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…Y la justicia ¿para cuándo?

SIEMPRE DE POLÍTICA
Por Rosy Pereda Rangel 
…Y la justicia ¿para cuándo? 

Cuando se dio a conocer la muerte de  Debanhi tras días de búsqueda la pregunta recurrente era sobre porqué sus amigas la habían dejado a su suerte e incluso hasta se pensó en la participación de éstas en lo ocurrido a la jovencita. 

Las miles de líneas que se escribieron nos llevaban desde la responsabilidad de los padres hasta el poco interés de las autoridades cuando se presenta un caso similar. 

La situación fue tal que hasta se tuvo que recurrir a peritos expertos de otras instancias pues los de Nuevo León dejaron más dudas que respuestas. 

Quienes creemos en las lecciones y en que la cosas cambiarán un día, pensamos que ya no habría más Debanhis que llorar, sin embargo, nos equivocamos. 

Así es, esta semana que concluyó vimos que las “amigas” siguen poniendo en riesgo a jovencitas que su pecado quizá fue creer que alguien las cuidaría si salían a divertirse y que los hombres siguen pensando que las mujeres son para darse un poco de diversión. 

Lidia Gabriela es la joven que saltó del taxi el pasado 1 de noviembre en la calzada Ermita Iztapalapa, lo que le provocó la muerte. 

La jovencita saltó del taxi porque este tomó una ruta poco común, ella le pidió detenerse, pero el taxista aceleró. 

La otra jovencita que murió también en esta semana que terminó fue Ariadna Fernanda. 

Ella fue hallada sin vida en Morelos tras desaparecer en la Ciudad de México donde cuentan con imágenes que muestran a un hombre cargar el cuerpo de Ariadna en compañía de otra mujer, Vanessa «N», amiga de la víctima y quien ya fue detenida. 

Y así podemos seguir dando cuenta de los casos de las mujeres que han muerto únicamente porque quienes están cerca de ellas piensan que son dueños de sus vidas y que no tendrán castigo, pues en pocos casos se han dado sentencias ejemplares. 

Si, es cierto que las sanciones son cada vez más duras, 40 a 60 años de cárcel según el Código Federal, pero esto parece no ser suficiente como para inhibir a los agresores. 

Tal vez el problema no es si las sanciones son o no lo bastante severas, el problema es que no se detiene a los feminicidas o son muy pocos los que han pisado la cárcel por este delito. 

La intención de imponer sanciones más severas es buena pero lo mejor sería que realmente hubiera justicia para estos cientos de mujeres que año con año mueren simplemente porque ellos piensan que son los dueños de esas vidas. 

Hasta aquí por hoy  

Correo: rosyrangel70@hotmail.com
Facebook: Rosy Pereda 

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