OpiniónReflexiones

Entre sueños y realidades

REFLEXIONES 2021

Entre sueños y realidades

Por Mtra. Emilia Vela González  

Caminábamos por los Campos Elíseos, frente a nosotros se levantaba con toda su majestuosidad y belleza el Arco de Triunfo, si, era Paris de noche.
Formábamos un alegre grupo de tres parejas, ellos de traje obscuro y nosotras de vestido largo con alguna moda de principios del siglo pasado.

Conversábamos con ánimo festivo, sin faltar la risa o la carcajada.

De repente una mujer que caminaba sola en sentido contrario al nuestro, se detiene y mira con incredulidad a mi acompañante, éste la mira sorprendido y empalidece, busca mi rostro y yo al observar el suyo, comprendo todo y me limito a decir- puedes irte con ella Fermín -. Después de eso me despierto.

Continúo en la cama y evoco el sueño. Me llama la atención lo real que me pareció. La ligereza en el caminar y apariencia de mis acompañantes me hablan de que éramos jóvenes. La falta de brillantez en la iluminación, y las características del vestuario parecieran pertenecer a otra época, aún despierta, podía experimentar la sensación de una alegría interrumpida, y la certeza de que conocía toda una Historia entre Fermín, no conozco ni he conocido a nadie de ese nombre, y aquella misteriosa mujer. Al recordar la última frase no puedo evitar sonreír y decirme – De donde saliste tan generosa Emilia –.

Camino por una especie de callejón, cuya obscuridad se interrumpe por faroles en algunos tramos, tengo dificultad para mantenerme erguido, he bebido mucho, ocasionalmente me tengo que apoyar en la pared con un brazo, con el otro me aferro a una bota de vino. Visto una especie de túnica que alguna vez pudo haber sido blanca, pero con todas las manchas de orígenes tan diversos, el color resulta indefinible.
Repentinamente me detengo, escucho el inconfundible sonido de cascos de caballos sobre la calle empedrada. Agazapado en un rincón oscuro, observo marchar a unos cincuenta hombres montados en corceles, al frente del cual van caballeros, con la cabeza descubierta, se quienes son y temeroso de que me reconozcan me oculto en el resquicio de una puerta.
Llego a mi casa, es una especie de castillo medieval muy sobrio. vislumbro una habitación iluminada, me asomo de manera furtiva y alcanzo a ver una larga mesa de madera, ocupada únicamente por dos mujeres, en la cabecera veo a mi madre, y a un lado está una mujer vestida de negro cuya cara se oculta tras un velo.

Me despierto, repaso lo soñado, y concluyo que era un hombre degradado por el vicio.

Este sueño data de varios años atrás. Esa noche acudí a una reunión, por conversaciones anteriores con la anfitriona, sabía que había leído a Brian Weiss y con ese antecedente le comento; medio en serio y medio en broma, – ya se porqué no me gusta beber Alcohol, – y agrego – creo que tomé todo el que tenía que tomar en una de mis vidas pasadas-. El comentario tenía su razón de ser, toda vez el referido autor señalaba en » Lazos de Amor » que los sueños nos proporcionaban pistas acerca de vidas pasadas.

Brian Weiss, es un Psiquiatra norteamericano, del cual hace algunos años leí su libro “ Muchas Vidas, muchos Maestros”, en la misma narra que al realizar, por medio de la hipnosis, una terapia de regresión en una paciente para encontrar el origen de un trauma, pudo advertir que el mismo había tenido lugar en una vida pasada de la persona que atendía, según hechos descritos por esta. Tales experiencias se habrían de repetir al tratar a otras personas.

Weiss, contaba con un gran prestigio profesional y para cuando decidió revelar estas experiencias, sin duda controversiales, se desempeñaba como profesor de Psiquiatría de la Universidad de Miami.

No tengo la más mínima intención de generar polémicas, en torno a si existe o no la reencarnación, carezco de argumentos sólidos para afirmarla o negarla. Se que es una creencia propia de religiones orientales, y hace tiempo dejé de creer que la que yo profeso tenga la verdad absoluta, y que millones de personas estén equivocadas.

Volviendo a los sueños, siempre me ha llamado la atención, que a la mañana siguiente de haber tenido alguno, al recordar de fragmentos de estos, recuerde rostros que nunca he visto, calles y lugares por los que nunca he transitado o vistiendo un ropaje que no he tenido. Y seguramente hay una explicación racional para esa sensación que experimentas de que ya conocías un lugar al que llegas por primera vez o a una persona que recién te ha sido presentada o haz conocido, pero por lo pronto el sentimiento supera al conocimiento.

Bendecido Domingo.

Please follow and like us:

Comment here

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial
A %d blogueros les gusta esto: