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Perdónalos, pero no olvides su nombre

OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Perdónalos, pero no olvides su nombre 

VICTORIA, Tamaulipas | La historia dice que, luego de nombrar a sus colaboradores e instalarse en Palacio de Gobierno en febrero de 1975, Enrique Cárdenas González recibió la crítica de algunos actores que no estaban en su momento (su sexenio).

-Es que pusiste a puros amigos y compadres –le dijo alguien-, a lo que respondió con esa claridad muy suya. 

-Y que querías ¿qué nombrara a mis enemigos? 

Quedó cerrada la discusión. 

A un expresidente de aquellos tiempos chicharroneros se le atribuye una frase que sigue circulando, de cuando periodistas le preguntaron sobre las dificultades para gobernar. 

-Es difícil con los amigos, y más con los enemigos. 

Valgan los comentarios por la elección de consejeros distritales de Morena, efectuada el sábado en Tamaulipas. Hay voces de inconformidad mientras los jefes del establo contrario, los conservadores del PAN, van sobre el procedimiento y piden anularlo. 

La pregunta es ¿querían que seleccionaran a los enemigos de la 4T? La política se hace por equipos, en unidad dentro de los partidos, donde no siempre ganan todos. 

Nace el nuevo Morena en Tamaulipas, sin “tribus” ni cotos de poder regional o “izquierdas” que tuvieron su origen en el PRD, y que al final lo llevaron a la destrucción. 

El poder no se comparte y nunca hay que desestimar a un contrario por menor que parezca. No hay enemigo pequeño. 

¿Querían que Morena nombre presidente del CDE a Alejandro Rojas Díaz Durán? ¿La Iglesia en manos de Lutero? ¿el coyote cuidando las gallinas? Bastante experiencia les dejó la traición de cinco diputadas al Congreso Local por no haber escudriñado en sus almas el interés económico. No les volverá a pasar. 

Al grupo ganador no le fue fácil ir a las luchas políticas con una bola de traidores incrustados en el mismo comité estatal, posiblemente a sueldo desde Palacio de Gobierno, dispuestos a destruir al partido. 

Necesitan tener un soporte, un partido afín, aun en la sana distancia. No fusionar ambas cosas es por lo que han luchado AMLO y la 4T. 

Valga también la frase atribuida al entonces presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy: “Perdona sus enemigos, pero nunca olvides su nombre”. 

La 4T y los americanistas posiblemente ya perdonaron a quienes tanto daño les hizo desde el interior, el “fuego amigo”, pero no pasan por alto que ahí están. 

No pueden olvidar, por ejemplo, a una Nancy Ruiz Martínez, ex secretaria general del estatal, expulsada por la Comisión de Honestidad y Justicia, que como diputada le dio la espalda a la bancada de Morena para votar por el enemigo, el PAN. Quería ser consejera y hasta recurrió al Tribunal Electoral. 

Quienes van rumbo al poder, tendrán bien presente su nombre, como el de otras damitas que cobran en la legislatura. 

El mismo Alejandro Rojas ¿cómo puede reclamar un espacio si vino del centro con la consigna de encabezar marchas en contra de Morena y su candidato Américo Villarreal? ¿quería, quiere que lo premiaran? Si se precia de ser político, sabe que no se puede. 

Y de los vientos del sur ¿cómo quiere Esperanza Balderas Gómez llegar al Consejo Estatal? Es la jefa del Instituto de la Mujer de Madero. Está al servicio de Adrián Oseguera. 

Caso similar al de Enrique de Jesús Meléndez Ramírez, ídem de la zona conurbada, Rafael Morales Solano, Marco Antonio Grimaldo Cisneros y otros que trataron de entrar como Caballos de Troya al consejo distrital y estatal guinda. 

El partido tenía que cerrarle el paso al fuego amigo del sur. Los espacios caciquiles y tribales están condenados a la desaparición. 

Viene gente nueva. Lógico hablar de Francisco Tenorio Rivera, Verónica Castillo Carrera y Juan García Guerrero, por mencionar parte del grupo de Reynosa. Son gente de Maki Ortiz. 

Los Canturosas de Nuevo Laredo, Mario López, de Matamoros, y Lalo Gattás en Victoria, son nombres de los que se hablará mucho en los siguientes seis años, amén de JR Gómez Leal y otros del “cuadro chico” guinda. 

No olvidar a Olga Sosa Ruiz, la que más posibilidades tiene de alcanzar la dirigencia estatal. Demostró lealtad a toda prueba, perdió en la raya la alcaldía de Tampico. No tiene impedimento para acceder al partido. 

Aspiró a la candidatura al gobierno a sabiendas que no era su tiempo. Supo disciplinarse y le echó ganas a la pre y campaña de Américo. En dos semanas podría rendir protesta como la lideresa que se encargará de estructurar el Morena que sostendrá a la 4T en Tamaulipas. 

Que sirva de experiencia. Al enemigo político caído tienes que aniquilarlo porque se puede “revivir” y atacarte por la espalda. Es la experiencia de Eugenio Hernández Flores con el entonces alcalde que saqueó un ayuntamiento fronterizo y sumió en la corrupción a la Comisión de Agua Potable. Lo perdonó. Pagó con cárcel. 

Calma y nos amanecemos. La política, como la historia, la hacen los vencedores. Nadie debe compartir el poder con sus enemigos porque pierdes. El ejemplo histórico es el de Don Francisco I. Madero ¿lo recuerda usted? 

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