CULPA IN VIGILANDO
Por Nohemi Argüello Sosa
Reforma educativa: subalternidades y justicia social
En el gobierno de la «cuarta transformación» y la nueva reforma educativa de la educación básica, cuya implementación encabeza Lucía Aimé Castillo Pastor, secretaria de educación de Tamaulipas, las subalternidades tienen un papel central. La atención a estos grupos se plantea como uno de los elementos principales de la reforma de 2022, así está plasmado en el texto “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro”.
La noción de «subalternidad» se refiere a posiciones de inferioridad o subordinación en una jerarquía social, política o cultural. Son los grupos o comunidades que históricamente han sido marginados, excluidos o subordinados en el sistema educativo y en la sociedad en general.
Las reformas al Plan de estudios de la educación básica, previas a la de 2022, se enfocaron en mejorar la calidad y equidad en la educación básica tomando como referente los estándares internacionales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), como la prueba PISA. Sin embargo, estas reformas fueron objeto de críticas por los grupos políticos de izquierda, por carecer de un enfoque equitativo que permitiera atender adecuadamente las necesidades y realidades de las comunidades más marginadas.
En el contexto de la «cuarta transformación», el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha enfocado sus políticas en atender a las poblaciones más vulnerables y en reducir las desigualdades sociales. En relación con la educación básica, esto implicaría prestar especial atención a las subalternidades, es decir, a aquellos grupos que históricamente han tenido un acceso limitado a la educación de calidad y que han sido marginados en el sistema.
Algunas de las subalternidades que la reforma urge para su atención son las comunidades o poblaciones indígenas, las cuales han enfrentado desafíos educativos debido a barreras lingüísticas, culturales y geográficas. Su atención implica ofrecer educación bilingüe e intercultural que respete sus tradiciones y formas de aprendizaje.
Otro grupo de atención prioritaria con las poblaciones rurales que a menudo carecen de infraestructura educativa adecuada y sufren de falta de recursos. Garantizar el acceso a una educación de calidad en estas zonas es esencial para combatir las desigualdades.
En el caso de las personas con discapacidad, la reforma considera que es fundamental implementar prácticas educativas inclusivas que aborden las necesidades específicas de las personas con discapacidad, asegurando que tengan igualdad de oportunidades en el sistema educativo.
Otros grupos en situación de vulnerabilidad son las niñas, niños y adolescente en situación de pobreza, migrantes y desplazados, lo que les representa un obstáculo para acceder a la educación, por lo que, además de las becas escolares y desayunos escolares, la comunidad escolare debe identificarlos y gestionar la satisfacción de las necesidades que estén a su alcance, con el apoyo de otras instituciones.
La atención a las subalternidades en la reforma educativa implica reconocer y abordar las desigualdades históricas en el acceso a la educación, diseñando políticas y estrategias que aseguren que todos los grupos, sin importar su origen étnico, situación económica, discapacidad o contexto geográfico, tengan igualdad de oportunidades para acceder a una educación de calidad. Una reforma educativa que visibiliza a las subalternidades y promueve la justicia social.
¿Usted, qué opina?
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