OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
El destino de aviones y Casa de Gobierno
En lenguaje llano se dice que “cabecearon” para donde venía el golpe de nocaut. En el argot político se les dice “pancistas” porque piensan con la panza y no las neuronas.
Los diputados morenistas Ulises Martínez Trejo y Rigoberto Ramos Ordóñez hasta hicieron campaña a favor de los contrincantes. Si los “maicearon” o no, nunca pensaron que la 4T ganaría el seis de junio y “se embarcaron”.
Morena ya tiene medio cuerpo en Palacio de Gobierno. Cualquiera que sea el candidato, tiene el 90 por ciento de posibilidades de ganar.
Y la pregunta es ¿con qué cara van a pedirle a los jerarcas una segunda oportunidad? Demostraron que no son políticos y menos congruentes con los principios del “no mentir” y “no traicionar”, enarbolados por López Obrador. Lo hicieron con alevosía y ventaja.
Se entregaron en cuerpo y alma al enemigo y se quedaron a medio camino, ni son de aquí ni de allá, ni azules ni guindas. No pueden reclamar una candidatura en 2024, la lotería más cercana.
Si gana Morena la esquina del poder en 2022, como parece destinado, no les tocará ver de cerca que, cualquiera que sea el inquilino de Palacio, convertirá la Casa de Gobierno, o “Casa Tamaulipas” como la bautizaron los “vientos del cambio”, en un espacio para la cultura.
Firmaron la iniciativa de punto de acuerdo el 29 de enero del 2020, aunque la mayoría panista la desechó.
Otra que “cabeceó” para el lado del jab es Leticia Sánchez Guillermo. Va trepada en la nave azul y, si es congruente y le da algo de pena, lo menos que puede hacer es declararse independiente, aunque votar por Acción Nacional.
Dos “libres” serían suficientes para quitar la mayoría simple a los pejistas, lo cual es otro tema.
A como está el pronóstico, la gubernatura será ganada por la guinda, cuya plataforma contempla la venta de los aviones oficiales. Así lo harán los once gobernadores electos en la última “comalada”. Viajarán por tierra o en línea comercial.
Por eso a los morenos que fallaron, no les tocará ser testigos de la venta de las aeronaves del Gobierno de Tamaulipas, como lo pidieron también en su gestión.
Es la tónica lopezobradorista. Tabasco y Veracruz hicieron la venta en su tiempo.
De acuerdo con información de primera mano, será tema de campaña y, quien quede, si proviene del mismo establo, deberá vender los aviones no necesarios que conllevan millones en mantenimiento. En ocasiones, desde
hace años, solo se utilizan para “pasear” a funcionarios por diversos lugares del país y extranjero.
La lista que proporcionan es la siguiente: Cessna Citation Encore, Cessna 500, Commander 840, Cessna TU 206, Robinson R 44 Raven II, Piper PA-31, Bell UH-U1, Bell 430 y Bell 206.
Son dos jets de largo alcance y al parecer los Bell helicópteros que dan servicio de protección civil y seguridad pública.
En la democracia hay ganadores y perdedores. Este seis de junio terminaron de tajo carreras de actores que se sentían insustituibles, que pensaban estar en el poder no un trienio más, sino sexenios enteros. Caso concreto el de Arturo Soto Alemán, perdedor por una diputación local.
Fue un golpe mortal para sus egolatrías, tanto que alguien recomendaba alejarlo de cuerdas o mecates y objetos contundentes.
Publicó en redes (como ahora es costumbre) la posibilidad de retirarse de la política: “Hoy en mi oficina reflexionaba con algunas personas… ¿Vale la pena seguir? ¿Y si no es la decisión correcta? ¿Tiempo de nuevos retos profesionales?”.
Luego difundió la eventualidad de dedicarse al comercio, porque “desde niño trabajo, jamás me dio pena vender de todo y trabajar en lo que sea”.
Ya fue dos veces candidato a la presidencia de la capital. La tercera y definitiva podría no llegar en los siguientes seis años.
Proviene de la cultura del esfuerzo, nadie se lo puede negar. Merece un reconocimiento, pero se trepó a la ola de soberbia azul que lo hizo perder hasta en el barrio popular donde vivió como chairo, Auténticas Playas y Azteca.
A 30 días de las elecciones no ha regresado al escaño del Legislativo. Sigue cobrando su suplente Gustavo Vanzzini.
Egolatrías que el sufragio derrumbó, caso concreto también el de Enrique Rivas Cuéllar, de Nuevo Laredo. Perdió en el pueblo que, a su decir, era muy querido.
Ganaron los distritos (locales) que alcanzan poblaciones rurales –frontera chica-, ahí donde no olía a la corrupción de Rivas. Los Dioses lo premiaron por ocho años seguidos y le sonreía un trienio más. Perdió el favor del respetable y es fecha que tampoco ha regresado a firmar las últimas nóminas en NL.
Cambiando de ángulo, el arroz de muchos moles, Alejandro Rojas Díaz Durán, expuso que elabora una denuncia penal en contra del ex Gobernador Egidio Torre Cantú, de quien dice, debería estar en el bote y no Geño Hernández.
Está en lo cierto. Lo malo es que, a una ficha quemada como él, poco caso le harán en la Fiscalía e Inteligencia Financiera. Al menos hace escándalo y le pone sabor al caldo con sus ocurrencias, como esa de que será candidato de Morena al gobierno del Estado por ser tamaulipeco “con derecho de sangre”.
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