San Salvador
Redacción | En un acontecimiento sin precedentes, Nayib Bukele arrasa en las elecciones de El Salvador con un abrumador 85% de los votos, asegurando una abrumadora mayoría de 58 de los 60 escaños del Congreso. Esta contundente victoria consolida aún más el poder del presidente, que ya había gobernado con un control casi absoluto durante su primer mandato.
El Salvador vivió una jornada electoral marcada por la tranquilidad y la seguridad en los colegios, factores que, según algunos analistas, jugaron a favor del presidente. Miles de seguidores se congregaron frente al Palacio Nacional para celebrar la victoria de Bukele, reflejando el respaldo masivo que ha logrado.
Sin embargo, esta victoria no está exenta de críticas y desafíos. La concentración de poder en manos de Bukele y la aparente fragilidad de los contrapoderes, con un Congreso prácticamente controlado en su totalidad, plantean interrogantes sobre el equilibrio democrático en El Salvador.
En su discurso tras conocer los resultados, Bukele desafió a críticos y organismos internacionales que han cuestionado su estilo de liderazgo, caracterizado por medidas de estado de excepción y un control mediático significativo. «El pueblo salvadoreño habló de la manera más contundente de toda la historia de la democracia en el mundo entero», expresó Bukele, rechazando las críticas de autoritarismo.
El líder opositor izquierdista del FMLN, Manuel «el Chino» Flores, que obtuvo entre el 3% y el 4% de apoyo, denunció una campaña injusta marcada por la falta de equidad mediática y recursos económicos limitados.
Con esta victoria, Bukele iniciará su nuevo mandato el 1 de junio, planteando incertidumbres sobre la persistencia de un modelo de estado de excepción renovado en múltiples ocasiones durante su primer mandato. La mirada estará puesta en cómo manejará los desafíos internos y externos en el próximo período.
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