Investigación

Palco Tecate pa’ quedarse

Por: Balbina Iga, Carolina Guzmán, Greta López y Sofía Rincón

Fue de forma repentina que los festivales de música pararon en Monterrey y en el mundo entero. Eventos como esos no se volvieron a ver en la ciudad hasta que a una empresa se le ocurrió probar una idea interesante: Lanzar Palco Tecate e innovar con un nuevo concepto de entretenimiento para las masas.

Palco Tecate se ha convertido en una opción para vivir los conciertos presenciales en pandemia. Con más de 600 palcos y 24 conciertos, después de casi un año y medio de pandemia, logró acercar a los fans a los artistas y ser el nuevo concepto “top” de la industria del entretenimiento que recorrió todo México, Sudamérica y Centroamérica gracias a su gran éxito y popularidad.

“Lanzamos Palco Tecate, la gente entendió muy bien el concepto. La gente en Monterrey evidentemente gusta mucho del Parque Fundidora, de todo la ambientación, sentirse seguro ahí adentro y la realidad es que superó las expectativas de todo mundo,” comentó Jesús Flores, dueño de Grupo Apodaca.

Con dos meses y medio de conciertos y una gran mezcla de artistas y géneros musicales este novedoso modelo de entretenimiento conquistó a los regios.

Grupo Apodaca tiene más de 40 años de experiencia en el área del entretenimiento promoviendo y representando artistas a nivel internacional. Han estado a cargo de la producción de numerosos conciertos y festivales como Pa’l Norte.

El amor por los conciertos

El entretenimiento forma gran parte de la cultura en el país y los conciertos son algo que une y entretiene a las personas y verdaderamente se han extrañado mucho este último año.

Pa’l Norte se ha mantenido como uno de los eventos destacados años tras año al ser un maratón de conciertos de los artistas más grandes del momento (Arctic Monkeys, Kings of Leon, The 1975 y Nicky Jam estaban entre los invitados del 2019), pero las razones para asistir iban más allá de solo ver música en vivo.

“Lo que más me gustaba era […] bailar, estar en vivo con la música,” expresa Mauricio de 22 años de edad.

Cuando se habla de un concierto lo primero que se viene a la mente es el ambiente y la gente. El artista es la mayor atracción, pero si se observa desde la perspectiva de la experiencia, definitivamente un buen público hace toda la diferencia.

La adrenalina y el convivio que se vive al estar frente a un escenario, cantando y gritando la letra de esas canciones junto a multitudes de gente desconocida, crea una atmósfera que hace que a cualquiera se le erice la piel.

Sofía de 21 años comparte que lo que más le gustaba [de asistir a festivales] eran los artistas, que hacían muy buen lineup y el ambiente de toda la gente.

“Si se extraña estar entre el tumulto de personas, por el ambiente,” dice Sofía.

Y los sentimientos de Sofía son compartidos por muchos. Más que un evento musical, los festivales eran un evento social.

“A Pa’l Norte iba más porque iba con mis amigas que porque me gustara porque nadamas me gustaban como dos o tres artistas,” dice Valeria de 20 años.

Lo bueno de los festivales es que hay algo para todos.

“Ver a más de un artista, tener así como muchas opciones de comida, osea los foodtrucks, y tener la experiencia padre de ver los diferentes stands que ponían de

las marcas, las experiencias que había” eran otras ventajas de ir a festivales de música, agrega Ana Cristina de 32 años.

Hay muchas razones por las que las personas asistían a Pa’l Norte y a eventos similares. Por esto mismo, la compañía sufrió un golpe duro el año pasado cuando a solo una semana del festival Pa’l Norte, la situación obligó a posponer este evento con incertidumbre y desconocimiento de lo que estaba pasando.

El viernes 13 de marzo del 2020 ese deseo de estar frente a un escenario rodeado por miles de personas desconocidas se apagó. Comenzó una época nueva y desconocida donde nadie sabía lo que sucedía alrededor y lo peligroso que era estar en multitudes de personas.

Esos conciertos y festivales que estaban por suceder se tuvieron que posponer y nadie anticipaba qué la nueva “normalidad” vendría a quedarse.

La llegada de la pandemia llegó de sorpresa y se ha quedado más de lo que cualquiera hubiese imaginado. Esto fue el llamado de reinventar e innovar una nueva manera de llevar a cabo el nuevo concepto del entretenimiento en la ciudad.

“¿Qué podíamos hacer en el entretenimiento que hiciera que las personas se sintieran cómodas, que hicieran que las personas se sintieran seguras de salir y que el gobierno se sintiera con la confianza de poder darnos un permiso y autorización de llevar esto acabo?” fue la pregunta que se propusieron los directivos de Grupo Apodaca (creadores de Palco Tecate) durante los primeros meses de la pandemia.

Desde marzo de 2020 hasta la fecha, esta pregunta ha impulsado la generación de ideas para nuevos conceptos que han revolucionado la manera en que los eventos de entretenimiento se llevan a cabo en Latinoamérica. Aun así, nunca perdieron de vista el alma de la empresa.

