La “Chiva del Encino”, es un insecto que abunda en la zona centro de Tamaulipas e investigadores de la UAT desarrollan un proyecto de biotecnología para elaborar alimentos.
Debido a los resultados positivos de niveles de antioxidantes, presentes en la grilleta conocida como la “chiva del encino”, investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) realizan un proyecto de biotecnología para elaborar alimentos en base al insecto, cuya especie en esta época del año se presenta en grandes cantidades en la zona centro del estado.
El trabajo se desprende de la tesis del Doctorado en Ecología y Manejo de Recursos Naturales del Instituto de Ecología Aplicada (IEA), realizada por la Mtra. Laura Jenet Montiel Aguilar, que plantea el aprovechamiento de la chiva del encino con fines biotecnológicos, enfocada en el beneficio directo para personas con diabetes e hipertensión.
En entrevista, la Maestra en Ciencia y Tecnología de Alimentos por la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa Aztlán, Laura Jenet Montiel, refirió que en el proyecto colabora la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma de Nuevo León, con la asesoría del Dr. Jorge Ariel Torres Castillo, investigador del IEA-UAT.
Destacó la finalidad de concretar prototipos de alimentos trabajando con la chiva del encino, “es un Ortóptero de la familia Tettigoniidae, y su rango de distribución es de Ciudad Victoria hasta Linares e Iturbide Nuevo León”.
Indicó que el insecto se alimenta de encinos y especies de plantas asociadas, y que al llegar a la etapa adulta han observado que presenta dos regímenes de alimentación.
“Y adquiere una coloración verde; y encontramos que hay una transición de verde a rosado, por lo que surgió el interés de ver a qué se debía y hemos encontrado compuestos fenólicos, que son compuestos químicos producidos por la planta en forma de defensa”.
Señaló que una de las funciones principales de los compuestos fenólicos, es darle a la planta esa pigmentación, misma que adquiere el insecto al consumirla.
Aseveró que mediante análisis bioquímicos, confirmaron que la coloración del insecto se debe a los componentes fenólicos, y además descubrieron que dichos compuestos le dan al insecto propiedades antioxidantes.
“Hemos estado dando un enfoque en cuanto a la actividad antioxidante, porque la finalidad es implementarlo en un prototipo de alimento como parte del aprovechamiento de este recurso natural que se da entre junio y agosto, en densidades altas”.
Comentó que el trabajo se ha dirigido hacia fines biotecnológicos, evaluando los compuestos con propiedades antioxidantes que beneficien a personas con diabetes e hipertensión.
“En el 2016 se evaluó en una tortilla y ahora lo vamos a evaluar en un producto de panadería o algunas gomitas enriquecidas”.
“Acabamos de terminar la evaluación de compuestos fenólicos y su actividad antioxidante”, agregó, tras concluir que se evaluará el potencial nutracéutico para demostrar que hay una actividad antidiabética, además de su potencial antihipertensivo.
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