CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Si la jauría ataca, señal de que Gattás avanza
“Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, La vieja frase, erróneamente atribuida a la pluma de Miguel de Cervantes Saavedra, en su inmortal “Quijote”, es recurrente en su cíclico retorno histórico y temporal. Al final de esta entrega, diremos de quien es realmente dicha expresión.
Pero mientras tanto, entremos en materia:
El bastión político del morenismo por excelencia es ciudad Victoria. La capital del estado no solo está llamada a recuperar su esplendor, sino a ir más allá y sentar las bases de una verdadera transformación en lo que a patrones de desarrollo económico y cultural se refiere.
Hablamos de una modernización urbanística y de un despegue industrial, que dejaría atrás la vieja imagen de ciudad burocrática.
Es un secreto a voces, solo cuestión de meses: el inminente reacomodo en los factores de poder político estatal que prácticamente están a la vuelta del calendario electoral, traerá consigo el surgimiento de un nuevo escenario, en el cual nuestra urbe capitalina podrá tener acceso a mayores presupuestos republicanos que le permitan hacer posible el sueño de progreso y de bienestar que ahora tratan de negarle los panistas.
Mientras eso sucede, el ayuntamiento presidido por Eduardo Gattas en ciudad Victoria, ya le cambió el pulso y el rumbo al destino de una ciudad, que apenas hace unos meses zozobraba secuestrada por el nepotismo, el contratismo y la opacidad rampante.
Los cambios se palpan en la aplicación de las políticas públicas, sobre todo en los rubros más sensibles, como son los servicios de limpieza, el tema del agua potable, la pavimentación de calles.
Ante todo, en la responsabilidad de una autoridad municipal que es de ciudad Victoria, y que siempre va a dar la cara, porque no llegó desde el sur de Estados Unidos, para administrar un feudo que le regalaron por decreto.
Esa es parte de la diferencia. Pero, además, debemos de preguntarnos: ¿los de enfrente tienen autoridad moral para enjuiciar a un cabildo como el de Victoria, cuando no resisten el más mínimo señalamiento, en materia de patrimonialismo y de corrupción?
Como lo advierte la conocida sentencia bíblica: Mateo7:5. “¡Hipócrita!, Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
¿Porque atacan a Gattas?, se preguntan algunos. Y en las mismas redes sociales, algunos comentarios aportan la respuesta: lo atacan porque está dándole resultados a la gente de Victoria; porque está gobernando para el pueblo, y no para un grupo de parientes.
La jauría se ha lanzado contra el Palacio del 17, y pareciera que la aplicación de ese lugar común, conocido como “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, encuentra aquí, su perfecta analogía.
Pero, como decíamos en el inicio, la citada frase no se encuentra en ninguna de las páginas del libro escrito por Cervantes de Saavedra, lo cual no merma en modo alguno su preeminencia en la cumbre de la literatura universal.
Quienes conocen sobre el tema, han encontrado una frase similar, pero que pertenece a un escrito del alemán Johann Wolfgang von Goethe, cuyo poema titulado “Ladran”, en uno de sus versos dice lo siguiente:
“En busca de fortuna y de placeres/ Mas siempre atrás, nos ladran/ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero/ Por siempre acompañarnos/Pero sus estridentes ladridos/ Solo son señal de que cabalgamos”.
Y bueno, la jauría del potrero azul, sigue atacando a Lalo Gattas. Como escribió Goethe: es señal de que los del 17, están cabalgando.
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