CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Un congreso cabecista, pero a favor de Morena
En política, la lógica suele ser superada por la paradoja. Así tenemos que, en apariencia la LXIV legislatura de mayoría panista protegerá o le dará doble blindaje a su jefe político, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
Sin embargo, esta estrategia de reincidir en la aplicación de mecanismos jurídicos de acorazamiento hacia la figura del Ejecutivo estatal, válidos para algunos expertos y cuestionables para otros especialistas, lo único que están logrando es que el rechazo ya expresado en las urnas, este seis de junio, se profundice, de cara al 2022.
En palabras más claras: los panistas del Congreso local, le están haciendo ya desde ahora la campaña a quien será el próximo candidato o candidata morenista a la gubernatura.
En este contexto, todo parece indicar que al grupo panista y especialmente a sus élites, ya no les importa el resultado que pueda darse en la elección por la gubernatura este año próximo, sino lo que les preocupa de manera central y prioritaria es preservar al Ejecutivo estatal, en contra de avatares de carácter punitivo.
Y es que, la mayoría de los sufragios expresados en el 90 por ciento del tablero urbano tamaulipeco, fueron un claro referéndum que marcó prácticamente el principio del fin de actual sexenio azul. Por menos de lo ocurrido el pasado seis de junio, otro partido diferente al panismo palaciego del 16 Juárez, ya habría corregido el rumbo. Empezando justamente por un cambio en el discurso del Congreso local.
Veamos:
¿Un segundo blindaje contra el desafuero…? ¿A estas alturas, esto a quien le podría preocupar…? Si lo que acaba de ocurrir en las urnas de las grandes ciudades de nuestro estado, fue en cierta forma, un juicio sumario de la democracia tamaulipeca, que requirió solamente de 24 horas para definir el desmantelamiento del power panista, dejando solamente para el año siguiente, la elección de gobernador.
A la luz de este escenario, me parece que la actitud servilista de los legisladores azules, secundados por algunas rodilleras guindas y de las comparsas priistas, no abona gran cosa a cambiar la nueva correlación de fuerzas políticas instituidas en nuestro estado.
En cambio, lo que sí provocarán será un mayor encono ciudadano en contra de la marca del sexenio estatal.
De esta manera, el Congreso local panista que concluirá en octubre, pasará a la historia como una soberanía popular que le dio la espalda a la voz del pueblo. En este sentido podríamos decir, que los diputados panistas y sus incondicionales del PRI, más los Judas morenos que se hicieron de la curul por la vía de un bingo, van a salir con las alforjas llenas, pero con la imagen pública muy desprestigiada.
Desde ahora se los decimos: los vientos de cambio y del hartazgo contra el PRI, que en el 2016 instalaron al PAN en el poder tamaulipeco, hoy los están sacando de su entronización. Y será muy difícil que cambien de rumbo, sobre todo porque no habrá mucho tiempo entre la elección que se acaba de dar y la que viene.
Por lo demás, resulta muy lastimoso para la LXIV legislatura panista que, en lugar de aprovechar su salida, para aprobar iniciativas contra la inseguridad, a favor del empleo y la economía de los tamaulipecos, empleen su tiempo para tratar de obstaculizar un desafuero político, que ya fue definido por la vía de las urnas.
La sociedad tamaulipeca ya votó y su lenguaje democrático pide a gritos un cambio. En esto influyeron seguramente unas redes sociales muy activas, donde los ciudadanos ya no se chupan el dedo.
Esto aplica, no solo para el PAN, sino también para MORENA, y para cualquier otro partido que gobierne nuestro estado. La gente está intercomunicada hoy más que nunca. Y todo lo que la clase política en el poder hace, o deja de hacer, es puntualmente registrado por los electores.
Por eso le decimos que, lo que acaban de hacer los panistas en el actual Congreso local, al decidir un doble blindaje contra el desafuero, equivale a que le están haciendo ya desde ahora la campaña al próximo candidato a gobernador de MORENA.
Analícelo fríamente, y coincidirá conmigo, en que por ahí se decantará este tema.
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