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¿Está filtrado Morena por el cabecismo?

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro 
¿Está filtrado Morena por el cabecismo?  

“Poderoso Caballero es don Dinero”, la poesía del español Francisco de Quevedo, donde se satiriza y se esgrime una ácida crítica hacia todo lo que puede conseguirse con billetes, sin importar fueros, títulos, condición política y social o jerarquías, sigue sin perder vigencia a través de los siglos.  

En los tiempos del Tamaulipas actual, es un secreto a voces que desde el régimen cabecista se opera una estrategia cuya mecánica es la seducción por la vía de los cañonazos económicos. Todo esto opera igual para ablandar voluntades legislativas que para conseguir una candidatura a modo, de cara a la lucha por el Poder Ejecutivo en el 2022.  

Las sospechas son amplias y se extienden tanto a los cuadros guindas de origen priista, como a quienes hoy se dicen obradoristas puros, y más aún aquellos que desde un inicio fueron colocados en posiciones claves de la representación federal en el estado, a pesar de que se sabía plenamente su origen familiar y su pertenencia filial al actual grupo en el poder.  

En este contexto, algunos sectores de la prensa nacional están encontrando suficientes ingredientes como para balconear las presuntas relaciones delictivas y la corrupción de encumbrados personajes que hoy han sido colocados en puestos claves de la nomenclatura morenista tamaulipeca.  

A estas alturas, el daño ya es grave, pero puede ser mucho mayor, en la medida de que, los padrinazgos tribales de la llamada Cuarta Transformación, parecieran no tener más liderazgo que sus propias ambiciones facciosas. Y en ello, no les importa debilitar aún más a un morenismo estatal que se observa muy distante de la unidad. Y muy cercano a la pulverización de sus intereses partidistas. De la ideología y de los principios, mejor ni hablar.  

Por otra parte, se sabe que personajes como el llamado “Monje Negro”, Gabriel García Hernández ex coordinador de los programas de bienestar social en el país, y padre putativo de los super delegados, pese a su renuncia al poderoso cargo, sigue moviendo los hilos de su equipo desde el senado.  

Todo este desbocamiento de las parcelas morenistas, (nacionales) enfrascadas ya desde ahora en una carrera presidencial demasiado prematura, encuentran en Tamaulipas una tierra fértil, para que el gobierno panista opere a placer, regodeándose con el canibalismo interno de la marca guinda. Y al mismo tiempo seduciendo a algunos de los morenistas más encumbrados.  

La estrategia del “divide y vencerás” por parte del cabecismo se ha puesto en marcha. No sabemos si les vaya a dar resultado, pero por lo que se observa han logrado grandes progresos, desde el momento en que la mayordomía del partido MORENA en Tamaulipas, se la están adjudicando a un miembro de la familia en el poder.  

¿Qué más se puede pedir, cuando se sabe que todo ese cúmulo de información ciudadana, que abarca los padrones de todos los beneficiarios del asistencialismo de AMLO, ahora podrían estar al servicio del adversario azul? 

Ahora se especula que, desde los inicios de la campaña obradorista, en las vísperas del 2018, encumbrados personajes del clan reynosense, pagaron fuertes cantidades, primero por una alcaldía que finalmente no se dio. Y posteriormente se les hizo entrega de la Superdelegación federal con el argumento de que, “estaban distanciados” del palacio Tamaulipeco.  

 Es muy lamentable que algunos de los grupos más prominentes de Reynosa, llámese Maki  o el chavo de la cachucha, hayan convertido el santuario moral e ideológico de MORENA, en una Babilonia de mercenarios, más transitada que un mall de Mac Allen.  

 En ese mar revuelto, atascado de dinero, los panistas están viendo la oportunidad para descarrilar a la locomotora MORENA.   

 En este sentido, los protagonistas más importantes del morenismo en el estado tienen la responsabilidad de deslindarse y asumir la defensa de las posiciones obradoristas.  

Tamaulipas acaba de votar en contra de los vientos que llegaron en el 2016. De ahí que, sería una traición al pueblo y a sus electores, fraguar un retroceso operado no ya desde el PAN, sino desde el mismo seno del morenismo en nuestro estado.   

De ser así, entonces la figura recurrente de los caballos troyanos quedará caduca, ante los Godzillas azules, que habrían comprado la plaza, con todo y sus personalidades guindas.  

Como bien lo dijo Quevedo: Poderoso Caballero, es don Dinero.

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