Ciudad de México,
Redacción | Abel Barrera Hernández, director del Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, expresó su preocupación por el reciente diálogo de los obispos de Guerrero con líderes criminales. Considera que este paso refleja un vacío de autoridad y atención a las demandas de seguridad por parte de las autoridades estatales y locales.
El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, reveló que se buscó una tregua con los criminales, que lamentablemente fue rechazada. Esta iniciativa ha resaltado aún más la necesidad de abordar la grave situación de inseguridad en la región.
Barrera Hernández destacó la importancia de este diálogo, pero también señaló sus riesgos, tanto para la integridad física de los obispos como por la evidente falta de resultados en materia de seguridad. La respuesta del presidente López Obrador, quien respaldó el diálogo de los obispos, subraya aún más esta situación.
El defensor de derechos humanos lamentó la falta de disposición al diálogo por parte de las autoridades locales, incluida la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y los alcaldes. Esta falta de apertura al diálogo con la sociedad civil dificulta la construcción de la seguridad y la confianza en las instituciones.
En este contexto, se destaca la importancia de que las autoridades encuentren en la sociedad el respaldo y el apoyo necesario para abordar eficazmente los desafíos de seguridad en la región. La ausencia de este vínculo entre autoridades y sociedad civil solo profundiza la crisis de seguridad en Guerrero, que enfrenta problemas similares a los de un estado fallido.
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