REFLEXIONES 2021
Por Mtra. Emilia Vela González
Susan Boyle y el engaño de las apariencias
Con frecuencia leo antes de dormir; en tales ocasiones suelo escuchar música instrumental a través de Yutube en la TV, a veces distraigo mi atención del libro, para observar algunos de los increíbles paisajes que van mostrando, en otras, para deleitarme con alguna melodía en particular.
El viernes por la noche me sucedió al escuchar “ I Dreamed a dream “ del musical de “Los Miserables” y eso a su vez me trajo el recuerdo de la audición de Susan Boyle, en “ Britain, got Talent “. Deseé escucharla nuevamente, así que busqué el video y me dispuse a disfrutarlo una vez más.
La mencionada audición tuvo lugar en abril del 2009, de entonces a la fecha, lo he escuchado varias veces, y la verdad en cada una de estas, me vuelvo a emocionar como si fuera la primera vez, su voz logra despertar las fibras más sensibles de mi persona. Sin embargo, al parecer había olvidado las expresiones previas y posteriores del público y de los jueces cuando tuvo lugar la maravillosa interpretación que cambiaría el curso de la vida de Susan Boyle.
Su apariencia simple y un tanto desaliñada, su edad de 47 años no común en los participantes en esa clase de audiciones, su modo de expresarse que pudiera resultar simpático en alguien joven pero un tanto chocante en una mujer madura no del todo agraciada, aunado a sus pretensiones de ser cantante profesional como Elaine Paige, provocaron la burla y el sarcasmo de quienes la escuchaban.
Sin embargo, apenas empezó a cantar, las expresiones de incredulidad y sorpresa de los jueces se fueron transformando en gusto y era indudable su placer al escuchar su privilegiada voz, lo mismo sucedió con el público que se mostró entusiasmado y entregado.
Me resulto revelador y digno de atención, los comentarios de dos de los jueces, uno de ellos además de manifestarse impresionado, por la increíble interpretación, señaló que todos se rieron cuando dijo que quería ser como Elaine Paige, pero que ya nadie se estaba riendo, y la otra juez reconoció que se habían mostrado cínicos, antes de que ella empezara a cantar, y que esto era una llamada de atención.
Y si, sin duda es una llamada de atención, para todos aquellos que con frecuencia u ocasionalmente, nos hacemos ideas preconcebidas de una persona en base a su apariencia física o modo de vestir. En lo personal me he tenido que morder la lengua o cambiar de opinión con respecto a personas que no resultaron ser lo que yo creía basándome en estereotipos o en mi forma de ser.
Por ejemplo tendía a calificar de superficiales a personas vanidosas; Respecto a fisiculturistas pensaba que le dedicaban tanto a su cuerpo que se olvidaban del cerebro; No podía evitar desconfianza ante las personas tatuadas o relacionar el desaliño con la falta de higiene. Conocer a personas con tales características y advertir que no tienen nada que ver con tales ideas estereotipadas, es digno de reflexión.
Me viene a la memoria otro caso: Cierta ocasión acudí a un congreso de Magistrados Electorales federales y locales. Asistí a unas mesas de trabajo con un tema de mi interés, conocía y sabía de la capacidad de dos de los participantes, el tercero representaría a la magistratura local, ahí lo vi por primera vez, y reconozco que dejándome guiar por su aspecto físico no albergué buenas expectativas acerca de su participación, sin embargo debo admitir que fue la mejor en cuanto, dicción, voz y contenido.
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