OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Levantarle la mano al verdugo
VICTORIA, Tamaulipas | Los hay que “cabecearon” para donde venía el jab o, con más elegancia, marcharon por el lado incorrecto de la historia.
Bueno, de todo hay en la viña del Señor, unos más vivos que otros y los tontos que nunca faltan, pero guiados todos por el amor a la nómina.
Sobra decir que el futuro gobierno de la 4T no tiene compromisos con chapulines, veletas y traidores. Si llegan a levantar la mano es porque no conocen la vergüenza ¿o sí? Hablamos de la integración del equipo de Américo Villarreal Anaya.
Aquellos que brincaron las trancas del establo ¿por maiceo? Quedan hoy como las viudas, a la deriva y sin esperanza de rehacer su vida política. Se les quemaban las habas y ¿por amor? Se entregaron al Demonio.
Como la frase del futbolero “Perro” Bermúdez: La tenían, era suya y la dejaron ir.
Por el lado guinda, apuntemos que deben estar lamentando malas decisiones elementos como Ciro Hernández Arteaga, de Altamira; Daniel Sampayo y Leticia Salazar, Matamoros; Lalo Hernández Chavarría y Rosa Muela, de Tampico, por mencionar a los más “notables” que marchaban en el tren cuerudo de la 4T.
Se bajaron antes de llegar a la estación. Saltaron a un convoy que iba en reserva. El castigo es la fría banca por los siguientes seis años, por lo menos. En el PAN y Movimiento Ciudadano tendrán que hacer cola.
Ciro tenía candidatura en la bolsa; una encerrona en la segunda esquina del poder lo hizo cambiar de opinión. Mordió el polvo en el 2021 y quedó apestado en ambos equipos.
Hernández Chavarría fue candidato a diputado por Morena; apareció tras las vallas enemigas, lo mismo que Salazar, acosada todo el sexenio desde Palacio y, al final, fue a levantarle la mano a sus verdugos.
Igual otras figuras relevantes de la frontera: Rigoberto Ramos Ordóñez, Ulises Martínez y Leticia Sánchez Guillermo. Fueron punta de lanza de la 4T en el Congreso del Estado, pero a las primeras lecciones les entró el amor por sus victimarios ¿a cambio de qué?
Edna Rivera López, morenista del sur, marchaba con futuro prometedor, pero se tropezó en el camino, tanto que la hizo despotricar a tontas y a locas contra el entonces precandidato AVA. Su suerte está echada. Regresó a impartir al aula preescolar de donde no debió haber salido.
Tuvieron sueños muy “fuertes”. Imaginaron que andaban entre las estrellas. El frío de la banca los colocará en su realidad.
¿Qué pasó con Rigoberto Garza Faz? fue candidato en Reynosa ¿y Ramón Garza Barrios, en Nuevo Laredo? Se perdieron en la batalla. No se sabe el rumbo que tomaron.
La danza de los “chapulines” fue más allá. Hay desertores del PAN a los que espera un mejor futuro en los siguientes sexenios. Si no es hoy, será mañana. La “cola” es larga, pero se colocaron en el lado correcto elementos como Maki Ortiz Domínguez, Alberto Lara Bazaldúa y Héctor Pérez Ibarra, de Reynosa, este último operador de Francisco Javier García. No en el gabinete americanista, pero les espera algún premio.
De esos brincolines azules, la única con futuro inmediato pudiera ser Maki, la chihuahueña, arrastrando parte de su equipo que trae desde Reynosa. Tardó, pero al final del baile no aceptó levantarles la mano a sus victimarios.
Lo que causó más dolor en Palacio, con una lágrima y sus recuerdos, fue la partida de Ernesto Ferrara Theriot, de Nuevo Laredo, y Pérez Ibarra. No soportaron la intransigencia de los tres hermanitos.
Y están listos para reclamar priistas que con tiempo se treparon al tráiler de la victoria, entre ellos Oscar Luebbert Gutiérrez, Eliseo Castillo, Humberto Valdez, José Hernández Cuesta y otros que no creyeron en la fallida alianza con sus secuestradores.
En cambio, pagarán sus yerros gente como Mayra Ojeda, Roberto González Barba, el eterno Tino Sáenz, Edmundo García Román, Alejandro Guevara Cobos, Arturo Núñez, Armando López Flores y varios más que se pelaban por el amasiato –o recostó- con los panistas.
Aquel 21 de diciembre del 2021 se reunieron en Tampico para pedir incluso la renuncia de su líder Edgardo Melhem Salinas, presuntamente manipulados por el Gobierno del Estado. Hoy no les queda buscar culpables de la derrota.
De los perredistas ni para qué hablar. Lo de ellos es el centaveo, sacarle billete a todo. Nadie duda que se fueron “cuajados” en este fallido intento panista por conservar el poder. Ganaron tanto como para volver a la “chamba” de corifeos hasta abril del 2024.
Algunos brincaron a tiempo, pero no lo suficiente para lavarse la cara, entre ellos Pedro Alonso Pérez, Julio César Martínez, Cuitláhuac Ortega, Alberto Sánchez Neri y Alfonso Trejo Campos, ex presidentes estatales que dominan muy bien el tema de esquiroles y maiceo.
Solo uno, Pedro Alonso, pudiera tener futuro inmediato. Los demás a la cola, más allá del experto maromero “El Ruso” Sosa Phol, doctorado en genuflexión y esquirolato.
¿Priistas disfrazados? ¿panistas arrepentidos? Es el amor por la nómina y no por la camiseta. Se confirma la máxima de “El Tlacuache” Garizurieta: Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
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