OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Sepultado el proyecto familiar cabecista
Hasta hoy ha procedido con inteligencia. Es inteligente. En los primeros rounds venció a la poderosa 4T y su maquinaria de desafuero, aunque tarde que temprano lo alcanzará el destino.
Ha ganado porque está libre, con fuero o sin él, pero ejerce funciones de Gobernador. Si sale o no de Tamaulipas, la secretaria de Gobernación, Doña Olga, le reconoció la figura de que está investido al citarlo con sus similares del resto del país.
Moviendo las fichas del Congreso y con asesoría de sus abogados, Francisco García supo “madrugar” a las acciones de sus contrincantes. Recurrió al Poder Judicial Federal como recurso último. Gratuitos o no, ahí encontró los primeros cobijos.
De todas maneras, los acontecimientos han cambiado el escenario panista. Derrumbó los proyectos familiares de permanecer en el poder, por lo menos, dos sexenios al hilo.
Al final perderá la guerra y lo sabe muy bien.
El hermano –el lujurioso- suspendió el “Cabezamóbil”, la operación de precampaña que pensó que lo llevaría al poder en octubre del 2022. Es más, ya ejercía parte de ese poder como un segundo de abordo -de facto- que tomaba decisiones. Digamos que un “gobernadorcito” estilo Egidio Torre López (padre) en los tiempos de Egidio Torre Cantú.
Francisco ganó el tiempo que necesitaba para llegar a las elecciones. Su “ingeniería electoral” nunca se detuvo en distritos y municipios. El objetivo es demostrarle a AMLO y sus chairos que tiene base social como para seguir en el poder.
Con sus cuentas congeladas, si no ha sido aprehendido ni sus colaboradores enviados al bote, aunque sujetos a proceso, quiere decir que la CuartaTe le hizo los mandados… Por ahora.
No deja de ser una victoria. Si gana más tiempo, y si Morena pierde la mayoría en el Congreso federal –lo cual es muy difícil según las encuestas-, un día puede llegar a ganar la guerra.
¿Qué con el proyecto familiar? El tiempo se le agota para legislar sobre la administración que sigue.
Dice la Ley que, para que una reforma electoral tenga vigor, tiene que ser promulgada por lo menos un año antes de los comicios. Las elecciones del 2022 serán el cinco de junio.
A estas alturas del juego de vencidas, es lejano que el “manito” vaya ser el candidato a la sucesión. Tiene congeladas sus chequeras, sujeto a proceso y posible desafuero también.
Para finales de diciembre (este 2021) habrá candidato a la gubernatura. No les dará tiempo para limpiar nombres y quitarse los expedientes de la Fiscalía.
De todas maneras, a Francisco le quedan dos opciones: Dejar la legislación para un Gobernador de seis años, o reformar por uno de dos, o de cinco. La decisión tiene que tomarse esta misma semana en el Congreso.
Si la evaluación dice que van a perder en el 22´, les conviene el periodo de dos. Tendrán tiempo de reorganizarse. No es recomendable mandar a su hermano (si es que está en libertad) a perder.
Eso del desafuero, la orden de aprehensión y enjuiciamiento para más de 30 sociedades y personas, ha cambiado el panorama político de Tamaulipas rumbo al futuro inmediato. El PAN no tiene más figuras con que competir. El cabecismo barrió con ellas.
Por lo pronto el proyecto familiar quedó sepultado, pero…
Los resultados del ejercicio electoral del domingo, marcarán el inicio del proyecto hacia 2022. El gobierno de los vientos del cambio se la juega con todo, con lo permitido y lo que no también.
Aquel partido que obtenga el mayor número de sufragios tendrá un paso en la siguiente gubernatura, independientemente de si la administración es de dos o seis años.
Antes que las alcaldías la mayor atención está en la legislatura. Si pierde el Congreso del Estado no pocos podrían perder hasta su libertad. Un ayuntamiento es una simple cabeza de ratón.
Si Tamaulipas sigue pintado de azul, podrá decir que tiene una base sólida y la 4T lo quiere tumbar por no someterse a sus caprichos. Por eso el interés en alcanzar el mayor número de victorias.
Para el siete de junio sabremos cual es el destino político del PAN en Tamaulipas y sus principales actores, la ratificación del poder o su retirada por el hartazgo ciudadano.
En caso de ganar Morena, estaremos en el umbral de la segunda alternancia.
Hablando del PRI, las encuestas no le conceden ninguna victoria, ni diputaciones ni alcaldías, pero hay que resaltar el optimismo de su gente, siempre echados pa´delante.
De última hora difundieron que Don Ismael “Rocket” Valdez (lo identifican como de Morena) se sumó a Alejandro Montoya, priista por la presidencia de la capital Victoria.
El beisbolista nunca ha militado en el partido de la 4T y tampoco se ha ido del PRI. Alguien le calentó la cabeza que podría ser candidato y dejó los rayones cuando le recordaron las cuentas familiares que tiene en tribunales del “otro lado”.
Vaya vaya, con un negro pasado en la Procuraduría de Justicia en Tamaulipas, el abogado Jesús Eduardo Govea Orozco es ahora representante de Morena ante el IETAM ¿qué pasó?
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