“Nosotros estamos dedicados 100% a este mundo de la música, del entretenimiento. Y nuestra responsabilidad es cómo acercar a los fans a sus artistas,” asegura Flores.

Detonaron esta nueva normalidad con el lanzamiento de la primera plataforma digital de streamings de conciertos en México llamada Sala Estelar. Esta herramienta para “shows digitales” tuvo mucho éxito tanto en los eventos privados como en los públicos desde conciertos, obras de teatro, shows de comedia, por mencionar algunos.

En esta misma plataforma se llevó a cabo el primer festival virtual de América Latina que fue Pa’l Norte con más de 500,000 personas conectadas.

Pero este éxito conllevo a la otra pregunta importante qué es: ¿Cuándo volveremos a tener al artista frente al fan cantando en vivo? Ahí es donde sale la idea y se crea el concepto que hoy es conocido como Palco Tecate.

Los conciertos regresan con Palco Tecate

La creación por parte de Grupo Apodaca del concepto innovador Palco Tecate, fue la reactivación de los eventos en México dejando huella tras su implementación.

“Superó las expectativas. Fue un concepto que recorrió, al menos en nuestra industria del entretenimiento, todo México, Sudamérica y Centroamérica y dejó muy buen sabor de boca,” dice Jesús Flores, dueño de Grupo Apodaca.

“Más que un negocio, va más por la esperanza y emoción de regresar,” añade Flores.

Los conciertos antes y después de la pandemia son procesos completamente diferentes, pero al final cumplen su propósito que es disfrutar de la música y el artista.

En el 2018, la asistencia a Pa’l Norte fue de 210,000 personas. Ahora, este número se reduce a 3,500; esté siendo la capacidad permitida actualmente por la Secretaría de Salud y el Gobierno del Estado.

La diferencia en números hizo que tanto el artista como el mercado de las marcas patrocinadas se adaptaran a las nuevas regulaciones de momento para poder hacer estos conciertos posibles.

Estos cambios relativamente grandes en los conciertos antes y después de la pandemia crearon diferentes sentimientos y opiniones hacía los eventos.

Para aquellos que tuvieron la oportunidad de asistir a conciertos y festivales pre-pandemia y al Palco Tecate durante la pandemia, hay más puntos de comparación.

A los entrevistados se les preguntó cuál evento disfrutaron más (si Pal Norte o Palco Tecate) y hay unos que les gustó la experiencia más que a otros.

“En cuanto a mí personalidad, creo que te podría decir que Palco Tecate [me gustó más]. Por qué, pues, no me gusta estar entre mucha gente, pandemia o no pandemia,” comparte Ana Cristina de 32 años.

“En el Palco tienes espacio para moverte, osea puedes bailar. Yo bailé y gocé y nunca me sentí incómoda porque había un desconocido al lado mío,” añade Ana Cristina.

Pero siempre habrá quienes prefieren a lo que estaban acostumbrados.

“Pa’l Norte, porque es toda una experiencia. Tienes los conciertos, tienes los foodtrucks. Es una experiencia más completa,” dice Santiago de 22 años.

“En este caso fue nada más un concierto y, si me la pasé muy bien, pero Pa’l Norte está un poco más padre,” añade Santiago.

Comodidades y precios

Palco Tecate contaba con seis zonas de palcos: VIP, Diamante, Platino, Oro, Plata y Bronce. El costo de los boletos variaba según la sección, la zona VIP era la más cercana al escenario por lo que el precio era aproximadamente de 2,350 pesos por persona, el sitio más alejado del escenario era la Zona Bronce y el monto por persona era aproximadamente de 380 pesos.

“Cada palco tenía una capacidad de 4 a 6 personas y contaban con todas las medidas de higiene necesarias, además se podía disfrutar de un excelente servicio de alimentos y snacks,” expresó Flores.

La transformación de foodtrucks a meseros personales se debió a que se tenía un espacio de militado en el cual se tenía que hacer entrar a la mayor cantidad de personas posibles cumpliendo con los protocolos de sanitización.

“Esto llevó a que la sección de alimentos y bebidas no estuvieran disponibles para las personas con el propósito de evitar las filas y convivencia de gente de diferentes palcos. Así que, se estableció el nuevo concepto de meseros que atendían de 2 a 4 palcos y traían los alimentos y bebidas al palco,” mencionó el dueño de Grupo Apodaca.

La comodidad que se brindó en este nuevo concepto de palcos fue clave para la audiencia.

“Tenías bastante comodidad, que no estabas apretado y que la verdad tenías al artista bastante cerca,” expresó Mauricio de 22 años que asistió al concierto de Mau y Ricky en Zona VIP.

Esta comodidad que brindaron los organizadores fue muy disfrutada por todos, al punto de que regresarían con gusto.

“Mi palco era con salitas lounge, nos dieron cortesías, se veía muy bien el artista… donde estuvieras lo podías ver, estuvo super cómodo y lo deberían de dejar,” compartió Valeria de 20 años que asistió a Piso 21 en Zona VIP.

Aún en los palcos más lejos, la experiencia y el servicio siguió siendo muy bueno.

