REFLEXIONES 2022
Por Mtra. Emilia Vela González
De libros, lecturas y otros pasatiempos
La lectura es un gusto y especie de afición que he conservado a través de los años. Pero esas épocas en que podía quedarme leyendo hasta la madrugada atrapada por el trama de una novela, el interés sobre un tema o necesidad de estudio, han quedado atrás.
De los destinados para leer antes de dormir, tengo algunos seis libros empezados. Debo reconocer que los años acumulados han disminuido un tanto mi visión y capacidad de concentración, pero no mi deseo de conocimiento y aprendizaje.
Y aunque el placer de hojear un libro, por lo que a mi persona se refiere, no tiene sustituto; no puedo menos que admitir que la tecnología tiene la gran ventaja de proporcionarnos de una manera rápida y generalmente eficaz, la información que necesitamos sobre los temas más variados, aclarando dudas o satisfaciendo nuestra curiosidad.
El cine es otro de mis pasatiempos, aunque reconozco que ha pasado un tiempo desde la última vez que estuve en una sala de exhibición. Y si bien a través de netflix, que reservo para fines de semana, he tenido la oportunidad de disfrutar una variedad de películas de mi gusto; no son pocas aquellas que no concluyo porque el argumento o la actuación no lograron mantener mi atención .
En cambio Youtube, lo sintonizo casi a diario. En un principio lo utilizaba para escuchar música variada, poco a poco fui descubriendo la variedad de ventajas que ofrece, respecto a temas de mi interés, tutoriales, recetas de cocina, ejercicios para adultos mayores, películas antiguas, test de cultura, conferencias, lugares significativos de cada país, reportajes y una serie de etcéteras.
Sin embargo, hará cosa de dos meses que mi hermano Rigoberto me sugirió un programa español “ Un libro una hora “, de Antonio Martínez Ascencio. Lo busqué por curiosidad, y la verdad que quedé encantada: porqué además de su gran calidad narrativa, la información que brindan sobre el autor y la obra, me ha dado la oportunidad de conocer el contenido de novelas y ensayos de autores, que si bien sus nombres me resultaban familiares no los había leído, otros de los que desconocía su existencia y algunos más que leí años atrás.
Me queda claro que un libro que te cuentan, no va sustituir al que se lee, especialmente cuando se disfruta de la lectura. En lo personal recuerdo que en mi juventud me centraba en el argumento y poco a poco fui descubriendo la calidad de un escritor por la manera como construye este y por el lenguaje utilizado. Muchas veces me regresaba a leer un párrafo y no pocas lo subrayaba, por todo lo que decía o la manera de decirlo.
Anoche escuchaba, en Youtube, otro programa, sugerencia también de mi hermano, “La última página”, donde analizaban “ La Divina Comedia” de Dante Alighieri. Que únicamente había leído un resumen en mi época de secundaria. Donde se mencionaba, además de las distintas lecturas que puede tener esta obra considerada cumbre del Renacimiento, la importancia de conocer la época y el entorno político y social de cuando fue escrita, para entender mucho de lo que ahí se aborda.
Y bueno sin duda eso sucede con muchísimas novelas, con independencia que una segunda o tercera lectura, nos revelan cosas que nos pasaron desapercibidas la primera ocasión que las leímos o nuestra propia madurez nos permite apreciarla con una perspectiva distinta.
En mis veinte leí “ Amor y Prejuicio” de Jane Austin, lo que quedó en mi memoria fue una historia de amor. Cuando un par de años atrás volví a leerla, mi atención se detuvo en la situación de las mujeres en la Inglaterra del siglo XVIII, su falta de derechos, el privilegio del hijo o el varón de la familia para heredar el patrimonio de la misma, y como en determinados niveles el matrimonio era la única manera de asegurar la subsistencia de una mujer.
Y bueno, hay que leer, y en ocasiones comparar, para no correr el riesgo de creer todo lo que nos dicen o escuchar una sola Historia.
Bendecido Domingo
Comment here