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Rodolfo Torre, una carrera política vertiginosa

OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez

Rodolfo Torre, una carrera política vertiginosa 

Pasaron once años del homicidio. Si viviera ¿en dónde estaría hoy Rodolfo Torre Cantú? ¿en la política? ¿retirado a la vida privada? 

Mismos años en que el PRI, al que pertenecía el médico, lucró con su figura y memoria para alcanzar clientela electoral, hasta que la ciudadanía terminó por darle la espalda: Perdieron la gubernatura en 2016, cero diputaciones locales en 2019 y 2021, y tres alcaldías en el reciente seis de junio. 

Rodolfo tendría 57 años. Nació el 14 de febrero de 1964 en esta capital. 

Entre más pasan los años, sus amigos que lo lloraron se olvidan de él. Hasta su hermano mayor, Egidio, que es el que más beneficio del asesinato, se perdió de estas tierras. 

Si hacemos un recuento de la vida política de Rodolfo, habría que centrarse en que fue vertiginosa como la de pocos. Nació y creció en un sexenio, el de su amigo y “padrino” Eugenio Hernández Flores. 

Debutó con buena estrella luego de ocupar la oscura oficina del DIF Victoria en 1999, una chamba que a nadie ha impulsado para otros cargos de responsabilidad. 

Luego del comité municipal partidista capitalino, en 2004 su amigo lo hizo diputado al Congreso Local por el distrito 14, cuya butaca no calentó ni cinco minutos. Fue nombrado secretario de Salud del Gobierno, desde donde tejió su proyecto. 

El 31 de agosto del 2009 –otra vez de la mano de su amigo-, ingresó como diputado federal por el V distrito, un movimiento que sus amigos pensaron que le arrebataría la candidatura por lo atípico. 

No duró mucho en el Congreso de la Unión, pues el 14 de marzo del 2010 fue nominado candidato a la gubernatura por decisión de Eugenio. 

Era la tercera vez que los mandos tricolores concedían al Gobernador en turno “poner Gobernador”. Nadie pensaba en una alternancia azul. 

Fue asesinado el 28 de junio de ese mismo año, a escasos días de las elecciones. De hecho, su nombre y prestigio fue el que hizo ganar a su hermano Egidio. 

Iba directo al triunfo. Habría gobernado a los 47 años. Un rápido ascenso, pero también un proyecto frustrado de tajo. 

A los gerentes del partido y sus “viudas”, ya no les queda hablar de once años de impunidad y exigir justicia. No la buscó su hermano Egidio en seis años, en que solo se dedicó a disfrutar del poder y dineros del erario. 

La memoria tricolor, en esos once años, ha olvidado al “padrino” fiel que sacó adelante la candidatura de Torre. Ni una mención ha merecido en esos once años. 

Al contrario, fue denostado y señalado en el sexenio “familiar” de los Torre, como si tuviera responsabilidad en el homicidio. 

Desde entonces Eugenio vive arrepentido de haber entregado la candidatura al hermano, ingeniero civil del Tec, que luego lo negaría diez veces, puñalada por la espalda y hasta entregar Tamaulipas a la oposición azul. 

Por cierto, los historiadores cuerudos nos deben el origen de los Torre. Solo sabemos que llegaron de Yucatán, pero no las causas. 

El tronco familiar en Tamaulipas fue Egidio Torre Repetto, a quien algunos le conceden el título de abogado, y otros de médico. Nació en Mérida en 1884 en una familia de ocho hermanos, y murió en ciudad Victoria en 1959, a los 65 años, según datos del sureste. 

Otros dicen que Repetto se trasladó desde Mérida para vivir algunos años en Nueva Orleans, pero en 1928 decide ir a San Carlos, Tamaulipas, donde casó con María López. Ahí por 1942 radicó en Estación Cruz, municipio de Hidalgo, ya con sus hijos. 

Crónicas de Victoria del maestro Antonio Maldonado Guzmán, menciona que fue “orador, médico, ferviente liberal nacido en Mérida en 1881; en 1956 inicia su responsabilidad de dirigir la Canaco de Victoria, y fallece en el año 1959”. 

Lo cierto es que del matrimonio Torre-López nacieron los hijos: Egidio, Esther, Paula, Luis y Cruz. Luego llegaron a ciudad Victoria. 

Datos aportados por el profesor Raúl Vargas Saldívar, originario de Jiménez y estudioso de la historia, manifiesta que Repetto ejercía como médico. En ese poblado se le murió el general Luis Caballero cuando lo intervenía de un problema urológico, auxiliado por el herrero del pueblo, José Cruz Caballero, dueño de la tienda La Reforma. 

Egidio Torre López, se tituló por la UNAM en 1953. Su hijo Rodolfo egresó de la escuela de Medicina (UAT) de Matamoros. 

Los historiadores locales nos deben datos de este y muchos otros temas. 

Hablando de asuntos diferentes, en este mar de información y desinformación, “alguien” subió resultados de encuesta Mitofsky, evaluación al desempeño de Gobernadores, afirmando que el tamaulipeco Francisco García va en picada después de las elecciones. 

Lo “checamos” y sigue en el lugar 28 de los 32, según la evaluación de mayo. Abajo de él solo están los de Chihuahua; Nuevo León; Colima y Antonio Nayarit. Son datos “viejos”. Falta la investigación de junio. 

Conferencia de prensa “mañanera” con el Gobernador García. Evadió pregunta sobre tema de la entrevista con el presidente López Obrador. Crecen versiones que es una negociación política que lleve a feliz término el sexenio. 

Atascados de expedientes los tribunales electorales. No hay para cuándo y los nervios crecen entre aquellos diputados y alcaldes electos que ganaron “por un pelito”. Ya informaremos. 

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