Historia de la tragedia del Boing 727 que se estrella o estalla casi en la cima de Tres Picos entre los municipios de Hidalgo y Abasolo en la que perecen destacados personajes, aunque a los lugareños les cayó del cielo confeti de monedas de oro derretido y otras dos mil piezas son objeto de la rapiña
Por Luis Alvarado
Este 4 de junio se cumplen 50 años de la tragedia del avionazo del cerro de El Fraile, cuando en esa fecha y mes de 1969 “se estrella” un jet Boing 727 casi en la cresta de la montaña ubicada en Hidalgo, N. L. en el que perecen las 79 personas a bordo.
A la fecha la versión oficial de la SCT no ha cambiado ni se profundizaron las investigaciones que siempre han mantenido en la duda dicho dictamen por diversas inconsistencias que hacen presumir hechos como una explosión en el aire antes de que cayera en la montaña.
Dicha versión no se modificó a lo largo del medio siglo de la tragedia y ésta es atribuida a un error del piloto de la nave de Mexicana de Aviación. Aquí muere: Carlos Madrazo, creador de una nueva corriente democratizadora en el PRI llamada Patria Nueva, entre otros personajes públicos.
A pesar del peritaje oficial pocas personas han creído la versión. A lo largo de las cinco décadas los argumentos de la desconfianza popular se han ido fortaleciendo:
“Porque el presidente Gustavo Díaz Ordaz y el secretario de Gobernación Luis Echeverría Alvarez representaban el fascismo priísta… Porque en la nave viajaba su enemigo político Madrazo…. Porque no hubo huellas del impacto o cráter en la montaña… Porque un emisor de ultrafrecuencia de orientación obligada para el piloto estuvo apagado en los minutos del descenso en la torre de control… porque lugareños ven una explosión en el aire antes de caer pulverizada la aeronave en el risco”.
El avión proveniente de la ciudad de México debió aterrizar en el entonces Aeropuerto del Norte de Monterrey, se enfila a la pista pero le es prohibido el aterrizaje a punto de tocar tierra por estar cerrada la terminal. Se vuelve a elevar para regresar a la ciudad de México.
Había neblina y el experimentado piloto con más de 25 mil horas de vuelo se desploma con su aeronave en el pico de la montaña a las 8:02 horas, a 30 kilómetros de distancia y dos minutos de vuelo del puerto, en uno de los siniestros más controvertidos en la historia de la aviación civil mexicana.
Perecen empresarios y el jefe de la Federal de Caminos
Viajaban en el aparato siete tripulantes y 72 pasajeros, entre ellos el destacado tenista triunfador de Wimbledon y de la Copa Davis, Rafael “El Pelón” Osuna; Raúl Chapa Zárate, director de la Policía Federal de Caminos; Generoso Chapa Garza, exalcalde de Monterrey, empresarios del norte y centro del país, entre otros.
A 50 años de esta tragedia las conjeturas e hipótesis sobre ‘un crimen de estado’ siguen fuertes en la memoria de investigadores independientes, historiadores y familiares de las víctimas del avionazo.
En el área de carga venían embarcadas miles de monedas de oro que en su mayoría desaparecen por el pillaje. Un militar a cargo en la montaña recoge y consigna apenas 50 kilogramos del tesoro, pero al Ministerio Público Federal solo llegan 17. Aún ahora muchos lugareños guardan monedas derretidas que se han encontrado a lo largo de las décadas.
El entonces secretario general del PRI en Nuevo León, César Lucio Coronado, creador de la frase Patria Nueva esperaba en el aeropuerto a su líder Carlos Madrazo ese 4 de junio de 1969 para ir a un evento político de su línea democratizadora.
A cuatro décadas de su desaparición dice no tener elementos para acusar un crimen oficial en contra de los 79 pasajeros.
Pero si asegura que nunca se comprobó impacto o cráter formado por el ‘estrellamiento’ en el cerro como debió haber ocurrido de acuerdo al dictamen de la SCT. “Eso todos los supimos”.
Piloto perteneció al Escuadrón 201
Con matrícula XA-CEL, el Boeing de Mexicana parte de la ciudad de México a las 7:00 de la mañana con destino a Monterrey, a donde debió aterrizar una hora después, según consigna el periódico El Porvenir del 5 de junio de ese año 69. Con apenas dos años de uso, y menos de tres mil horas de vuelo, el aparato estaba casi nuevo y era improbable una falla.
