CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Los rebeldes le levantan el brazo a Claudia
Fenómeno insólito, pero al mismo tiempo explicable, en el contexto de la prematura definición de la lucha por el poder político en México.
Si ustedes me preguntan que tanto le resta o le suma a la candidata Sheinbaum, el análisis favorable de la mesa Latinus, donde se ubican algunos de los más recalcitrantes críticos de la 4T, creo que es un buen punto para la doctora, sólidamente perfilada rumbo a la presidencia.
Me parece que los analistas de la derecha esperaban ver a una X más agresiva no tanto contra Claudia, sino contra el presidente AMLO. Les falló la mensajera y ahora en respuesta, antes que otros lo hagan, ellos mismos la sepultan en sus aspiraciones presidenciales.
Hoy, en su columna, el que sin duda es el líder mediático de esta corriente de opinión, el economista de origen yucateco Carlos Loret de Mola, busca ofrecer una explicación, –¿o una justificación? —de que su grupo de analistas le hayan levantado el brazo a Claudia, en el llamado postdebate.
Atrás de esta aparente reconversión de los opinólogos anti 4T, puede esconderse algo más de fondo. Me refiero a un pleito interno, en el prianato, entre los dirigentes nacionales de esos partidos, y una Xóchitl que los ve como un pesado lastre.
En otras palabras, la chica de Claudio X y sus siglas patrocinadoras ya no están en la misma sintonía. O tal vez, nunca lo estuvieron.
Primero, veamos a un Loret construir sus razonamientos a partir de que Xóchitl Gálvez, la abanderada del prianato, no supo acorralar a Claudia. CL y sus compañeros de mesa, coinciden en que “el desempeño de Xóchitl fue un balde de agua fría para la oposición”. Y luego remata el final del párrafo, con un, “ya va siendo hora de que se acepte que no es la candidata que se pensó que iba a ser”.
¿Un velado reproche hacia Xóchitl? ¿De parte de quién? ¿Acaso de ese prianato que fue tratado como un bicho raro por parte de su propia candidata que, una y otra vez, afirmó en cadena nacional que ella no pertenece a ningún partido?
O sea, que Xóchitl estaría pagando caro, el haber negado la cruz de su parroquia política.
Su angustioso deslinde durante el debate buscó proyectar a una candidata independiente que llegó vestida de blanco, pero con las más negras intenciones. Finalmente, la candidata de Claudio X González no quedó bien con nadie. Ni con la partidocracia del prianato-PRD, ni tampoco logró impactar en una base de ciudadanos que aún están arriba de la barda. En pocas palabras no supo rescatar votantes. Fracasó rotundamente en su afán de escalar en las preferencias ciudadanas. Más bien, se vio como la confirmación de su mediocridad. No de su derrumbe, porque ha estado en la lona, desde que inició.
Analicemos las conclusiones de la mesa de Latinus: Xóchitl no era la candidata más idónea, la candidata que se pensaba.
Esto significa un abierto reproche al gran elector Claudio X González, mismo que en su momento, aprovechando la ausencia de cuadros competitivos en el PAN-PRI-PRD, les comió a todos el mandado, y se sacó a XG de la bolsa.
A partir de aquí, son viables las siguientes lecturas:
Uno, hay una severa crisis hacia el seno de la derecha política, una debilidad histórica, sin precedentes en el último medio siglo.
La partidocracia tradicional está tronada, y ante la certeza del hundimiento, en una actitud de sálvese quien pueda, se están arrojando culpas. Ya ni se diga de su abanderada a la presidencia. Aquí lo más grave es que la incapacidad de Xóchitl puede afectar a las y los candidatos del prianato al Congreso de la Unión.
Mientras tanto, a partir de este primer debate, las expectativas morenistas y de sus aliados, de obtener mayoría absoluta en el ámbito legislativo, tienden a crecer.
A contracorriente, es muy probable que la alianza PAN-PRI-PRD gane muy muy pocos escaños de mayoría. Y que, a nivel nacional, sus elites se refugien en la comodidad de las plurinominales.
Al menos aquí en Tamaulipas con el panismo vacuno, eso es lo que está ocurriendo.
Dos, ante un escenario desolador y de inminente derrota. Con un morenismo muy poderoso, una candidata presidencial como Sheinbaum enfilada hacia la victoria, y un presidente AMLO que llega al final de su sexenio con un altísimo 71 por ciento de aprobación.
Ante semejante evidencia de fuerza, por parte de MORENA y sus aliados, no hay mucho por hacer para la Alianza Fuerza y Corazón por México.
POSDATA. —Mientras tanto ayer, por si las moscas, el club de los Loret ya hizo públicamente su respectivo acto de contrición. Le levantaron el brazo a Claudia y al mismo tiempo le dedicaron un requiescat a Xóchitl. Los de Latinus, con Loret al frente, le enviaron un guiño a Claudia.
Ya se verá más adelante, si hay regreso. O siguen afuera.
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