“Estaba como a la mitad, realmente alcanzabas a ver bien la banda. Se veía muy claro, no te sentías tan lejos. […] Muy cómodo. Las sillas creo que eran de plástico, pero bien vaya, no una silla de [Coca Cola], pero era cómoda y el servicio la verdad súper bien,” comenta Santiago de 22 años que asistió al concierto de Caifanes en la Zona Platino.

En cuanto al servicio, Santiago describió que fue excelente, los meseros muy atentos. Él quedó gratamente sorprendido porque normalmente en conciertos normales el servicio no es tan bueno, pero en Palco Tecate “se lucieron”.

Ambiente y convivencia

El ambiente y la convivencia vivida en Palco Tecate difirió de los conciertos de Pa’l Norte realizados pre pandemia.

Para asistir a esta modalidad de conciertos se tenía que comprar 4 o 6 boletos con personas que tú eligieras estar en tu sección.

Como mencionó Flores, esta medida fue hecha para que cada persona utilizará este espacio de palcos para ir con las personas que se sintieran cómodas y seguras de ir, por el tema de cuidados de Covid.

“Tú estás con la gente que vas, tus amigos, tu familia, con quien sea, y estás en el palco conviviendo con ellos y no es lo mismo que estar en un concierto o estar sentada en las gradas o en el pasto sentada como era antes Pa’l Norte. En pocas palabras es más convivencia,” platica Rosy de 24 años, que asistió a Ha-ash.

Por otro lado, Mauricio de 22 años que fue a ver a Christian Nodal comenta que a él le gusta más la experiencia de estar en cancha bailando con todo el resto de la gente que asistió al concierto y no solo con la gente con quien él fue.

Distintas maneras de ser y gustos personales hacen que cada persona viva este tipo de convivencia más cerrada e íntima con la gente que va, para que sea positiva o negativa hacía la experiencia en comparación a un concierto “regular” o “de antes”.

“Yo no aguanto tanto el tumulto de gente, entonces me sentí más segura en Palco Tecate,” dice Valeria de 20 años que asistió a Mau y Ricky y Piso 21.

Pero también agrega que para futuros conciertos, le gustaría que hubiera una sección de palcos y una general. O sea, que, para ella, tener ambos tipos de opciones en un mismo evento son bien recibidas.

En esta modalidad, por cuestión de permisos y cuidados contra contagios, sólo se ofrecieron los palcos. Pero ¿será que marque el preámbulo de que en un futuro se pueda dar la opción de elegir tu palco o estar en “área general” en conciertos en espacios al aire libre? Hay muchos que estarían a favor.

“No me gusta estar entre mucha gente, osea a la hora de que estás en el concierto escuchando al artista pues tienes a mucha gente a tu alrededor. Eso a mí nunca me ha gustado; pandemia o no pandemia,” expresa Ana Cristina de 32 años que asistió a Christian Nodal.

También comentó que en los palcos tienes más espacio para moverte y bailar. Dice que gozó y nunca se sintió incómoda porque no tuvo ningún desconocido a su lado.

Quitando el tema de Covid a un lado, aún en un panorama donde la “sana distancia” no sea un factor, para las personas que por seguridad y por espacio personal prefieren disfrutar de eventos en espacios no congestionados, los palcos son una muy buena opción.

La joven Sophia de 20 años que fue a ver a Polo & Pan relaciona la experiencia de estar en palcos con tus amigos con una vivida en una convivencia social de discoteca.

“Me daba antro vibes de que ya sabes como si fueran de que las mesas y así, y cada quien estaba con su bolita estaba padre. Vas como si fuera a un antro pero con banda en vivo,” ella agrega.

Esta versión de un concierto hace que se fusione el concepto de asistir a un festival músical con el de ir a bailar y tomar con un grupo de amigos. La creatividad aplicada a las “nuevas normalidades” crean estas combinaciones novedosas, que en este caso, fue bien recibida por el público.

Victoria para los palcos

Tanto Grupo Apodaca como Jesús Flores están orgullosos del trabajo que han completado.

“Estás contento con que entren 10 aunque antes entraban 20, ¿verdad? Entonces si fue negocio, pero más que el negocio, la verdad es que nos queda la satisfacción de haber reactivado esa parte de haber empezado nuevamente con los shows,” comparte Jesus Flores.

Los palcos se han visto bien recibidos y apreciados por los asistentes. Aunque no necesariamente es lo ideal para todos—ya que hay quienes sí extrañan las multitudes—se halla un consenso de que los palcos son mejor que la alternativa de no tener conciertos.

La pandemia trajo consigo muchos cambios, la modalidad de conciertos siendo un evidente ejemplo, pero algo que nunca cambió fue el amor Norteño por la música.

La oportunidad de regresar a conciertos, en cualquier forma de que eso sea, es algo que muchos aprecian.

“[Palco Tecate] se me hizo una buena oportunidad de volver a un concierto sin tanto riesgo de contagiarme y de ver una banda que adoro,” añade Santiago de 22 años.

Editora general: Balbina Iga Martínez

Este reportaje fue realizado por alumnas de quinto semestre de la carrera de Licenciado en Comunicación del Tecnológico de Monterrey como parte de los proyectos finales que trabajaron con La Talacha Noreste como socio formador.

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