OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Fin de campañas: La peor guerra sucia
VICTORIA, Tamaulipas | Brincamos el mes y terminan las campañas. La ciudadanía descansará de la tormentosa dosis de spots a que fue sometida en los últimos dos meses.
Usted y su servidor no tendremos que estar cambiando frecuencias de radio y televisión a cada rato para evadir insultos y ocurrencias de los “cuartos de guerra” de candidatos. Gracias a Dios que este tormento llegó a su fin.
Los que tenemos línea telefónica de base o celular, dejaremos de ser asediados por mensajes de un candidato, su gente, que en horas del día y la noche te quieren meter por qué no debes votar por el contrincante, en lugar de decirte por qué debes votar por su proyecto.
Las redes sociales se descongestionarán de mensajes pagados donde el predominio fueron acusaciones falsas e inventos, descalificaciones y exhibición de documentos apócrifos.
Descansaremos de la declaracionitis en medios masivos, promesas y compromisos que sabemos no se cumplirán. Maniobras para tratar de cosechar votos.
Cada equipo de campaña -si es que el IETAM quiere hacer cumplir la Ley- deberá retirar la contaminación visual que invade territorio estatal. Jamás sabremos cuántas toneladas de plásticos tiraron al medio ambiente, pese a que la reglamentación dice que deben ser materiales textiles, degradables.
El aspirante favorito para ganar, Américo Villarreal, cerrará campaña en Victoria capital, tierra que lo vio nacer y donde también comenzó proselitismo.
Por su parte César Verástegui se concentrará en la zona conurbada del sur, ahí donde se supone está el voto duro azul, cuna panista de Tamaulipas y feudo de Jesús Nader, exaspirante a la candidatura estatal. La elección será una prueba de fuego para él, si sigue contando con la voluntad ciudadana o es hora de hacer maletas.
Nunca sabremos cuánto dinero gastaron, principalmente la coalición Va por Tamaulipas que tuvo la sartén por el mango. Se habla de millones que alcanzaron hasta para rifar automotores y cientos de pantallas de televisión en eventos en apariencia clandestinos, pero de los que se enteraron miles.
La concentración más impresionante jamás lograda por un candidato a Gobernador se dio en el cierre de Reynosa, hoy segunda capital de Tamaulipas por el número de funcionarios estatales que ahí viven. Hay quienes calcularon entre 30 y 40 mil cráneos que van a votar por la candidatura común Morena-Pt-Verde.
Solo tiene parangón con el evento masivo del 17 de junio de 2012, organizado por los líderes del pueblo para recibir a Enrique Peña Nieto como candidato a la Presidencia de México, cuando se habló de 30 mil almas.
Fueron campañas sucias, también como nunca en la historia de este pedazo de tierra. Morena tenía razón al no acudir a firmar un “pacto de civilidad” que se realizó en Tampico. Superaron todo antecedente de ofensas y bajezas.
Por primera vez también la maquinaria de la Fiscalía del Estado fue utilizada como instrumento de represión. Su titular chilango agarró inventando acusaciones para encarcelar a opositores que no aceptaron doblegarse al ejecutivo para imponer sucesor.
Así quedará en la indeleble página de la historia política de Las Tamaholipas. La peor guerra sucia de que se tenga memoria, ideada y encausada por agentes externos al territorio estatal.
Lo que sigue es la movilización previa a la elección, la “operación almuerzo” para los votantes, renta de micros y autobuses para conducir a los ciudadanos hasta la urna y regresarlos. El pago de “apoyos” a los coordinadores, a representantes generales partidistas.
Y viene la presión sobre los funcionarios de casilla para que no se presenten la mañana del domingo, o los representantes de partido y candidato. La lana en efectivo aceleró su circulación entre manos.
Los slogans de partido y candidato no fueron los mejores ni más gratos en campaña alguna.
Por primera vez dos equipos utilizaron palabras que riñen con el buen lenguaje y la convivencia armónica de los tamaulipecos.
Uno, “Tamps con madres”, de Va por Tamaulipas, que no es algo que los paterfamilias quisieran instruir en la formación de sus hijos. No es una frase de la que tengamos que sentirnos orgullosos o definir para bautizar un programa de gobierno.
La otra es de Arturo Díez Gutiérrez de Movimiento Ciudadano, al hacer apología de la violencia y la criminalidad. Se refirió a “Mataulipas” como algo cotidiano en el acontecer de nuestros coterráneos. Morena y socios fue el que utilizó menos léxico altisonante.
¿A qué genios del marketing se les ocurrió que esas palabras podrían tener “pegue” en Tamaulipas? Las trajeron desde la gran capital a provincia ¿qué quisieron significar? ¿humor? ¿impresionar? Es tema para los expertos.
Al mismo tiempo, ronda otra vez sobre el cielo de Tamaulipas el fantasma del desafuero. La cita es a las 14:00 horas del miércoles cuando se reúna la Primera Sala de la Suprema Corte para decidir si procede la orden de aprehensión contra el Gobernador Francisco Javier, o lo dejan vivir políticamente cuatro meses más.
Si es afirmativa habrá Gobernador Interino ¿quién? Los rumores se extendían la tarde del martes. Insistimos que, de ser necesario, por 48 horas debe ser Gerardo Peña Flores, el secretario General. Está listo. Ya tiene el bate al hombro ¿por qué él? Falta espacio y sobra tiempo para comentar.
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