OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Las bromas de Don Francisco
CD. VICTORIA, Tamaulipas | Don Francisco es muy dado a jugar bromas con el respetable, como si los ciudadanos vacilaran o se llevaran con él.
Hay una que se aventó en 2016, candidato electo, en que afirmó que con su llegaba de “se acabó la impunidad” y “se acabó la narcopolítica”.
Ni lo uno ni lo otro, pero la que más caló en los ciudadanos, que al final del sexenio terminaron por sacarlo con su gente de Palacio de Gobierno: “Vamos a trabajar de la mano con la sociedad”.
En julio de ese año, con la constancia de triunfo en la bolsa, siguió con sus chistes al prometer que haría “un gobierno transparente” y acabaría con la corrupción.
No acabó con la impunidad, la propició, ni trabajó de la mano de la sociedad, al reprimió. Hizo el gobierno más corrupto en la historia de Tamaulipas.
Por eso hoy, cuando promete que será candidato y presidente de México, el ciudadano común lo toma como una de sus bromas, la más pesada de su colección.
Si en un descuido de Dios –y de los tribunales- alcanzara la candidatura ¿con qué votos va a ganar? En Tamaulipas salió reprobado. Aquí, en su casa, mordería el polvo. Peor en otras regiones.
En enero del 2022 la encuestadora México Elige colocó al Gobernador Francisco García en el lugar 29 –de 32 entidades- de aprobación ciudadana, ranking nacional, con un 39.1 por ciento.
Para mayo ocupó el último peldaño con aceptación del 33.7 por ciento, según la empresa Massive Caller. Lo reprobaron más del 66 por ciento de encuestados ¿quién puede votar por él para presidente?
Antes de irse, septiembre del 2022, mantenía el rechazo del 70 por ciento de la ciudadanía. De ser candidato –presidente o senador- con seguridad le espera aquí una apabullante derrota.
Siguiendo con la broma cabecista ¿quién le haría la campaña? Salió peleado con sus principales colaboradores. Corrió a varios como es el caso de Víctor Sáenz Martínez, de los más cercanos, poderoso jefe de la Oficina del Gobernador, con quien acordaban los secretarios del gabinete.
Comenzó -y salió- bronqueado con los empresarios al dobletear hasta el 3 por ciento el impuesto sobre nóminas, quesque para hacer obras (que al final no las hubo).
Le quedan dos fieles: El gerente del CDE del PAN, Luis “Cachorro” Cantú y Gerardo Peña Flores, diputado plurinominal este. Perdió a los demás. Se los echó de enemigos.
Inicialmente eran 17 colaboradores de “cuadro chico”, compañeros “de banca”, partido y compromisos políticos. Cuatro terminaron la aventura sexenal.
Trajo a secretarios forasteros que hoy ni su voto le pueden dar porque regresaron a sus lugares de origen. Venían de weekend.
Corrió a Lidia Madero, Gonzalo Alemán, Estela Chavira ¿Tendrá el valor de pedirles que lo apoyen en una eventual campaña presidencial?
Cuitláhuac Bardan Esquivel, asesor caro que presume haberlo llevado al estrellato, trae rumbos cercanos con Morena. Si no le ve futuro a Francisco no aceptará asociarse.
A uno de sus consentidos, Jesús María “Chuma” Moreno, no pudo hacerlo alcalde de Reynosa. Le concedió el título de “campeón de derrotas” ¿listo para la campaña?
Corrió a Mario Soria Landero, Contralor; Gabriela García Velázquez, Finanzas; Luis Sottil, de Cultura y otros que hoy no le deben ni el saludo.
Pocos terminaron la aventura como Carlos García González, de Desarrollo Económico; Mario Gómez Monroy, de Educación, que andan más ocupados en salvar su pellejo ante las pillerías que dejaron, que darse tiempo de apoyar a su amigo.
Broma porque para ser candidato necesita de una estructura nacional que el PAN no se la va a prestar, si es que la tiene. El jefe Marco Cortés ha hecho mejores negocios con otros aspirantes. No se trata de tareas sociales sino de pesos ¿o no?
Asesores a los que pagó muy bien, Javier Lozano Alarcón y Guadalupe Acosta Naranjo, cumplen otras funciones en el aparato de la reacción.
Tema aparte, el Gobernador Américo Villarreal dio a conocer de primera mano que, el próximo sábado, el presidente López Obrador pisará Tamaulipas por enésima ocasión. Tendrá actividades en Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, las fronteras “grandes”.
Américo presidió Honores a la Bandera en la Universidad de Seguridad y Justicia –Victoria- donde refrendó su compromiso con la paz y seguridad de los tamaulipecos.
El primer paso para lograr esa paz, -dijo el ejecutivo – “es reconocer que tenemos un problema que se viene arrastrando en varios años de descomposición”, dijo.
Segundo tomar decisiones sobre el trabajo diario, instruyendo acciones inmediatas en función del parte de novedades. Todos los días participa en la Mesa de Seguridad con representantes de las fuerzas federales y estatales.
La nueva estrategia está funcionando, como dicen las estadísticas a partir de la llegada del gobierno de la 4T. Hay menos delitos.
“Planteamos una ruta distinta, una estrategia nueva que está funcionando, reflejado en los indicadores del secretariado nacional”, dijo en su mensaje.
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