REFLEXIONES 2021
Por Mtra. Emilia Vela González
La pensión universal y los cambios de mi prima
A la primera Emilia Vela de la familia, no la conocí. Era hermana de papá y falleció joven, dejando dos hijos, Vilma y Sebastián. Al casarse mi padre, fallecida su madre, Vilma pasaría a formar parte de la familia, yo la recuerdo en casa toda mi niñez, hasta que se casó, cuando yo iniciaba la segundaria. Su esposo Memo era ingeniero, así que escuchaba decir que había hecho un buen matrimonio. Era muy bonita y estaba consciente de ello, inteligente y habilidosa. Más que prima siempre la vimos y quisimos como hermana mayor.
Vilma y su esposo, Luego de una breve estancia en Reynosa, vivirían en Tampico para después irse a radicar de manera definitiva al Distrito Federal. Cierta ocasión que los visité entre 2001 o 2002, salió a colación el tema de la pensión de $800.00 mensuales que Memo recibía de la ciudad. Tal información me llamó la atención, dado que él era un profesionista que vivía en una colonia Residencial y desde mi percepción no tenía necesidad.
Al manifestar mi sorpresa, y compartir mi creencia de que esos apoyos se otorgaban únicamente a personas de escasos recursos, él manifestó que López Obrador, jefe de Gobierno, a quienes ambos apoyaban incondicionalmente, lo había implementado como universal, en beneficio de todas las personas mayores de 65 años, como un reconocimiento al trabajo que habían desempeñado durante su vida.
Mi tía Elisa Vela hermana de papá, que le sobrevivió, si bien pasaba en casa algunos períodos, vivía en Ciudad Guerrero, y cuidaba a Sebastián, el hermano de Vilma, dependiendo fundamentalmente del apoyo de esta. La visitábamos con relativa frecuencia, y advertíamos que, como una persona cercana a los noventa años, recibía atenciones del DIF municipal, llevándole despensa y medicamentos, no obstante, en las últimas elecciones en las que votó, que fue en el 2006, lo hizo a favor de López Obrador, no dudé que en tal decisión había influido Vilma.
Como sabemos, el presidente de la República, aspiró por tres ocasiones a ocupar dicho cargo, en las dos primeras como candidato del PRD y en la tercera ocasión por MORENA, en esta última estaba tan seguro de su triunfo, muchos lo estábamos, que parte de su campaña y tiempos en radio televisión los utilizó para convencer al electorado para que votaran por todos los candidatos del partido que lo postulaba, obteniendo la mayoría en el Congreso de la Unión.
Una de las reformas implementadas durante este gobierno y publicada el 8 de mayo del año anterior, fue adicionar un párrafo al artículo 4° Constitucional, y reconocer como un derecho de los adultos mayores de 68 años, a recibir de parte del Estado una pensión no contributiva, y tratándose de indígenas o afro mexicanos a partir de los 65 años. Disposición que no ha sido modificada, si bien se anunció, en etapa electoral, que el apoyo será general para mayores de 65 años.
En torno a su efectividad he escuchado testimonios diversos. Sin duda, para muchos alivia su pobreza extrema dado que de dicha pensión depende su subsistencia; importante sin duda para todos aquellos que realizando trabajos eventuales o en el campo no la generaron en su vida; Mujeres cuyo trabajo fueron labores del hogar; para otros, beneficiarios de una escueta pensión de jubilado ayuda a mejorar su maltrecha economía. Hay quien dice que nunca la ha recibido y algunos aseguran que la entrega ha sido ocasional.
Sin embargo, el que sea universal y advertir que la reciben personas que gozan de una holgada situación económica o que ya son beneficiarios de una generosa pensión, no deja de generarme dudas, al pensar que esos 2550 bimestrales y que a partir de Julio serán 3100, según se ha dado a conocer, que perciben quienes no lo necesitan, bien tuvieran un mejor destino, en un país con tantas carencias, acentuadas durante la pandemia.
Volviendo a mi prima Vilma, actualmente tiene 83 años, no es una anciana típica, cuida su apariencia, goza de una gran lucidez mental y tiene mucha información política tanto de la ciudad de México como del resto del país. Viuda desde hace varios años, alterna su vida en México, donde sigue residiendo en la misma casa y Querétaro donde viven tres de sus 5 hijos, con todos tiene mucha convivencia, así como con sus jóvenes nietos, todos profesionistas o estudiantes universitarios en el país o en el extranjero. Dos días atrás tuvimos una larga conversación telefónica, con ella nunca es corta, y después de informarme de su vida y casi para concluir me dice, ahora voté por el PAN.
¿Me sorprendí? No estoy segura, pero sonreí sin poder evitar evocar aquello de la clase media aspiracional y su relación con la división de carácter político que se dio en la ciudad de México, posterior a las elecciones. La colonia donde vive mi prima, forma parte de la alcaldía Álvaro Obregón, ganada por Lía Limón, de la coalición PAN-PRI-PRD, gobernada previamente por Layda Sansores de Morena.
Vilma me dio un ejemplo de que, con independencia de la edad, y como ciudadano informado, las inclinaciones y preferencias políticas pueden cambiar.
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