Los horizontes rojos y el ABCD del capitalismo

Para quienes desconocen mi formación de vida, hace  cantidad de  años, estuve trabajando junto a mi padre en descargar camiones de sorgo y cártamo en las bodegas instaladas en la periferia victorense.

El sol y la intensidad del olor de las gramíneas, se alojó en mi memoria, de una manera muy especial. Después, en mis viajes hacia el norte del estado, admiré en silencio los hermosos valles enrojecidos, como mares escarlata mecidos por el viento.

Aquí,  en lo estatal el  gobierno de AVA se mueve simultáneamente en dos frentes contrastantes, pero complementarios. Por un lado está atajando el tema social, intercediendo para que se les entreguen apoyos  a los productores, ante el desplome de los precios internacionales. Ambos sectores han cerrado filas y decidieron trabajar en equipo, enarbolando la bandera de la sociedad colaborativa.

Pero al mismo tiempo, Américo busca catapultar industrialmente a nuestro estado, agregándole  valor a la actividad primaria.

El objetivo es  elevar el estatus tamaulipeco, para que, de un escenario de forcejeos por precios de cosecha, pasemos a un nivel mundial  como generadores de alimentos balanceados y en el tema de la caña de azúcar, figura el nicho del etanol.   A esto se le llama jugar en ligas mayores. Y el resultado, de lograrse, sería un ganar-ganar, tanto en los ingresos rurales, como en  ese salto cualitativo  de un progreso tamaulipeco que ya urge.

Con una superficie sorguera de 633 mil hectáreas, el agro  de nuestro estado se enfrenta al desplome de los precios internacionales de este producto rural.

Las consecuencias no se han hecho esperar: los productores agropecuarios de tipo medio, han salido para bloquear carreteras. En sus acciones han chocado con la estrategia de un gobierno federal que impulsa apoyos hacia los sectores más pobres.

Y en medio de esta refriega mediática han salido a relucir vicios  relacionados con privilegios familiares y el beneficio de los subsidios que en el pasado disfrutaron solo unos cuantos.

Pero esto que les comparto, no constituye el origen del problema, sino solo sus consecuencias. Cuando la cobija se reduce y no alcanza,  entonces se producen estas guerras en términos de activismo político e información.

Frente a esta realidad nebulosa surge la pregunta: ¿Quiénes son los que dominan este renglón de la economía?

Y la respuesta es: existen cuatro grandes consorcios  que controlan casi el cien por ciento de los cereales en el mundo relacionado con los precios del mercado, fertilizantes, cadenas de comercialización, en suma prácticamente todo. Se les conoce como el ABCD del mercado agrícola.  Sus nombres? Archer,  Bunge, Cargill y Dreyfus.

Dreyfus lidera la producción de etanol en Brasil. Y es la dueña de la más grande refinería de biodiesel en Estados Unidos.

Son estas familias acaudaladas las que influyen para que la bolsa de valores en Estados Unidos defina el precio internacional del sorgo en tres mil pesos. Aquí los productores están pidiendo para compensar este desplome,  3 mil 500 adicionales, lo cual también es algo desproporcionado. Lo más  seguro es que, se llegue a un acuerdo justo.

Aquí es donde entra en escena, el proyecto industrializador del gobierno tamaulipeco que preside Américo Villarreal Anaya, mismo que, como lo anotamos en un inicio, se mueve en dos escenarios. El primero de ellos, es el de una realidad de atraso endémico,  en la cual,  cada ciclo de cosechas seguimos viviendo el forcejeo por subsidios ante los reclamos de las organizaciones de productores.

Y el segundo, se refiere a soñar en plan grande y aterrizar proyectos de modernización productiva e industrializadora, relacionados con nuestra principal actividad agrícola, como la potencia sorguera  número uno del país que somos.

De manera que hay que dimensionar realidades y dejarnos de pelear entre nosotros mismos, integrándonos  al juego global de las trasnacionales de la agroindustria.

Si monstruos económicos como Cargill y Dreyfus siguen acumulando y agrandando sus fortunas multimillonarias en dólares, nosotros como tamaulipecos debemos de aprovechar nuestro  potencial como tierra sorguera y dar el siguiente paso: transformar nuestras materias primas en plantas de alimentos balanceados que generen riqueza  no solo para unos cuantos, sino  de manera horizontal, para las familias campesinas, y también para el surgimiento de un nuevo tipo de empresarios: aquellos comprometidos con el bienestar de las familias y de su entorno.

Humanismo mexicano le llama AMLO.

En realidad este concepto se inscribe dentro de un escenario denominado por los expertos en economía, como capitalismo progresista. Y tiene que ver con mayores niveles de responsabilidad para impulsar el crecimiento económico, pero acompañado de la necesaria justicia social, trabajo más humanitario, y  que el Estado recupere su papel arbitral  en la definición  de las reglas del juego capitalista.

De acuerdo a lo publicado por el alcalde Gattas en su espacio de las redes sociales, el equipo de servicios públicos del ayuntamiento  se dedicó este fin de semana a la limpieza de áreas verdes en la  Calzada Luis Caballero, mejor conocida como Calzada de Tamatán.  De igual manera difundieron acciones en materia de alumbrado público. En este caso específico realizaron rehabilitación y mantenimiento de luminarias.