ESPECIAL | Muchos enamorados que hasta antes de marzo tenían planeada una boda de ensueño con familiares y amigos, de pronto sus ilusiones fueron rotas por el Coronavirus, y desde entonces no saben qué hacer. Muchos ya habían pagado salón, banquete, música y hasta tornaboda; sin embargo hoy no saben qué hacer, ni qué va a pasar con la fiesta de su vida.
El New York Times acaba de publicar un reportaje firmado por Abby Ellin en donde revela una encuesta levantada entre parejas próximas a casarse en ocho países donde el 66 por ciento está reagendando su evento para una fecha posterior, el 52 por ciento lo estaba posponiendo para después del 2021 y un 8 por ciento no sabían qué hacer.
Para Kate Edmonds, coordinadora de bodas y eventos en Nueva York cree que no es sano emocionalmente seguir posponiendo las bodas, «debe haber algo que celebrar».
El Coronavirus va para largo, hasta que haya una vacuna o un medicamento seguro que lo combata, por eso el distanciamiento social va a seguir para evitar contagios y las reuniones masivas no van a permitirse.
Kristian Maxwell, editora en jefe de The Knot, empresa organizadora de bodas, dice en el reportaje del NYT que en las ceremonias matrimoniales en el mundo a partir de ahora serán indispensables los cubrebocas y los guantes serán obligatorios, igual que los puestos con gel para los asistentes. Las celebraciones, explica, ahora serán «minimonias» o microceremonias; los abrazos, los besos y los saludos de manos estarán como ahora prohibidos:
«No habrá pistas de baile repletas de invitados coreando Rock Lobster. No habrá viajes de tres días para asistir a una boda con bebidas alcohólicas ilimitadas y una fiesta hawaiana. En lugar de eso, el distanciamiento social será la frase más popular (además de “Acepto”), dice el reportaje del rotativo neoyorquino.
Las otras opciones que están llegando para quedarse en estos tiempos de Covid-19, son las transmisiones en vivo, ya sea por Zoom, Facebook Live o FaceTime, aparte de ser más económico para los contrayentes.
En México y en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas también las parejas de prometidos viven como el resto del mundo, la incertidumbre de su boda.
En Santiago, pueblo mágico de Nuevo León, en los últimos años fue convertido como el lugar ideal para casarse en quintas campestres. Las bodas se celebraban al aire libre, en medio de cuidados pastos, palapas y cabañas donde la solemnidad se rompía en medio de grandes árboles y ambientes frescos cerca de la montaña.
Hoy, todo está paralizado y suspendido. Más de 120 quintas campestres están a punto de ir a la quiebra y hasta han entrado en litigios con las parejas que habían pagado sus eventos y que ahora exigen les reembolsen lo pagado.
Los alcaldes de los municipios de Santiago, Allende, Montemorelos, San Pedro y Monterrey han redoblado la vigilancia policíaca en Quintas y centros sociales para evitar la celebración de bodas o festejos masivos.
El 27 de marzo pasado, ya en medio de la cuarentena, el senador de Movimiento Ciudadano, Samuel García y su novia Mariana Rodríguez se casaron furtivamente en la catedral de Monterrey con apenas 20 invitados, evento que generó cientos de comentarios en redes sociales cuestionando la boda por los riesgos que implicaba para la salud de los invitados.
El pasado 25 de junio en el exclusivo municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, se celebró una boda con más de 200 invitados, y de acuerdo con información de la secretaría de Salud hubo un brote masivo de contagios entre los asistentes que no guardaron la sana distancia; extraoficialmente se habla de 40 invitados contagiados.
Los expertos en bodas, visualizan los futuros enlaces matrimoniales «íntimos y acogedores». El lado bueno de esta nueva modalidad, afirman es que se acabaron los despilfarros y los eventos suntuosos y faraónicos.
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