CULPA IN VIGILANDO
Por Nohemi Argüello Sosa
Las palabras sí importan
“Niñas”, “niños” y “adolescentes” son las palabras propuestas para su incorporación en 27 leyes de Tamaulipas, para que, con un enfoque de derechos humanos y de infancias y adolescencias, se supere la categoría jurídica “menores” en la legislación local.
Para la ciudadanía es evidente que los términos “mayor” y “menor”, aplicados a las personas, denotan jerarquía y grados de capacidad de participar en la sociedad y en la toma decisiones que pueden afectar su vida, su dignidad y su patrimonio. De ahí la importancia de revisar los vocablos que están en nuestras leyes.
En este sentido, la iniciativa presentada en el Congreso del Estado señala que usar el término “menores” contribuye a la construcción una idea de incapacidad que se ha difundido en el imaginario jurídico, lo cual afecta el reconocimiento de los derechos otorgados a niñas, niños y adolescentes.
Y que, además, refuerza la idea social que les coloca en una situación de dependencia para tomar sus propias decisiones, incluida su capacidad de diálogo en los asuntos legales que les afectan. Así, dicha idea, frecuentemente, se vincula a prácticas negativas y discriminatorias que, en ocasiones, se traducen en violaciones de derechos humanos.
La atinada iniciativa de la diputada morenista, Úrsula Salazar Mujica, tiene su principal sustento en la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad, que tienen todas las autoridades del Estado mexicano (art. 1° Constitucional); y en el criterio jurídico que señala se debe abandonar el vocablo «menores» para referirse a niñas, niños y adolescentes, a fin de respetar el principio de su interés superior y el derecho a la igualdad y no discriminación
En el documento se explica que, en el año 2000, la Constitución Federal se reformó para reconocer que niñas, niños y adolescentes eran titulares de derechos. La reforma implicó eliminar el término «menores» y, por primera vez, apareció la distinción gramatical de género con la intención de señalar el compromiso de trato igualitario entre niñas y niños.
La incorporación de las palabras “niñas”, “niños” y “adolescentes” en lugar de la palabra “menores” promueve la observancia del principio del interés superior y del principio de igualdad y no discriminación; permite se les reconozca autonomía propia y se les visualice como titulares de derechos.
Una importante iniciativa por los derechos de nuestras niñas, niños y adolescentes, porque las palabras sí importan.
¿Usted, qué opina?
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