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Estertores de agonía política

OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Estertores de agonía política 

VICTORIA, Tamaulipas | La historia comienza su juicio con el gobernador panista, y parece que no será benigna con él. Es el “sexenio perdido” de Tamaulipas, algo no visto desde hace 75 años, trienio del general Raúl Gárate Legleu.

Tienen semejanzas: funcionarios corruptos, sin escrúpulos, rapaces que llegaron para repartirse Tamaulipas. Se apropiaron de las mejores tierras agrícolas y ganaderas, y lo que menos les importó fue resolver necesidades sociales. 

La única diferencia: Gárate ejerció tres años, se montó en el poder evitando que el Congreso convocara a elecciones. El panista va por seis. Trienio y sexenio de persecuciones. 

Ambos llenaron de “forasteros” su gabinete. Ni tamaulipecos ni avecindados. 

El secretario General del Gobierno de los militares, Raúl Rocha, no era de Tamaulipas, ni el tesorero Demetrio Bustamante, el de Obras Públicas, tampoco jefes policiacos ni ciertos alcaldes que impuso luego de la desaparición de poderes. En Victoria lo fue Jesús Ramírez, originario de Aguascalientes. 

En esta capital los panistas impusieron a dos forasteros: Al coachuileño Xicoténcatl González y la texana Pilar Gómez. 

Cabeza de Vaca trajo a fuereños a su gabinete: La jefa de Salud, el titular de Turismo, Contraloría, fiscal general y otras chambas que deberían ocupar paisanos ¿o aquí no hay gente capacitada? El secretario general de Gobierno es neoleonés. 

En corruptelas no se quedó atrás el cacicazgo de Emilio Portes Gil. La caída estrepitosa del Gobernador Hugo Pedro González en 1947, no les dio tiempo de “parchar” sangrías al presupuesto. Un cacicazgo de largos años los había vuelto más corruptos. 

Igual que ahora, se sabe que Francisco y su gente tratan de justificar salidas de dinero. Llaman a gente que recibió algún beneficio años atrás, para obligarlos a firmar documentos. 

Saben que les caerá el Demonio personificado en la 4T y el inflexible ex titular de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo. 

Y falta saber cuántas deudas dejarán los cabecistas en “vales” en Finanzas. Atención especial deberán poner los gerentes del Ipseet porque siempre se les va gente con “hebra”. No los vuelven a ver, como se vio incluso en la administración de Egidio Torre Cantú. 

Cuando Portes, según los historiadores, dejaron deudas por miles –al cambio de 75 años después son millones-, como Guillermo García, cuñado de Don Emilio, que dejó vales pendientes de pagar en Tesorería por 90 mil del águila; 35 mil Raúl González y así sucesivamente otros como Tristán Canales. 

La pregunta de nuestros días es ¿cuántos “vales” dejarán pendientes los funcionarios de Cabeza de Vaca? 

Y las deudas con prestadores de servicios y comerciantes ¿a cuántos giros mandaron a la quiebra? Es el estilo de la casa azul. 

Los miliares en el gobierno se apropiaron de ranchos, como El Garateño, del mismo Raúl Gárate, y El Canelo (San Fernando), que fue para su superior en la Sedena, Carlos I. Serrano. 

Lauro Rendón Valdez, Oficial Mayor de Gobierno, se quedó con mil 1,017 hectáreas en Villa de Casas, en tanto Juan Guerrero Villarreal, quien operó como secretario general, con la antigua hacienda el Nopal, en El Mante. 

Altos funcionarios federales del alemanismo llegaron a Tamaulipas como nuevos dueños de con ranchos. Los panistas hicieron lo propio, sobre todo en Soto la Marina y Aldama, las mejores tierras ganaderas. 

Los miembros del gabinete garatistas prefirieron Victoria y Villa de Casas. Los cabecistas se fueron rumbo a El Cielo y las playas. 

Carlos Antonio Flores Pérez, investigador del CIESAS (Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social), dice en una de sus obras que Gárate quiso imponer como sucesor al general Tiburcio Garza Zamora, aunque también simpatizaba con Norberto Uriegas, Juan Guerrero y otros colaboradores. 

Dueño de la situación, Cabeza hizo su juego y sacó como candidato a César Verástegui, por aquello del desprestigio y señalamientos de corrupción de su hermano Ismael, pero el respetable le negó la continuidad en el poder. 

Igual a los alemanistas representados por el General, se les negó la sucesión. Ganó la candidatura Horacio Terán Zozaya. 

En su obra “Grupos de Gobierno”, José Ángel Solorio Martínez, citando a Juan Fidel Zorrilla, menciona que el Gobernador Provisional “se caracterizó por persecuciones inexplicables contrarias a nuestro sistema de garantías constitucionales, y tomó cuerpo una política de campanario por parte del Congreso, que puso en predicamento la seriedad del Gobierno”. 

Sigue por su cuenta Solorio que Gárate, “persiguió, hostigó, reprimió y humilló a las organizaciones sociales tamaulipecas bajo la sospecha de ser portesgilistas”. Lo mismo ahora con los morenistas. 

Agrega que “a tanto llegó el entorno de terror y amago que dirigentes de la Liga de Comunidades Agrarias como Juan Báez Guerra, quienes vivieron días aciagos, tomaron la riesgosa costumbre de transitar armados ante la inseguridad y el constante clima de agresiones”. 

Lo mismo viven los contemporáneos con la pesadilla del panismo que, en los estertores de su final en el poder, da los últimos manotazos políticos y presupuestales. 

La historia comienza su trabajo. 

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