La primera entrevista de Samuel García con el Presidente López Obrador debe de verse con reserva y no con la euforia que manifestó el gobernador electo. Una cosa es la formalidad y la cortesía política y otra cosa la realidad. De que le va a ir bien a NL con AMLO, como dice Samuel hay que esperar para verlo, porque el inquilino de Palacio Nacional a todo mundo le da el «avión» y luego no cumple; primero están sus prioridades. Lo único que debe rescatarse de este encuentro es la disposición de ambos. Lo demás hay que esperar.
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