MÉXICO SIN FIN
Por Daniela Montalvo
Los mil y un cenotes
A pesar de la amplitud de la lengua castellana, en ocasiones faltan las palabras para expresar emociones, sensaciones, sentimientos.
Si nos vamos al diccionario de la Real Academia Española, cenote significa:
Depósito de agua manantial, que se halla en el estado mexicano de Yucatán y en otras partes de América, generalmente a alguna profundidad.
La palabra tiene origen maya, mientras que algunos lo relacionan con dzonoot que significa ‘hoyo con agua’, otros hablan de «dzonot», que significa «abismo».
Pero en la realidad ¿qué es un cenote y como se vive la experiencia de sumergirte en uno?
Ahí es cuando las palabras fallan, pues más allá de la descripción que pueda darse, sumirse en sus aguas es una experiencia única.
Por excelencia, Yucatán es el lugar de los cenotes, los encuentras de todo tipo, desde a cielo abierto como en la zona arqueológica de Dzibilchantún, ubicado por la carretera Mérida-Puerto Progreso.
Hasta los subterráneos, como el cenote San Ignacio, que esta por Chocholá, y que se encuentra al interior de una gruta
Luego hay otros mucho más famosos, como el llamado Cenote Sagrado Azul Ik Kil, que se encuentra a 5 kilómetros de Chichén Itzá, en donde la vista te roba el aliento, un verdadero regalo de la naturaleza
Ahora que, si lo quieres es llegar a los cenotes por vías de tren y en un carrito tirado por burros o caballos, pues existe Cuzamá.
Y así podemos continuar y continuar, nombrando cada cenote de Yucatán y del país; pero lo importante es que sepas que semejantes obras de la naturaleza están a tu alcance y que puedes visitarlos, vivir la experiencia de sumergirte en sus aguas frías y cristalinas.
Me fallan las palabras, pero créeme cuando te digo que nadar en un cenote es una experiencia única, la mezcla de la naturaleza, el paisaje, el agua fría y pura que te llega a los huesos, te hace entender porque los mayas los consideraban lugares sagrados.
Y por si aún no te convenzo de ir a su encuentro, hay cenotes cuya entrada cuesta $20 pesos, cenotes ubicados en los patios traseros de los lugareños que sin dudarlo abren las puertas de sus hogares para que más gente los disfrute.
No te mentiré, a veces da miedo, algunos son oscuros, otros con agua muy, pero muy fría; pero nadar en sus aguas te juro vale la pena.
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