Acuerdan los 11 alcaldes de la zona metropolitana y el Gobierno del Estado que el General Jose Luis Cruz Aguilar, coordine las acciones contra la delincuencia
MONTERREY, NL. | Luego de una reunión de más de una hora y media en la Cuarta Zona Militar, los 11 alcaldes de la zona metropolitana, el Secretario General de Gobierno, Manuel González, aceptaron que el General José Luis Cruz Aguilar, encabece y coordine las acciones contra la delincuencia a partir de este viernes.
En el encuentro que fue presidido por el General Jens Pedro Lohmann Iturburu, comandante de la Cuarta Zona Militar, se logró que cada municipio, incluyendo San Pedro Garza Garcia, a través de su secretario de seguridad, se reúnan en el C5 para armar estrategias y evaluar las acciones contra los grupos delincuenciales que han sembrado la zozobra en el estado, sobre todo en la zona metropolitana, donde todos los días hay ejecuciones y enfrentamientos entre las bandas.
Durante la mañana en Palacio de Gobierno, donde estuvo el gobernador Jaime Rodríguez Calderón, se acordó también, con el apoyo de todos los alcaldes dar el visto bueno a la Guardia Nacional que esta por aprobarse en el Senado de la República.
«Espero y podamos en cierta medida trabajar desde ahorita, no esperando el tema de la Guardia Nacional, sino empujando el tema de la Guardia Nacional», expresó Rodríguez Calderón.
«La Guardia Nacional no será un sustituto de la Policía Municipal ni Estatal, la Guardia Nacional es un nuevo esquema que ha decidido el Presidente (Andrés Manuel López Obrador) que permita que la Policía Militar que será la base de la Guardia Nacional, tenga los elementos jurídicos para actuar de mejor manera y combatir el flagelo de la delincuencia».
Por la tarde, los alcaldes reunidos en la sede de la Cuarta Zona Militar, aceptaron que fuera un mando castrense, quien llevara las riendas de las corporaciones para restaurar el orden en el Estado.
Miguel Treviño, alcalde de San Pedro, que se resistía a aceptar la participación de los militares en las tareas de seguridad, terminó por aceptar el acuerdo.
Desde el 2009, cuando se tuvo la gran crisis de la seguridad en Nuevo León no se había alcanzado un acuerdo similar; todos rechazaban el mando único, pero esta vez ante la gravedad del problema de la violencia, todos estuvieron de acuerdo.
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