Pilotos que han externado su opinión sobre el accidente aseguran que por su seguridad y maniobrabilidad, ese avión era el preferido por los navegantes. Es el clásico de tres turbinas en triangulo casi en la parte final del fuselaje. Era tripulado por el capitán Guillermo García Ramos, héroe del famoso escuadrón 201 con el que México participa en la II Guerra Mundial, quien es derribado en Nueva Guinea por los japoneses y rescatado por aliados.
La nota principal de El Porvenir informaba que “al parecer la nave chocó en la montaña cuando viraba de regreso a la ciudad de México, pues se le había notificado al piloto que el aeropuerto estaba cerrado. Algunos expertos creen que pudo ser error del piloto”.
Otra nota en primera señalaba que “la de ayer es la más grande catástrofe aérea que ha ocurrido en el país”. “El avión chocó a unos 30 metros abajo de la parte más alta del pico más alto del cerro del Fraile, el rescate por helicóptero es inútil”.
Ordenan militares propalar versión del accidente
Es gobernador del estado Eduardo Elizondo y comandante de la 7ª Zona Militar el general Tiburcio Garza Zamora, quien recibe órdenes del secretario de la Defensa Nacional de establecer operativo de rescate al que se suman dos grandes helicópteros guardacostas de Estados Unidos, más otros tres mexicanos.
Argumentando evitar el pillaje, Tiburcio impediría investigaciones independientes insistiendo que fue un accidente la causa, aún antes de los peritajes. Obedecía la versión oficial de la superioridad en México y así lo retransmitía a sus subalternos para que lo propalaran por todos los medios posibles.
La última comunicación con el navegante del avión es a las 7:55. El lugar donde caen los restos o impacto es localizado a la 1:00 p.m., cinco horas después del percance se encuentran aún rastros de fuego, las cuales duran hasta las 4:00 p.m. producto de 17 mil litros de gas avión que traía en sus tanques, para una autonomía de vuelo de más de cuatro horas. La aeronave viajaba a cerca de 900 kilómetros por hora según autoridades de la torre de control.
El primero en ubicar los restos en la cara norte del risco fue el piloto de la empresa Hylsa Lauro Siller. Luego los helicópteros ubican restos en un radio de más de dos kilómetros, los motores del aparato al otro lado –sur- de la cresta del cerro.
“Anoche la Procuraduría General de la República descartó toda posibilidad de sabotaje”, informa en otra nota el rotativo, que añade que salió del DF a las 7:02 y debió aterrizar a las 8:15 en el aeropuerto regio. Al cerrarle el aeropuerto la nave debía regresar a México.
Restos de Madrazo ubicados en lo más alto del cerro
Descartada toda posibilidad de encontrar sobrevivientes se forman brigadas de rescate por 300 hombres de todas las corporaciones, los que tienen a su cargo la penosa tarea de recoger los trozos de vísceras, cráneos, pies, manos, orejas esparcidos en un radio de más de 500 metros, además de documentos, credenciales, billeteras, cinturones para lograr sus identificaciones.
“Caminamos sobre carne molida”, declara el socorrista José Matilde García quien dice que no hay un cuerpo entero.
En la prensa del día 6 de junio la viuda del experimentado piloto a cargo del 727, Esther Sada de García critica a las autoridades del Aeropuerto del Norte “que muy tarde le avisan que no puede aterrizar por lo que no puede elevar a tiempo el avión.
En la montaña el primero en llegar al sitio fue el oficial de la Policía de Caminos, Carlos Ambia Reyes a medianoche del miércoles 4 y el jueves 5 ascienden cadetes de policía quienes bajan con joyas, documentos, dinero y restos humanos, los más grandes de 30 centímetros.
El cuerpo de Carlos Madrazo es identificado por Pedro Tanguma, auxiliar del jefe de la Policía Judicial. “La caja (torax) del cuerpo (de Madrazo) estaba incrustada en el sitio más alto de la cresta de la montaña. Pudo identificarlo porque reconoció una parte del rostro y pelo. Entre lo que quedaba del saco halló una inscripción: Carlos A. Madrazo”.
También es identificado el cadáver de Chapa Zarate y el de su esposa. “Para dar una idea del impacto, los motores están a unos dos mil metros del lugar del choque, el fuselaje en un radio de mil metros y los cuerpos hasta 500 metros”.
