Su majestuosa e insultante boda, fue determinante para que Santiago Nieto fuera botado de la UIF. Por los rumbos de Tamaulipas, dicen que hubo fiesta y hasta balas para festejar su caída. Lo que no saben es que Pablo Gómez, su relevo, es un implacable juez que no le tiembla el pulso si de aplicar la justicia se trata.
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