OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Arnulfo, como niño malcriado
CD. VICTORIA Tamaulipas. | Exponente del arcaico sindicalismo del siglo pasado, el nonagenario ya “chochea”. Hace rabietas por cualquier cosa.
Arnulfo Rodríguez Treviño, jefe de la sección 30 del SNTE, se quedó en la usanza chicharronera de los cetemistas que pedían, gritaban y espantaban a “papá” gobierno para conseguir privilegios, favores personales o concesiones de grupo.
Este lunes el pastor del magisterio en Tamaulipas lideró la “toma” de las instalaciones de la secretaría de Educación, con un risible pliego petitorio de 22 puntos, que suena a ocurrencias.
Rompió virtualmente relaciones con el Gobierno del Estado, su patrón, por algo tan banal y risible, según sus colaboradores: Que, en el arranque del ciclo escolar, en San Fernando, los organizadores no colocaron en el escenario el escudo del SNTE.
Furioso, una semana después organizó a sus legionarios de choque para tomar instalaciones de la Secretaría de Educación y pedir algo inaudito también: La “cabeza” de la secretaria de Educación, Lucía Aimé Castillo, como joya de la corona, con quien está peleada.
Su actuación recordó hazañas fuera de la Ley del sindicalismo de la era tricolor: Querer que los patos les tiren a las escopetas.
Actúa como niño malcriado al decir que no abandonarán las instalaciones hasta que la titular sea despedida ¿por quién? Aquel que la nombró, el Gobernador Américo Villarreal Anaya, como si una las funciones de este fuera cumplir caprichos.
Es una petición lógica que no necesita respuesta. Fuera de adulaciones, con seguridad sus compañeros ya le dijeron que en Palacio no aceptan presiones de este tipo. Se perdería el orden y principio de autoridad, o algo así como entregarle el gallinero al coyote.
En la esquina del poder consideran la reacción violenta de Arnulfo como una traición. Dialogó de buena manera con el Gobernador, con quien acordó actualizar beneficios para la base, negadas por los cabecistas. Una semana atrás se mostraba colaborativo para implementar la Nueva Escuela Mexicana y los libros de texto.
Vino el paro loco acompañado de pliego petitorio elaborado sobre las rodillas, sin documentación oficial, pero que exige “alto al trato déspota y autoritario y al excesivo burocratismo administrativo del personal y mandos medios que laboran en las oficinas de la SET”.
Le faltó decir que, esos “mandos” de Lucía Aimé, le sacan la lengua cada que separa por las oficinas de la Calzada de Tamatán y, cuando pueden, le dan “manita de puerco”.
Quiere volver a la época de Eugenio Hernández Flores, cuando a cambio de votos recibían prebendas, altos cargos directivos en la SET.
Viejo cuento de los líderes convenencieros es pedir “respeto irrestricto al cumplimiento de los derechos y conquistas sindicales establecidos en convenios, minutas y acuerdos SET-SNTE en años anteriores”.
Para romper esa buena relación que llevaba con el gobierno de Américo, el octagenario se acordó que, en la normal de Jaumave, han sido rechazados “hijos de campesinos de la región que sustentaron examen de admisión”, y pide la apertura de un grupo escolar más de nuevo ingreso.
Son los argumentos. En el fondo se sabe que el sueño senil de Arnulfo es volver a los viejos tiempos del SNTE en que exigía cuotas de poder, regidurías, presidencias municipales y diputaciones. Lo quiere igual, pero con distinto partido, ahora Morena.
Tal petición, inadmisible en los tiempos de la 4T, está ya en el escritorio del partido Morena, al igual que regresar conquistas de facto como cargos administrativos para los amigos en la secretaría de Educación, desde Subsecretarios para abajo.
En su réplica de sindicalismo trasnochado, el campesino de Villagrán no les midió el agua a los camotes antes de poner a prueba al gobierno de Américo. Los acontecimientos del verano de 1996 no volverán a repetirse. Las historias son distintas.
Por si fueras poco, la puñalada y traición no va con el jefe nacional del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, uno de los pilares de la modernización educativa de López Obrador.
Y Tamaulipas no pierde espacio eon las mañaneras de López Obrador. Ahora en voz de Luis Rodríguez Bucio, Subsecretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, por motivo de jueces cuyas resoluciones favorecen a presuntos delincuentes, caso de Francisco Javier “G”, beneficiado por el Faustino Gutiérrez Pérez, antes radicado en Reynosa, con varios amparos.
El último expediente obliga al Gobierno del Estado le regrese la seguridad personal con elementos de la Guardia Estatal para él, esposa e hijos.
Juez “de consigna” de Francisco, también le otorgó amparo por delincuencia organizada, revocado por un Tribunal Colegiado.
En Río Bravo falleció el comerciante Moisés Melhem Kury, excandidato que perdió la alcaldía en el primer trienio de Enrique Cárdenas González. De ahí, en 1975, ocupó la secretaría general del CDE del PRI. Es padre del diputado local Edgardo Melhem Salinas.
De aquella misma región, Carlos Peña Ortiz, presidente de Reynosa, rendirá este miércoles su segundo informe de labores. Hay señales de que tiene aseguradas la reelección.
Antes de irnos, el Gobernador AVA presidirá en Victoria capital la ceremonia Del Grito el 15 de septiembre por la noche, plaza del 15.
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