OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Precandidato con olor a vacuno
CD. VICTORIA, Tamaulipas | Tres son los responsables de la quiebra en que se encuentra el organismo de seguridad social de los burócratas estatales (IPSET), casualmente ex secretarios de Finanzas del Gobierno.
En contra de uno presuntamente hay orden de aprehensión (que no se ha cumplimentado porque el hombre está enfermo); el otro huyó como los buenos, abandonó sus papelerías que no le dejaban quinto.
El tercero, luego del gran atraco, aspira ¡otra vez! a la alcaldía de esta capital, ahora por las siglas azules, representando al cabecismo.
Ya fue, pero dicen que los delincuentes tienden a regresar al escenario del crimen para confirmar que su delito quedó impune ¿será el caso?
Los tres dejaron cola en el Instituto, una deuda que sumaba alrededor de 1,400 millones de pesos –más intereses- que correspondían al fondo de pensiones. Destinaron el dinero a otras funciones ¿o se fue a la corrupción?
Lo más criminal es que nuestro hombre había descontado recursos de nómina a los trabajadores, pero no lo depositó en las cuentas del IPSET. La Auditoría Superior del Estado presentó demanda penal en contra de la tercia.
Un informe de marzo del 2022 –cuenta del 2021- signado por el despacho Sáenz Salinas, del equipo compacto de Cabeza de Vaca, señala que los adeudos sumaban un mil 639 millón, contando ya los créditos personales de quienes se fueron con “hebra”. Recibieron préstamos ilegalmente y no pagaron.
Volviendo con el último prócer (que inexplicablemente anda “vivito y coleando”), el que quiere “repetir”, hay que decir que está en la animadversión de la opinión pública del municipio, por “bañado”, pero algo que cala hondo en el orgullo ciudadano es que antepuso intereses personales a los colectivos, al “chapulinear” de partido para ocupar un sillón en el Congreso de la Unión.
En 2018 perdió la reelección por el 17 Hidalgo de la capital, pero, al unirse a los cabecistas, le ofrecieron en charola de plata la diputación por el V distrito, cuya elección perdió en la mancha urbana, pero se alzó en la región de influencia de la Brigada Cívica Pedro J. Méndez.
A decir de los panistas, es la mejor “carta” que tienen. Habría recibido el visto bueno desde los Estados Unidos para ir por alianza Vamos por Tamaulipas 2024, PAN, PRI y PRD.
Es una alianza no confirmada que deja muchas dudas. En las últimas jornadas perdieron por permitir que Acción Nacional impusiera a los candidatos. Al estilo Cabeza los “dedazos” vinieron de Palacio.
Hoy las circunstancias no favorecen a los panistas y menos con el extesorero como abanderado. El humor social es anticabecista, el que reprueba todo lo que huela a vacuna.
Nos preguntamos ¿qué le dejó el árabe a la capital? ¿cuáles son sus méritos? Para comenzar, le entregó la capital al adversario después de 23 años (Gustavo el primero presidente panista). Permitió la llegada del mayor desastre en la historia de la Villa de Aguayo, Xicoténcatl González Uresti.
Pensó que ofreciendo pollo asado y discadas por las colonias de la periferia apapacharía al respetable y le daría el voto.
Fue el bienio perdido de la capital, a cuyos habitantes dejó sedientos, con primero lugares nacionales en criminalidad, deficiente alumbrado público y rezagos en panteones y recolección de basura.
La hasta entonces pacífica capital fue calificada por el Observatorio Ciudadano Tamaulipas (OBCITA) como “la capital del crimen en México en los delitos de mayor impacto: Homicidio doloso, secuestro, extorsión, robo a casa habitación, violación sexual y robo de ganado”.
“Parecía bueno” cuando llegó. Al rato se le subió el poder. Pensó que sería Gobernador. Rápido se fue a la fría banca hasta que lo rescataron los panistas.
En la casona del 17 duplicó virtualmente la burocracia. Elevó las direcciones administrativas de 09 a 22 para dar cabida a sus amigos ¿es lo que quiere volver a hacer?
Por ejemplo, de la Dirección de Obras y Servicios Públicos hizo cuatro secretarías más: Obras Públicas, Conservación de Espacios Públicos, Limpieza y Desarrollo Urbano, Medio Ambiente y Transporte. Igual duplicó el gasto corriente y se aumentó el sueldo y el de síndicos y regidores.
Pagó miles en “asesores” que a lo mejor ni lo asesoraban porque perdió la reelección en 2018 y dejó la víbora chillando.
Entre los “agraciados” se encuentran un Luis Carles Jiménez con 30 mil varos mensuales (de entonces); Tomás Reséndez González, 58,200; Eduardo Martínez Vargas 65,300 y Bernabé Uribe Mora 30,400, todo pagado por recibos.
Le quedó grande la silla fue la expresión de aquellos días de quien. La imagen es que se enriqueció a la bestia desde la jefatura de las finanzas.
A seis años de aquellos días negros de la capital, que precedieron a la noche triste del PAN de González Uresti, la opinión de grupos y personas es que la Alianza debe hacer una buena selección de su candidato, o candidata, si es que quieren ser competitivos. Morena lleva ventaja con quien sea el abanderado. Hay ventaja. El puro olor a vacuno descalifica a cualquiera
Tema aparte, comenzó la semana sin quedar resuelvo el asunto del Auditor Jorge Espino Ascanio. El hombre cree que se manda solo y no les hace caso a los jefes del Congreso ¿qué hacer?
Hay quienes opinan que procede un cateo para preservar la documentación de las cuentas públicas del Gobierno anterior, ayuntamientos y descentralizados, que están siendo robadas por Espino y compañía. No necesitan orden judicial ¿así es?
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