ZONA DE REFLEXIÓN
Por Lucia Lagunes Huerta
Un peligro para las mujeres
En estos días he estado mirando con bastante preocupación acciones conservadoras que están manifestándose en nuestro país. Lejos de parecer chistes, estas acciones intolerantes o machistas, que se basan en falacias y prejuicios, están alimentando el miedo y el odio hacia las mujeres.
Una de estas acciones es la iniciativa presentada por el legislador local de Nuevo León, Juan Carlos Leal, quien propuso derogar el delito de violencia política contra las mujeres por considerar que no sirve para nada y porque, según él, este tipo de leyes estigmatiza a los hombres y los amedrenta. Hay que decir que ninguna de estas afirmaciones cuenta con ningún sustento científico más allá del prejuicio.
Al leer los comentarios que detona esta noticia en las redes sociales, una puede detectar cómo estas iniciativas alimentan el sexismo y odio en contra de las mujeres por rebasar un supuesto límite, como si el ejercicio de derechos tuviera freno o un estándar de hasta donde se puede defender los Derechos Humanos, Lo que se busca es genera una falsa idea de los hombres como víctimas de las mujeres.
Ya en 2020 este mismo personaje había propuesto eliminar el tipo penal del feminicidio por considerar que éste ocasionaba privilegios para las mujeres. El sinsentido esta dicho en la misma afirmación.
Es muy probable que no pase la iniciativa que presentó el saliente diputado en el congreso de Nuevo León, sin embargo, lo que preocupa son las expresiones que surgen a raíz de ella.
Una de las tendencias de los conservadores machistas es atentar contra los derechos de las mujeres, lo mismo ocurrió en España.
Cuando el partido VOX, de ultraderecha, llego a la Cámara en 2018, sus acciones se encaminaron a derogar las leyes contra la violencia hacia las mujeres, las listas paritarias en la participación política de las mujeres y reducir los programas gubernamentales que les sustenta.
Tanto hoy como en 2020, lo que leemos son comentarios burlones sobre la violencia contra las mujeres, lo exageradas que somos, según ellos, y cómo los hombres se ven atacados.
Estos comentarios intentan disculpar a los hombres por sus actos violentos y misóginos, y responsabilizar a las mujeres por la violencia vivida. Esta visión distorsionada compara el respeto a la vida e integridad de las mujeres con ataques contra los hombres, lo que trata de deslegitimar el derecho que tenemos las mujeres a defender nuestros derechos.
Ese es el peligro de estos personajes, quienes se atreven a presentar estas iniciativas contra las mujeres porque saben que hay un segmento de la sociedad con el cual encuentran eco. Muchos de los comentarios no tienen más argumento que la estigmatización hacia las mujeres que denuncian violencia y la defensa a ultranza de los hombres, lo cual impide un análisis mayor de lo que ocurre con las mujeres y las condiciones de desigualdad que enfrentamos todavía.
El conservadurismo machista está en todos lados y usa el poder que tiene a la mano para seguir oprimiendo. Ejemplo de ello es la acción del gobierno del estado de Jalisco y la represión contra la manifestación feminista, acompañada del sistema de justicia del estado. Las feministas que exigen cese a la violencia contra niñas en las escuelas y que las autoridades educativas estatales tomen acciones para sancionar a los agresores y garantizar la no repetición, hoy están siendo criminalizadas y estigmatizadas.
Esto se suma a la ola de violencia contra las movilizaciones feminista en los últimos tres años. Con la represión se desvía la atención de lo que generó la movilización: la violencia sexual contra niñas en las escuelas, que de acuerdo con el informe “Es un secreto” de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C. Jalisco ocupa el segundo lugar en casos reportados en una posible red de explotación sexual infantil en Escuelas Públicas.
El conservadurismo busca cualquier recoveco en la sociedad para seguir anidando. Para sobrevivir, alimenta el miedo a perder el privilegio patriarcal y coloca como enemigas a las mujeres que defendemos nuestros Derechos Humanos; desenmascararlos es fundamental para seguir avanzando.
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