Madrazo, campeón demócrata del PRI: NYT
Según versión publicada en la portada de la segunda sección de El Porvenir del 6 de junio, el vocero de la empresa de aviación CMA, Jorge Farel afirma que el choque ocurre cuando el avión hacía el viraje de aproximación a la pista de aterrizaje, “pero se desvió del viraje señalado y se estrella en el punto conocido como Tres Picos en una pared de mil metros de altura”.
Algunos de los pasajeros fallecidos son Ricardo Garza Lazo, Cecilio Castillo, Edmundo Díaz, César Gazcón, Baltazar Souza, Antonio Valle, Eloy Espinosa, Roberto Ríos, Juan Galazzi. El tenista Rafael Osuna tenía 31 años y trabajaba para una empresa cigarrera.
El día 6, el líder nacional del PRI, Alfonso Martínez Domínguez se expresa de Madrazo así: “por encima de las discrepancias fue un activo político, inquieto militante y esforzado mexicano”.
El diario New York Times publica que Madrazo “fue el campeón de la democratización del PRI que gobierna a México desde hace 30 años” y que su objetivo era hacer cambios profundos para limpiar su partido de la corrupción.
Aprovechando la confusión y presencia de más de 300 hombres en la montaña se dan actos de pillaje y son detenidos algunos vivales con dinero y objetos robados.
Hubo algunas personas que se salvaron de morir en el aeroplano ya sea por adelanto o postergación el viaje, como el comerciante Marcos Saed quien el día anterior al accidente tuvo noche de copas en una fiesta y en la resaca olvida el viaje, pero su nombre aparecía entre las víctimas.
Aerolínea quiso repartir los restos “por partes iguales”
El 7 de junio se publica en El Porvenir que familiares de los pasajeros están enojados por la propuesta que les hizo el apoderado de la aerolínea, de apellido Cid, de inhumar los restos en una fosa común ante la imposibilidad de identificarlos debidamente.
Mexicana de Aviación quería “repartir los restos por partes iguales o incinerarlos”. Líderes empresariales critican por su lado la peligrosidad en las maniobras de aviones en el vetusto Aeropuerto del Norte.
El 10 de junio son sepultados en el DF los supuestos restos del tenista Osuna y el del piloto García Ramos. Este día el presidente Díaz Ordaz envía una ofrenda floral a la funeraria Gayosso en que es velado Carlos A. Madrazo, quien es sepultado en el panteón jardín.
Algunos familiares se niegan a recibir restos humanos entregados por Medicina Forense del Hospital Universitario argumentando que no hay seguridad de que sean los de sus seres queridos muertos en el siniestro.
El oro
Luego sale a relucir en la prensa el cargamento de miles de monedas de oro de diferentes denominaciones embarcadas por el Banco de México hacia Monterrey. Son en total tres mil 149, de las que 514 son de 20 pesos oro; 418 de 10 pesos oro, llamadas ‘Hidalgos’; 800 de 2.50 pesos y 800 de 2.00 pesos. Muchas de ellas están dobladas o derretidas al entregarlas el Ejército al Ministerio Público.
Según investigaciones del escritor Mario Clío el Banco de México solo recibió 17 kilos de monedas de oro de los 50 que consigna el capitán Carretero desde la montaña
Sorprende a sujetos con aparato sospechoso en la cima
En su libro Fragmentos de un Avionazo, Mario Clío consigna que el periodista Daniel Posada Chávez fue el único periodista que tuvo acceso al sitio del impacto y que éste le aseguró que “horas después del siniestro vio a dos hombres sentados como magos, como si hubieran pasado la noche en la cumbre, uno de ellos tenía un aparato en sus manos”.
La tesis de Clío es que el avión no chocó sino que estalló en el aire y deduce que los tipos a los que se refiere Posada bien pudieron maniobrar un artefacto transmisor para detonar explosivos.
En su obra producto de 10 años de investigación resume que la caja negra encontrada 15 días después es entregada por el ejército sin los últimos minutos de grabación entre la torre y el piloto.
Más: escribe que el sensor VOR del aeropuerto estuvo apagado por algunos minutos. Este aparato es un sensor que ordena al piloto los descensos y virajes y al estar apagado hizo que el avión perdiera su orientación. Cita el testimonio del ingeniero Leopoldo Villarreal quien escucha en el radio transmisor el diálogo entre el piloto y la torre de control.
“Escucha que el avión se pasó de la pista porque el VOR se apagó y que la torre le pide al piloto rectificar y este responde que no recibió la instrucción del VOR –por estar extrañamente apagado en un descenso- (radio faro omnidireccional de muy alta frecuencia que ayuda a la aproximación a los aeropuertos y muestra al piloto su situación respecto a la base en todo momento y da indicaciones de qué debe hacer para mantener el avión en una ruta determinada).
