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Reconocer con humildad las derrotas

OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez

Reconocer con humildad las derrotas 

En palacio siguen buscando culpables sobre el fracaso en las elecciones del seis de junio. Lo malo es que voltean a ver hacia el 22 Berriozábal, donde no se tomaron las decisiones. 

Algunos se preguntan quién fue el que le falló al jefe político, considerando que el que manda nunca tiene la culpa y siempre le asiste la razón y, cuando se equivoca, puede volver a mandar. 

Le dan vuelta al asunto sin querer saber lo que en realidad pasó. 

Ya estamos a 14 de junio y los azules no han llamado a la prensa para, en acto de humildad y sencillez, alejados de arrogancia, reconocer culpas y anunciar los planes de su reagrupamiento con miras a la sucesión gubernamental que de antemano tienen perdida. 

Como ya lo dijeron líderes nacionales, lo primero que necesitan es reconocer su derrota y prometer –otra vez- las perlas de la virgencita. 

En lugar de análisis y reflexión, la jefatura panista a cargo del “Cachorro” Cantú Galván –un simple gatito-, comenzaron una embestida que busca arrebatar triunfos a la oposición en la mesa judicial. 

Cierto que lo pueden conseguir en el Tribunal Estatal, donde medio mundo sospecha que el PAN tiene metida la mano metida, pero los asuntos se definirán en el TRIFE. 

“Cuando pierde arrebata”, decía el pueblo en los mejores tiempos del PRI. En aquellos municipios que se perdían, imponían concejos municipales civiles. Parecen revivirse aquellos tiempos. 

No hay pierde. Seguro que la garrotiza no se debe al desafuero ni la orden de aprehensión hasta hoy no cumplimentada, ni el congelamiento de cuentas por parte de Inteligencia Financiera para una treintena de sociedades y personas físicas. 

Para llegar a la verdad necesitan aterrizar a nivel de cancha, tomar una muestra ciudadana y preguntar por qué, aun con todas las dádivas que se desperdigaron en territorio, votaron en contra. 

Si la jerarquía –o los que mandan- en el PAN le hicieran caso a la prensa, otro gallo les cantaría. 

Se sabe, bien que se sabe desde hace cinco años, que tras el mando azul el que más metía mano era Ismael, el Senador, ya con el sentir de “gobernadorcito” y preparando terreno para mantener bajo su mando a los alcaldes. 

Un secreto a voces que intervenía en todo, incluso en la conformación de planillas municipales. 

Preguntar también, en lo interno, la opinión de aquellos a quienes pusieron la pata en el pescuezo, auténticos militantes, figuras que se habían ganado con 

trabajo el derecho a ser candidatos. Son unos cuantos, pero ya indignados se multiplicaron. Votaron contra los candidatos de su partido. 

En lugar de arrebatar, defender y recuperar lo imposible, necesitan privilegiar la humildad, aceptar que fallaron, que ya no enarbolan las aspiraciones de la mayoría de los tamaulipecos, que dejaron galopar la corrupción y utilizaron el poder para otras cosas. 

Aun con toda su arrogancia y endiosado, Egidio Torre Cantú le bajó tres rayitas y reconoció en la elección 2016, que había perdido por no hacer política en territorio. 

Se comprometió a corregir, pero, un año después, entregaría el poder a la efímera alternancia que hoy pronostica la derrota del panismo. 

Es problema de ellos, pero, se me hace que simultáneamente necesitan poner de patitas en la calle a “Don Cacharro”, a Luis René. La cuerda siempre se rompe por lo más delgado. 

Ya gritó que no renunciará pase lo que pase, que no es culpable y se dispone a ingresar como diputado local y posiblemente pastor de su bancada. 

No necesitan investigar mucho ni ir muy lejos, el pueblo está dolido: Corrieron a miles de burócratas, a otros les quitaron sus compensaciones, desaparecieron las becas para nivel básico, le deben a miles de proveedores incluso del sexenio anterior, por enumerar algo. 

Al arranque del sexenio subieron el impuesto sobre nóminas del dos al tres por ciento, que, para realizar obras, pero no hay ninguna. El dinero se va en gasto corriente. 

El pueblo cobró la factura. Se “compraron” el 30 por ciento de los sufragios, pero salió a votar el 62. 

Si comparamos con otras 12 entidades en que simultáneamente se dio la elección, a los azules tamaulipecos “les fue bien” en cuanto a clientela electoral. 

En Baja California los morenos les ganaron las 17 diputaciones de mayoría; en Chiapas 24 de 24, lo mismo que Nayarit 18 de 18, y también en Sinaloa triunfaron en las 25, y 21 en Tabasco. 

En cinco Estados dejaron en “zapato” a sus contrincantes. 

Ganaron el control de 12 congresos locales: Tamaulipas 16 de 22; Tlaxcala 11 de 15; Baja California Sur 12 de 16, Hidalgo 14 de 18 y así Oaxaca, Sonora y Veracruz. 

Tema parte, en la UAT el Rector José Andrés Suárez Fernández extendió del 15 al 30 de junio el receso en las dependencias administrativas y académicas, según las disposiciones del Comité Estatal de Seguridad en Salud. 

Continuará el plan de trabajo para atender trámites esenciales en las diversas áreas. Queda a consideración de los directores determinar el personal que acudirá a laborar, siguiendo las medidas exigidas. Continuarán las tareas desde casa. 

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