En parte de los trabajos colaboró el ingeniero militar Victoriano Huerta el que en 1913 usurpara la presidencia de la república asesinando al titular Francisco I. Madero.
Antes, la Casa de Gobierno se había instalado en un viejo edificio propiedad de los jesuitas, que se ubicaba en las antiguas calles de Comercio y del Teatro (hoy Morelos y Escobedo).
El edificio forma un rectángulo de 51 por 88 metros y el monumento se encuentra revestido de cantera rosa que fue traído desde San Luis Potosí. El frontispicio tiene al centro un pórtico, formado por ocho columnas apoyadas sobre bases áticas y tuvo un costo de 859,453 pesos, según informe del 16 de septiembre de 1908.
Hay cinco entradas al frente del edificio, otros dos accesos por los costados y dos más en la parte posterior.
En el interior del edificio, considerado como monumento nacional por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), destaca el vestíbulo, en cuyos extremos se despliegan las escaleras de granito, las cuales, fueron construidas en el año de 1926.
En la planta baja, se localiza el patio central, además de los cuatro laterales. El patio central, está flanqueado por columnas cuadrangulares que rematan en arcos elípticos; en la parte alta, las columnas con circulares y estriadas, también con remates en arcos elípticos.
El Casino Monterrey
La alta sociedad regiomontana de hace más de 150 años se replegaba orgullosa en el Casino Monterrey, que en la actualidad sigue siendo para unos cuentos el privilegio de pertenecer a este club.
El edificio se construye en 1866 pero fue remodelado en 1922 debido a que la forma original fue arrasada por las llamas durante un incendio en 1914. La obra actual es de diseño francés neoclásico.
La Reinera
Fue una casa comercial fundada en 1855 por el inmigrante Español Mariano Hernández y Luengas, establecida en la calle del Comercio (actual Morelos) y Parás, pero el soberbio edificio La Reinera que se conoce es construido en 1901, como una tienda de ropa y telas, de cantera rosa de un arquitectura neoclasica.
Es construido por el arquitecto Ingles Alfred Giles con un estilo barroco. La segunda planta era la residencia particular de Don Mariano Hernández.
El nombre la reinera era el gentilicio dado a los habitantes del «Nuevo Reino de León» y su erección inicia en septiembre de 1900 para terminar a finales de 1901, abriéndose al público a principios de 1902. Actualmente operan en su interior una librería en su planta baja y restaurante de comida rápida.
Puente San Luisito, unión del sur con el norte de Monterrey
Como una fecha esperada por la población migrante venida a Monterrey que radicaba al lado sur del río Santa Catarina, el 25 de febrero de 1904 se inicia la construcción del Puente San Luisito sobre el afluente para conectar al barrio de San Luisito, hoy colonia Independencia, con el centro de Monterrey.
En 1903 se había quemado el anterior puente por lo que el gobernador Bernardo Reyes publicó una licitación para dar el contrato a Fortunato Villarreal y al ingeniero Genaro Dávila, quienes proyectaron un puente-mercado que sirviera de conexión vial y espacio comercial a la vez.
El edificio estaba techado y anclado en cuatro pilas de concreto reforzado, con una calzada ancha, el cual rápidamente se convierte en el lugar más concurrido de la ciudad. Sin embargo, el puente-mercado fue arrasado por una creciente del río Santa Catarina en 1909.
A lo largo de las décadas en el siglo XX varios incendios e inundaciones acababan con lo reconstruido, hasta que es hecho de acero por el alcalde Leopoldo González Sáenz en 1976 para luego migrar al nombre de Puente del Papa cuando vino el pontífice Juan Pablo II y ofició misa allí en 1989 con la presencia de más de un millón de feligreses.
El Gran Hotel Ancira
Debido a la fuerte presencia de extranjeros procedentes de España, Irlanda, Inglaterra, Italia, Alemania, Estados Unidos y Francia, que llegaban a esta región como empresarios o empleados se hacía necesario un hospedaje de buena categoría, ya que lo existente era apenas modesto.
Es el año de 1909, época de grandes contrastes: se registra la mayor tragedia de Monterrey con la inundación por un ciclón y el inicio de la edificación del majestuoso Hotel Monterrey, que luego tomaría el nombre de Gran Hotel Ancira.
El que sería el modelo de los hoteles de lujo en todo México es proyectado por Fernando Ancira Sánchez (1877-1921), nacido en Saltillo y radicado en Monterrey a partir de 1908, quien en mayo de 1909, compra la propiedad de media manzana que perteneció a la familia Quirós Gutiérrez
Contaba inicialmente con 14 habitaciones y el costo de la obra alcanzó el medio millón de pesos, de los cuales 400 mil procedieron de préstamos bancarios.
Fernando Ancira muere en un accidente taurino en febrero de 1921, y su familia le impone el nombre de Gran Hotel Ancira, para luego ser adquirido por Angel Cueva y socio, quienes en 1940 agregarán 70 habitaciones y varias suites de lujo con teléfono. A lo largo de las décadas sufre varias remodelaciones sin afectar su estilo exterior, protegido por el INAH.
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