Por Perla Reséndez
NUEVO LAREDO, Tam. | Damián Genovez Tercero de 18 años, Arturo Rubén Garza Navarro de 19 y Ángel Agustín Reyna de 25, son los tres jóvenes que murieron en Nuevo Laredo, durante un enfrentamiento entre la Tropa del Infierno del Cartel del Noreste y elementos de la Sedena, la madrugada de 3 de julio en esta ciudad.
Originario de Tapachula, Chiapas, Damián llegó a Nuevo Laredo en busca de trabajo, pero desde el 24 de junio, se encontraba en calidad de desaparecido, de acuerdo con declaraciones de su papá, Raúl Tercero, quien señaló que en esa misma fecha desapareció también su sobrino, Alejandro Tercero Meza, de quien tampoco se conoce su paradero.
Los familiares del joven Damián, reconocieron al joven en fotografías que se filtraron a través de redes sociales, por lo que presentaron una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), para que se investigue a los militares que participaron en el operativo.
De acuerdo con su padre, el cuerpo de su hijo se encontraba atado de pies y manos en la caja de la camioneta, presentando un disparo en la cabeza.
Arturo Rubén Garza Navarro de 19 años de edad, estudiante de Ingeniería en la Universidad Tecnológica de Nuevo Laredo, se encontraba desaparecido desde el 27 de junio, cuando salió a visitar a su novia.
De acuerdo con su padre, Héctor Garza Gutiérrez, se enteraron del enfrentamiento a través de redes sociales, pero fueron unas amistades, quienes les mandaron fotografías de los cuerpos, uno de los cuales, vestía ropas similares a las que tenía Arturo al momento de su desaparición.
El tercer civil muerto en ese enfrentamiento, era Ángel Agustín Núñez Reyna, de 25 años y quien se desempeñaba como ayudante de mecánico en un taller familiar en el fraccionamiento Valles de Anáhuac, de quien no se supo su paradero desde el 27 de junio, cuando salió de su domicilio, sin decir a dónde se dirigía.
Al enterarse de que Ángel era uno de los abatidos en el enfrentamiento, sus familiares acudieron a reclamar su cuerpo ante la Fiscalía de Tamaulipas, donde aseguran, les informaron que el cuerpo de su familiar se encontraba atado de manos y pies, por lo que no pudo haber disparado un arma contra los elementos castrenses.
Los tres civiles que no portaban armas ni vestimenta tipo militar, resultaron negativos en las pruebas de radiozonato y de acuerdo con los dictámenes de los médicos legistas, los cuerpos presentaban heridas de armas de fuego, disparadas a corta distancia.
En este año se han documentado cinco ejecuciones extrajudiciales cometidas por militares, informó Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.
El primer caso ocurrió el 26 de marzo en la colonia Jardín de esta ciudad fronteriza, cuando elementos del Ejército acribillaron a Francisco Javier La Fuente de la Rosa, ingeniero de 27 años, cuando se dirigía a comprar alimentos.
Por estos hechos, la Fiscalía General de la República, integró la carpeta de investigación 649/2020, sin que hasta este momento se tenga avance en las investigaciones.
El 6 de abril, David Eleazar Ramírez Vázquez de 27 años, murió de dos disparos en la espalda, mientras era perseguido por un vehículo familiar en el fraccionamiento Valles del Paraíso, luego que al marcarle el alto, se atemorizó y huyó del lugar.
Por estos hechos, la familia interpuso una denuncia, integrándose la carpeta de investigación 697/2020.
En ambos casos, las pruebas de radiozonato resultaron negativas y les fueron robadas sus pertenencias, entre ellas, teléfonos celulares, documentos personales y carteras.
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