Por Mtra. Emilia vela González
A propósito del INE. Un poco de historia
A principios de la década de los setenta, siendo estudiante universitaria en Monterrey, acudí a la entonces Comisión Federal Electoral a obtener mi credencial de elector. Esta consistía en un tarjetón verde rectangular que entregaban en un sobre amarillo. La de fotografía habría de surgir hasta 1992, una vez constituido el IFE, ahora INE y actualmente constituye una cédula de identidad nacional que proporciona y manda elaborar este órgano con el presupuesto asignado.
En esa época obtuve la plaza de escribiente en un Juzgado Civil, en mi recibo de nómina aparecía una retención de $ 36.00 para el PRI, algo que al parecer todos consideraban normal y que ahora resulta inimaginable. Lo anterior derivado de reformas que contemplan una afiliación partidista libre e individual, y un financiamiento público a los partidos Políticos proporcionado por el órgano electoral, llámese INE, tomado del presupuesto autorizado, lo que no ha evitado que gobiernos en funciones, a nivel federal o local, apoyen a los partidos del cual emanan.
A principio de los ochenta regresé a Reynosa, mi interés en la la vida pública se dio desde la sociedad civil, sin pertenecer a partido político alguno, por ello me sorprendió que en las elecciones locales de 1987, sin que se me consultara, me designaran representante de casilla del PRI. Entonces contendían para la presidencia municipal la señora Ernestina Icaza por dicho partido y Ernesto Gómez Lira por el desaparecido PARM, quien resultó electo.
Mi primera intención fue no acudir a la casilla, pero al final se impuso una especie de responsabilidad, no asumida voluntariamente. Me presenté a desempeñar mi función, y debo admitir que aquel ejercicio democrático me resultó interesante y revelador. Pero estábamos muy lejos de contar con los elementos de verificación de identidad de los votantes. Además de la credencial de elector, las listas nominales, donde aparecen insertas copias de las credenciales de elector de los ciudadanos de la sección correspondiente, que se entregan a los representantes de partido acreditados en casilla, para que constaten la identidad del elector, y que se mandan hacer con el presupuesto que se asigna al INE.
Pero mi acercamiento al Derecho Electoral, se daría a principios de los noventa a invitación de mi recordada amiga Ana Teresa Luebbert, siendo su hermano Oscar candidato a una diputación Federal. Posteriormente habría de formar parte de consejos distritales o municipales, proporcionaría capacitación y litigaría medios de impugnación electorales. Tendría un alejamiento temporal de esta actividad entre el 2002 y 2005 que por cuestiones de trabajo iría a radicar a Tampico.
En noviembre del 2006 fui designada Magistrada Electoral del Estado, cargo que desempeñaría por 12 años, en virtud de designaciones y ratificaciones del Congreso Local y del Senado.
Con anterioridad y como magistrada, asistí a un número indeterminado de cursos, seminarios, congresos y diplomados en materia de Derecho Electoral. Como litigante y funcionaria me vi obligada a estudiar, conocer y aplicar las reformas que a nivel Constitucional y Legal, se fueron generando en la materia.
En 1988, siendo presidente Miguel de la Madrid, tuvieron lugar unas elecciones presidenciales muy cuestionadas, por las que accedió al cargo Carlos Salinas de Gortari. Por entonces Manuel Barlett como secretario de Gobernación, presidía la Comisión Federal Electoral, y en una época en que los diputados electos, se constituían en colegio electoral para calificar su propia elección, se puso de manifiesto la necesidad de contar con un órgano electoral no controlado por el gobierno y el partido mayoritario. Derivado de lo anterior se constituye el Instituto Federal Electoral IFE,(Ahora INE) cuya autonomía se va ir construyendo paulatinamente, quitando al gobierno representación y voto a los partidos políticos.
Los 11 consejeros actuales del INE, fueron designados por la cámara de diputados mediante convocatoria pública y evaluación, por un período de nueve años. Sus nombramientos son escalonados, 4 concluyen en abril del 2023. Con ello se garantiza que siempre habrá consejeros con experiencia.
Una de las propuestas que contiene la iniciativa de reforma electoral que presenta el Presidente, es que la totalidad de consejeros, de lo que será el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, se elijan simultáneamente por elección popular, de las propuestas que hagan los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Lo que sin duda constituye un retroceso, en cuanto volverle a dar una intervención al gobierno y al partido mayoritario, además de considerar totalmente inaceptable que los aspirantes a Consejeros y Magistrados electorales se vean obligados a realizar campaña para obtener votos. Lo que se debe valorar es su conocimiento y experiencia en la materia electoral y no su simpatía. Y no son pocos los electores que votan por un partido sin tener idea de quien es el candidato.
Considero al INE uno de los órganos autónomos más confiables, la pretensión presidencial de que desaparezca no es una sorpresa, el residente del Palacio Nacional ha sido constante en su campaña de deslegitimación contra el mismo. Confío que la iniciativa no prospere.
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