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La guerra entre tres grupos por el control del PAN  

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
La guerra entre tres grupos por el control del PAN  

Luis el Cachorro Cantú puede sentirse orgulloso del partido que le va a heredar a quien lo suceda en la dirigencia estatal de Tamaulipas. 

Ni más ni menos que un PAN de diez, sí, pero de 10 por ciento de la votación total. Nunca antes en la historia de los últimos veinte años, esta organización política se había visto tan debilucha e intrascendente en el escenario político del estado. 

Las repercusiones de este derrumbe y especialmente de su lamentable inercia, ya empiezan a manifestarse. Se sabe que en los próximos meses el llamado grupo de los texanos que son considerados como los principales perdedores del dos de junio, difícilmente van a poder seguir ejerciendo el control de la membresía blanca y azul. 

Frente a ellos se erigen dos grupos políticos que, reclaman el derecho a suceder en el trono panista al Cachorro, al cual en petit comité señalan como el responsable de la reciente debacle electoral. Si bien hasta ahora las cosas se han mantenido con un criterio doméstico, sin hacer mucho ruido, la verdad es que la crisis interna del PAN cabecista que llegó en 2016, ya está tocando fondo. 

Los liderazgos de los dos grupos que están levantando la mano para dar inicio a la evaluación del control de daños panista, son el hoy diputado federal electo por el VIII distrito Jesús Nader, y el nativo de Xicoténcatl, Cesar El Truco Verastegui. 

Estos dos grupos, el de Chucho y el Truco se encuentran en una ruta de confrontación con el grupo reynosense de los Cabeza. ¿Habrá unidad y alianza entre los de Tampico y los de Xicoténcatl…?  Por ahora, un PAN dividido en el estado, favorece a que los cabecistas sigan ejerciendo el poder interno. 

En esta lucha Chucho Nader lleva la delantera, pues mantiene una fuerte relación con personajes que tienen un peso considerable en la toma de decisiones del CEN. Y no nos referimos al equipo de parásitos que tiene Markito, sino a cuadros estratégicos en cada uno de los estados. Especialmente los que ahora tienen gobernador azul.  

Se supone que, lo primero que tendrá que darse, será el relevo del perdedor Markito Cortés. Ya existen tres nombres viables para ocupar su silla: hablamos del sonorense y actual senador Damián Zepeda; de la exsenadora por Tlaxcala Adriana Dávila, y del Coordinador parlamentario en la cámara baja, Jorge Romero. 

Por cierto, que el excandidato presidencial del Movimiento Ciudadano Jorge Maynez ya envió un mensaje y al mismo tiempo un guiño entre líneas, señalando a quienes preferiría en las dirigencias nacionales del PAN, donde “destapa” a Damián Zepeda. Y en el PRI a Beatriz Paredes.   

En una entrevista con el periodista René Delgado en el programa Entredicho, el aspirante a la dirigencia nacional del PAN, Damián Zepeda dijo que les hizo mucho daño la alianza con el PRI. “Caímos 300 mil votos”, dijo.   

Zepeda propuso que el PAN debe abrir cuanto antes un periodo de reflexión en el cual se le debe preguntar a la sociedad, porque no votaron por ellos. “Hay que abrir el partido de verdad a la sociedad”, planteó Zepeda. Señaló también que no debe haber continuidad en el PAN, donde ya se comenta que Marko Cortés pretende negociar la representación del senado y dejar en su lugar a Jorge Romero. 

En estos momento en el PAN se sabe que la verdadera opción del cambio de rumbo hacia el interior de Acción Nacional, es justamente la figura del senador Zepeda. Dicha posición no comulga con el grupo texano tamaulipeco que aun controla el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca.   

Es secreto a voces que hasta ahora una corriente denominada por ellos mismos como los “padroneros”, son los que han cerrado el PAN a la sociedad. Y ello deriva en que este partido cuente con una muy reducida militancia de 240 o 230 mil miembros en todo el país. 

En esta corriente de reducir el PAN a un grupo de notables, destacan los cabecistas, a los cuales se les responsabiliza de acabar con este partido en Tamaulipas. 

La pregunta en relación con el PAN tamaulipeco es ¿Qué tipo de actitud o camino van a tomar estos dos grupos de Chucho y el Truco, ante el clan reynosense de la familia texana? 

¿Propondrán la autocrítica y la rendición de cuentas Trucos y Chuchos o seguirán guardando silencio, ante la pasividad y mansedumbre que actualmente domina en la derrotada dirigencia estatal cabecista que ya no tiene nada que hacer en el futuro inmediato?  

Tal vez, mucho de lo que ocurra en el estado, se derivará de los resultados nacionales. 

Habrá que ver que logran hacer cuadros políticos como Damián Zepeda. ¿Se abrirán al cambio los del PAN en el país…? o seguirán las simulaciones y los beneficios económicos y políticos, al viejo estilo de markito Cortés? 

He ahí el dilema.  

Mientras tanto, todo el mundo hacia el interior del panismo en Tamaulipas, están agazapados. 

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