Esta condición desorientó al piloto y lo motiva a ascender nuevamente en lugar de aterrizar manualmente. También asegura el investigador que el Boeing estalla a 200 metros por debajo de la cresta de la montaña más alta –no a 30 como aseguran otras versiones- y que esta fuerza expansiva hace volar al otro lado del cerro los motores del avión.
Escritor descarta teoría del atentado
Pero Juan de Dios Garza García, un viejo periodista conocedor de los aviones comerciales y aeropuertos del país difiere de las teorías del atentado contra el Boeing 727 debido a que conoció de primera mano la versión de un mecánico de aviones del Aeropuerto del Norte, quien escucha el 4 de junio de 1969 cuando el avión pasa a gran velocidad oculto entre el banco de nubes sin que pudiera aterrizar en la pista.
Identifica al empleado como Juan “Largo”, así apodado porque medía casi 1.90 metros de estatura. “Él me dijo; yo desde que oí las turbinas de ese jet, al sobrevolar el aeropuerto hacia el norte, me dije, este lleva mucha velocidad, y digo oí porque estaba una fuerte capa de nubes y no había buena visibilidad”.
“Lógico que al ir con mayor velocidad el avión, a la hora de darse vuelta de norte a sur para hacer su aterrizaje, se abrió mucho en la vuelta y se topó con el pico del Fraile. Cuando sobrevoló el aeropuerto pensé ‘éste va a una velocidad mayor de la normal para descender… Ya cuando vi que no aterrizaba pensé ‘éste ya se estrelló en la sierra’”.
Garza García escribe esta versión en su libro Un Reportero de hace 50 Años editado en la ciudad de México en el 2001 por Editorial Buena Tinta.
Juan Largo le aseguró que subió a la torre de control para preguntar por el vuelo “y con sorpresa me indicó el controlador de vuelos que habían perdido todo contacto con el 727”, según transcribe sus palabras en el libro.
En su libro de memorias como reportero de aeropuertos, el escritor nacido en Cadereyta, Nuevo León le resta méritos profesionales al piloto al expresar; “había antecedentes a favor de la hipótesis del accidente…Entre sus compañeros conocían al piloto como ‘ruletero del aire’. “Me inclino a pensar que dicho accidente no fue provocado y menos por el gobierno de Díaz Ordaz”, afirma en la página 46 de su texto.
“Queríamos el cambio dentro del PRI”: Coronado
Por su lado, César Lucio Coronado, entonces dirigente priísta en Nuevo León y compañero de lucha ideológica democratizadora de Madrazo dentro del partido asegura que “es iluso pensar que haríamos un nuevo partido siendo Díaz Ordaz presidente y estando Echeverría en Gobernación. Es iluso pensarlo porque nunca jamás dejamos de ser priístas, liberales, revolucionarios, juaristas y laicos”.
César Lucio dice no tener elementos para acusar al poder de entonces del atentado contra el avión en que pierden la vida los 79 pasajeros. Pero si está seguro de que no hubo impacto en el cerro El Fraile o cráter dejado por el supuesto estrellamiento.
Habla de la lucha democratizadora: “La idea era acabar con las cúpulas… lo que luego trató de hacer Colosio en el PRI, estábamos en contra del dedazo, del corporativismo forzado, queríamos la incorporación individual y más democracia”.
Los rumores de las monedas
Luego afirma que los rumores desatados llegaron a inventar que las monedas de oro eran nuestras y que las queríamos para financiar una revolución; “lo que queríamos era una revolución del pensamiento y de las conciencias dentro del PRI, pero nunca de las armas, eso es iluso”.
Posteriormente Notario No. 50, Coronado reconoce que la frase de Patria Nueva surgió de un discurso que pronuncia él en Torreón y que Madrazo la adopta para su lucha reformista; “no pensábamos hacer un régimen socialista, solo pensábamos en el partido, no en el país…si había muchos seguidores en el país, Madrazo era el flautista de Hamelin, el seductor de masas… fue buen gobernador de Tabasco, pero Díaz Ordaz no entendió el mensaje de renovación que nosotros veíamos.”
Acerca de las monedas de oro, sonríe al recordar que “cuando fui delegado del PRI en Abasolo había mucha gente que guardaba los centenarios (en realidad eran “Hidalgos”) derretidos”
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