CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Los retos de la recomposición interna de Morena
Morena concluirá el 2021, como la primera fuerza política de Tamaulipas, pero sin ocupar el Palacio de Gobierno. Suena paradójico, pero así es.
Solo las circunstancias del calendario electoral, impidieron a los obradoristas ganar la gubernatura. Técnicamente, el bunker cabecista del 15 y 16 Juárez, esta sitiado por una mayoría legislativa, y los más poderosos ayuntamientos. Pero este enorme poder que acaba de adquirir el Movimiento de Regeneración Nacional, es justamente su mayor reto:
¿De qué manera los nuevos e influyentes actores internos del morenismo tamaulipeco, lograrán ponerse de acuerdo, para llegar unidos a la nominación del candidato a gobernador?
Sobre esto último, es que abordamos hoy nuestro análisis.
Para empezar, la guerra política del seis de junio, acabó con el mito de un panismo invicto en elecciones locales. La estructura azul surgida de la elección del 2016 hizo aguas, y se resquebrajó casi por completo, pues ahora solo conservan el chiquitiaje municipal.
Tal y como ocurrió con los panistas hace cinco años, cuando ellos mismos se dijeron sorprendidos de arrasar en las urnas, en esta ocasión, los morenistas aun no asimilan del todo, su nuevo empoderamiento.
El electorado tamaulipeco le has ha dado a los morenistas, poder a manos llenas. Resultará interesante que van a hacer con ese enorme capital político. Esperemos que no lo dilapiden, tal y como les ocurrió a los cabecistas, que en cinco años echaron por la borda, todo lo que habían ganado.
Hay una diferencia entre las características de los que ya se van, y los que arriban al mapa del poder. En su momento los panistas llegaron de la mano de Cabeza de Vaca. En cambio, los morenistas están arribando bajo el impulso de una diversidad de liderazgos regionales bastante fuertes.
Estos alcaldes morenistas empoderados, deberán sentarse a la mesa junto con la dirigencia nacional de su partido, y trazar líneas generales de acción, que los proyecten como un puño dispuesto a terminar la demolición del viejo orden azul. De no hacerlo, y si ya desde ahora van a surgir las facciones y los grupos, con diferentes intereses internos, entonces las cosas se les podrán complicar.
¿Serán capaces de coincidir en una comunión de fuerzas, los municipios de Madero, Victoria y Matamoros con los acaldes de Reynosa y Nuevo Laredo?
Aquí van a jugar un papel muy importante las corrientes nacionales del morenismo, que ya desde ahora están compitiendo por la candidatura del 2024 a la Presidencia de la república.
En Tamaulipas hablamos básicamente de dos grupos políticos nacionales: el de Mario Delgado, (Marcelo Ebrard), y el de Ricardo Monreal. Los monrealistas se sienten con derecho a apadrinar al candidato a la gubernatura, porque son los que desde un inicio han estado en la primera línea de batalla contra el cabecismo.
Pero el CEN morenista de Mario Delgado operó alianzas como la de Reynosa, que finalmente le dieron grandes resultados. Obviamente, el que decidirá al candidato para suceder a Cabeza de Vaca en la primera esquina de Palacio de Gobierno, será el presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Se disciplinarán los grupos MORENOS?
El tema no está exento de pataleos y de grillas internas.
Por lo pronto, permítame presentarle a los actores de poder, que incidirán poderosamente en la próxima elección a gobernador.
De sur a norte:
En ciudad Madero, Adrián Oseguera Kernion; en ciudad Victoria, Eduardo Lalo Gattas; en Matamoros, Mario Alberto López Hernández; En Reynosa, la familia Peña Ortiz, con Carlos Peña Ortiz como alcalde. Y en Nuevo Laredo el grupo integrado por Carmen Lilia y Carlos Canturosas Villarreal, así como el clan de los Deandar.
Todos y cada uno de ellos tienen su propio estilo político. Y seguramente a partir de octubre en que asuman formalmente funciones para primeros o segundos periodos, buscaran aumentar su capital político y social, para incidir de una manera más amplia en la elección de la gubernatura.
Si el lenguaje de los escenarios políticos, se midiese en fotos, entonces sabríamos que, al menos en este momento, los grupos obradoristas de Nuevo Laredo y Reynosa se encuentran hermanados, y muy probablemente dispuestos a una alianza interna. Aunque cada uno de ellos tiene sus proyectos muy específicos.
Igual sucede con Madero, Matamoros y ciudad Victoria, en la región centro-sur y parte del norte. A este grupo muy probablemente se sume Altamira. También municipios como Rio Bravo que tienen un peso importante, en el concierto estatal.
El reto principal para el nuevo mapa morenista del poder político, en Tamaulipas, es solo uno:
Jugar en equipo.
¿Lo lograrán? Muy pronto, empezaremos a saberlo.
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