OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Ni jacobinos ni “comecuras”
CD. VICTORIA, Tamaulipas | Solo los necios pueden negar la fuerza de la Iglesia Católica en este Tamaulipas y México nuestro. No detenta el poder político, pero significa una respetable base de credibilidad e influencia social.
Digamos que juntos, pero no revueltos, Iglesia y Gobierno marchan con un dualismo en sus fines que no son otros que el bien común.
Con esta introducción, digamos que el Gobernador Américo Villarreal Anaya se reunió esta semana con los cuatro Obispos acreditados en Tamaulipas, en busca de acuerdos para ir en la misma ruta de impulsar valores y ayudar a los vulnerables.
Ello a diferencia del divorcio que predominó en el gobierno panista, resultado de la soberbia, aun cuando sus principios ideológicos están muy cercanos.
Si bien hay diferencias temáticas entre la clase política y la 4T, Villarreal tiende puentes con ese poderoso sector de opinión en que los jerarcas también votan, aunque no pueden ser votados.
López Obrador y aun los más extremos partidarios, han demostrado que no son ni jacobinos ni “comecuras”, no buscan desparecer a la Iglesia como se rumora. Fueron bautizados al igual que la inmensa mayoría de los mexicanos.
Se sabe que en tiempos de campaña la jerarquía tiene sus preferencias, pero no pueden guerrear con el Gobierno. Se necesitan, se siguen necesitando.
Américo los jaló, como lo hizo su padre cuando fue Gobernador, y juntos hicieron obras en templos y recintos religiosos, ejemplo el Santuario de El Chorrito, en Hidalgo.
Históricamente los sacerdotes –con excepción de la regla- han sido panistas, pero están dispuestos a colaborar en obras sociales. A lo mejor solo necesitan que los funcionarios en turno se les acerquen. Ir en comunión no significa que comprometan el voto al que tienen derecho.
Dieron la mano al ejecutivo los Obispos de Tampico, José Armando Álvarez Cano; Victoria, Oscar Tamez Villarreal; Matamoros, Eugenio Lira Rugarcía, y de Nuevo Laredo, Enrique Sánchez Martínez. Este último publicó en sus redes el encuentro que sostuvieron.
“Compartieron –él incluido- algunas inquietudes que aquejan a Tamaulipas, y se comprometieron a unir esfuerzos para trabajar juntos por el bien de los tamaulipecos”, escribió.
Este encuentro augura que habrá identificación durante el sexenio, y no confrontación como la que vimos en otros gobiernos. Las diferencias no son nada buenas para Tamaulipas.
Decíamos de la fuerza espiritual y base social del catolicismo en Tamaulipas. La tiene. Alrededor del 90 por ciento de la población está bautizada y el 68 por ciento ejercen el catolicismo, según cifras del INEGI al 2020. A nivel México el promedio de católicos es del 83 por ciento.
Veamos lo que dicen las propias Diócesis de Tamaulipas.
La de Victoria publica que, en una región de medio millón de habitante la grey católica asciende al 80 por ciento, con un ejercicio de 63 sacerdotes y un semillero en el Seminario.
Matamoros difunde que cuenta con 56 parroquias en una delimitación de 19,500 kilómetros cuadrados. Un millón 200 mil personas han sido bautizadas, aunque ejercen el 83 por ciento.
En Tampico, con el 93 por ciento de feligresía, se da la mayor concentración católica, apostólica y romana. Igual un millón 200 mil bautizados en once municipios, 67 parroquias y 150 sacerdotes comisionados que van desde Ocampo a los Morelos, Xicoténcatl, Tampico, Madero, Altamira y Aldama.
Nuevo Laredo refiere que, en una Diócesis de un millón de habitantes, el 85 por ciento son católicos.
Aun siendo una institución apolítica, una fuerza de ese tamaño no puede ser ignorada por los gobernantes que se precien de ser humanistas. Necesitan trabajar unidos y Américo lo sabe. Les ha dado lugar en su agenda.
Con un descenso de creyentes en los últimos años, la religión católica sigue predominando en esta región. Siete de cada diez residentes se identifican con ese credo, lo cual da una idea de su trascendencia.
Pues bien, en la semana Américo no solo se reunió con los cuatro jerarcas que manejan la Iglesia. También lo hizo con el representante de otra fuerza: Los maestros, sección 30 del SNTE, liderados por Arnulfo Rodríguez Treviño, el primero que ganó una elección por voto directo de los profesores.
Luego de rumores y presuntos desentendidos se dio el ansiado encuentro solicitado por el ya dos veces máximo dirigente gremial. Demostraron que no hay ni habrá pleito.
Acordaron empujar por el mismo lado para alcanzar excelencia en educación, y hacer también por los derechos laborales del magisterio. Nada de hachas de guerra como los pesimistas pronosticaban. Hay entendimiento.
Los profes son hombres de palabra y trabajo, pero no fueron procurados por la administración que se fue, que los maltrató y ninguneó. Hoy abren diálogo con la 4T Tamaulipas, están con la política del Gobierno del Estado, como lo dijo Arnulfo. En el sexenio les va a ir bien a ambas partes.
Por cuanto, a lo electoral, jueves de sesión del Instituto Electoral de Tamaulipas. Resolverán sobre viejos juicios sancionadores en que seguro no saldrá bien librado Guadalupe González Galván, el ex de Madero y ex Subprocurador.
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