Real de 14: túnel, pueblo fantasma y peyote

enero 8, 20210

México Sin Fin

Por Daniela Montalvo

Real de 14: túnel, pueblo fantasma y peyote

En San Luis Potosí hay una cantidad impresionante de lugares fuera de serie, uno de ellos es el Pueblo Mágico de Real de 14.

Desde que atraviesas la entrada del túnel que te llevará al pueblo, empiezas a darte cuenta que del otro lado te espera un lugar diferente, al llegar simplemente lo compruebas.

Quizá el elemento mágico de Real de 14 sea esa sensación de que el tiempo se ha parado, es como si el túnel fuera un túnel del tiempo, y te remontará a aquellas épocas, en donde solo había calles empedradas, las casas construidas con adobe y el medio de transporte eran mulas y caballos.

Pero ¿qué puedes hacer ahí?

Recorrer a pie el Túnel de Ogarrio, es un poco largo, pero sin duda vale la pena, porque caminando notas cosas que seguro en auto te pasaran inadvertidas, veras por ejemplo, la perfección de su arquitectura, una capilla a media luz que te pone los pelos de punta, como el camino se hace angosto, curvas que te impiden ver el final del túnel.

Visitar el pueblo fantasma, habitado alguna vez, fue un pueblo minero dominado por españoles, ahora puedes ir caminando o bien montando a caballo.

Subir el Cerro del Quemado, aquí tendrás varias opciones, caminar, montar o bien subirte a un Willy (muy famosos y seguros) y disfrutar de los paisajes naturales, de las vistas maravillosas, de los cerros que rodean a Real de 14.

Por supuesto, probar la deliciosa comida que preparan, las más famosas son las gorditas catorceñas rellenas de chicharrón, papa con chorizo o barbacoa, toda una explosión de sabor.

No puede faltar el ritual del peyote, de hecho hace poco se crearon las Peyoconchas (concha tradicional de pan, cubierta con azúcar verde-azul, dividida en gajos como el peyote), famosas ya a nivel internacional, convirtiéndose en el producto más solicitado del municipio.

Cuenta con hoteles muy cómodos y ajustables a cualquier presupuesto, es el plan perfecto para pasar por ahí un fin de semana, disfrutar de las calles, de su comida, pasear y conocer un pueblo atrapado en el tiempo.

Como extra, puedes ir a pedir un milagrito en la Parroquia de la Purísima Concepción.