Por Jorge Maldonado Díaz
TIJUANA | Desde Lomas Taurinas, donde hace 27 años fue asesinado su padre, el diputado Luis Donaldo Colosio Riojas fue a enfrentar su pasado y a perdonar a los asesinos cobardes que le arrebataron la vida.
«Antes de iniciar esta nueva etapa vengo aquí a perdonar, pero también a invitar a mi gente a perdonar conmigo, perdono a los cobardes que me arrebataron a mi padre, haciendo hasta lo inimaginable con tal de sacar a Colosio de la contienda. Perdono al asesino que tomó su vida, producto de las circunstancias inciertas, desesperadas y posiblemente obligados por lo que atravesaba en aquel momento».
El candidato a la alcaldía de Monterrey dijo que es hora de impulsar una nueva generación de líderes que busquen el bien del país.
Criticó el sistema judicial del país al dejar impune el homicidio y a las instituciones que han lucrado con el nombre de su padre, «perdono a un sistema judicial que lejos de ayudar a procurar la verdad se empeñó a destruir toda posibilidad de hacer justicia a un crimen nacional. Perdono a las instituciones de este país, que lejos de honrar su legado, han usurpado el nombre de mi padre y se han beneficiado de él para sus proyectos vacíos».
Desde la estatua de su padre, donde llevó una ofrenda, confesó que ha sido una experiencia muy fuerte para él: «Aquí comienza una nueva y urgente historia para mí y la pongo a los pies de mi país, con todo lo que soy, con todo lo que tengo, con todo lo que pueda apostar, es el propósito de mi vida, detonar el surgimiento de una nueva generación nueva y diferente, de liderazgos que se arrojen al servicio de la gente, pero también el lograr que nuestra gente despierte su conciencia» , puntualizó.
Tras el asesinato de su padre señaló que se desmoronaron cientos de miles de ilusiones, de esperanzas, y de oportunidades y nos dio un muy crudo ejemplo de cómo el odio y las ambiciones de la gente cobarde, son capaces de asesinar la esperanza de toda una nación.
«Aquí cambió mi vida por completo, aquí perdí a mi padre, y mi madre quien ya estaba enferma antes de morir, tomó la decisión de mudarnos a Monterrey donde he hecho mi vida estos últimos 27 años, donde estudié, trabajé y formé a mi familia».
Insistió que este lugar, en vez de representar una tragedia hacia el fin de los tiempos, tiene que ser reivindicado y servir como el inicio de una nueva etapa para este país.
«Una de las lecciones mas poderosas que me dejó mi padre, fue cuando me enseñó, a no envenenarme el alma. Fue también como aprendí de mi madre que mi venganza será mi perdón.
Ante de iniciar esta nueva etapa, vengo aquí a perdonar, pero también a invitar a toda mi gente a perdonar conmigo».
Precisó sin embargo que hay cosas que no perdona, ni perdonará jamás, y que es lo que le está ocurriendo a miles de familias todos los días, «no perdono que en México, tantas familias padezcan lo que ha sufrido la mía.
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