Por Perla Reséndez
VICTORIA, TAM | En diez años, Tamaulipas acumula 16 quejas por violencia obstétrica ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, reportó el Grupo de información en Reproducción Elegida (GIRE).
La información fue recabada a través de solicitudes de información de la organización feminista que busca lograr una transformación cultural en México a través de la exigencia de justicia reproductiva, desde una perspectiva de derechos humanos.
En el caso de Tamaulipas, se ubica en el lugar 20 en el país con este tipo de quejas, donde San Luis Potosí ocupa el primer lugar con 576, Jalisco 165 e Hidalgo reportó 153 quejas en la última década.
De las 16 quejas que se interpusieron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en dos de ellas se emitieron recomendaciones para las autoridades de salud, mismas que fueron aceptadas.
La violencia obstétrica es una forma de violencia contra la mujer y otras personas con capacidad de gestar que constituye una violación a los derechos humanos, generada en el ámbito de salud público o privado.
Puede ser cualquier acción u omisión por parte del personal de salud que cause daño físico o psicológico durante el embarazo, parto o puerperio, por la falta de acceso a servicios de salud reproductiva, trato cruel, inhumano, degradante, abuso de medicación o menoscabo a la capacidad de decidir de manera libre e informada sobre los procesos reproductivos.
Las manifestaciones de la violencia obstétrica pueden ser físicas entre ellas, las prácticas invasivas, por ejemplo, las cesáreas, cuando se practican sin que exista justificación para realizarlas, la esterilización no consentida o forzada, el suministro injustificado de medicamentos, el retraso de la atención médica de urgencia o la falta de respeto a los tiempos de un parto.
Entre las psicológicas se encuentran los actos discriminatorios, uso de lenguaje ofensivo, humillante o sarcástico, falta de información oportuna sobre el proceso reproductivo y trato deshumanizado.
En 2016, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) confirmó que de 8.7 millones de mujeres que tuvieron al menos un parto entre 2011 y 2016 en México, 33.4 por ciento refirieron haber sufrido maltrato por parte de quienes las atendieron.
Las manifestaciones más comunes de violencia obstétrica en México son los gritos o regaños (37.42 por ciento), retraso en la atención “por gritos o quejas” de la usuaria (34.44 por ciento), ignorar a las usuarias (33.11 por ciento), presionarlas para que acepten un método anticonceptivo o esterilización (30.9 por ciento) y forzarlas a que adopten posiciones incomodas durante el trabajo de parto (30.83 por ciento).
Según esta misma encuesta, en 2016, 42.8 por ciento de las mujeres entrevistadas reportaron que el nacimiento de su último hijo o hija fue por cesárea, pero el 10.3 por ciento de estas, manifestaron no haber sido informadas de la razón para la cesárea, y 9.7 por ciento, que no les pidieron su autorización para realizarla.
En México, la nom 007 señala que es necesario priorizar el parto vaginal y reducir el índice de cesáreas. De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID)
En Tamaulipas en 2014 de cada 100 mujeres, el 52.4 por ciento tuvieron cesáreas programadas, en 2015 el porcentaje fue del 51.4; un año después, bajó al 49.9 por ciento de cesáreas por cada 100 mujeres y en 2017 el porcentaje de cesáreas fue del 50.5 por ciento.
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