CULPA IN VIGILANDO
Por Nohemi Argüello Sosa
Rudeza patriarcal: Xóchitl por default
El ámbito con mayor violencia política contra las mujeres es la vida interna de sus partidos políticos. La humillación que sufrió Beatriz Paredes en la contienda por la coordinación del Frente Amplio por México (FAM), es un claro ejemplo. Las declaraciones de “Alito”, presidente del Partido Revolucionario Institucional, sobre “bajar” a Beatriz Paredes de la contienda, sin el consentimiento de su correligionaria, fueron una rudeza innecesaria y falta de respeto a la figura de Paredes
“Los 32 comités directivos y estatales y organizaciones nacionales del PRI decidimos respaldar la candidatura única de Xóchitl Gálvez, y por ello buscamos reducir el desgaste político”, dijo “Alito” en conferencia.
La gran trayectoria política de Beatriz Paredes no frenó al enojo patriarcal ante su desobediencia y fue castigada. La decisión de dejar la contienda no era suya. El patriarcado la abandonó e impuso su voluntad. Los hombres son los que mandan, lo que imponen, lo que atropellan y violentan a las mujeres que contienden. La presencia de mujeres en una contienda o en un cargo no trae, de facto, el poder que corresponde.
Bajar a la candidata del PRI de la contienda era una decisión que le correspondía a Beatriz Paredes Rangel, una mujer de 70 años, política, diplomática y socióloga mexicana; con una larga carrera política como militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que la ha llevado a ocupar, entre otros varios cargos públicos; los de diputada, senadora, embajadora, gobernadora del estado de Tlaxcala y presidenta del PRI; y, desde 2018 nuevamente ocupa una curul en el Senado de la República.
“El liderazgo del PRI y la estructura de la dirigencia podrá ponderar otros actores de beneficio de cuidar la unidad del Frente y estaré atenta a sus consideraciones, en el entendido de que, para todos los participantes en este proceso, conocer oportunamente los resultados de las encuestas oficiales pueden clarificar muchas interrogantes. En la construcción democrática se gana, se pierde, se avanza, se retrocede. Las convicciones prevalecen”. Palabras de Beatriz posteriores a las declaraciones de “Alito”, las cuales denotan un nivel mucho más alto que la de la política patriarcal.
En contraste, aun cuando Xóchitl Gálvez fue beneficiada por este golpe bajo del patriarcado, ella mantuvo su trato respetuoso para su contendiente Beatriz Paredes. Como ella lo ha declarado “yo era una chamaca cuando Beatriz ya era la presidenta del Senado”.
El desenlace de la elección de la coordinación del FAM podría haber sido impecable y con mayores ganancias políticas para la ganadora. La experiencia política de Paredes era garantía. Sin embargo, la rudeza patriarcal decidió humillar, innecesariamente, a Beatriz y ungir a Xóchitl por default.
¿Usted, qué opina?
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