Producción Periodística Convergente
En muchas regiones del mundo, la mayoría de los teatros han mantenido sus puertas cerradas desde que comenzó la pandemia de Covid en Marzo del 2020. Esta situación fue una sacudida de realidad para gran parte de los trabajadores dentro de este ámbito cultural, tal es el caso de Renán Moreno, actor profesional en Monterrey, quien nos cuenta que nadie pudo haberse preparado para algo así, en especial las personas que trabajan en el área del entretenimiento.
“No podíamos salir, no podíamos ensayar, no hay ingresos económicos desde hace más de un año; entonces eso nos afectó totalmente en todos los aspectos y aparte no nos podemos juntar a ensayar porque es peligroso, no nos podemos juntar a dar función porque es peligroso”, comentó.
La primera obra de teatro en la que participó el actor profesional Renán Moreno, fue en una Pastorela de la Iglesia del Refugio a sus 15 años de edad; esta pastorela fue una llamada de acción para el joven Renán. De pequeño, Moreno era muy tímido, por lo que nunca se le hubiera pasado por la mente participar dentro de las artes escénicas. No fue hasta que entró a cursar su carrera de Comunicación en la Universidad Regiomontana (U-ERRE) que comenzó a perder el miedo de presentarse frente a un público.
Varios años después, Renán Moreno ahora es un actor profesional en Monterrey.
Actuando en obras de teatro desde hace 36 años; ha sido el protagonista de las 2 obras con más presentaciones ininterrumpidas en Monterrey: ‘Claudio… ¿Eres eso?’
Y ‘Acá, las gorditas’. Incluso ha incursionado en todos los géneros teatrales, infantiles, musicales, pieza, drama y sobre todo la comedia.
También nos cuenta que enfrentó los inicios de la pandemia encerrándose con mucho pánico, cuidándose de desinfectar todo, de lavarse las manos frecuentemente, siempre usando cubrebocas lo cual fue un descubrimiento tardío porque en un inicio no sabíamos que debíamos usarlos todo el tiempo. Por lo que solo siguió las
indicaciones de salud para estar bien, pero recalca que ha habido muchas pérdidas de familiares y compañeros.
Aunque la mayoría de los adultos de 30 en adelante están vacunados y la reactivación económica va más adelante, todavía hay múltiples teatros cerrados por la pandemia; entre ellos están el Teatro Monterrey, el Universitario, Dramático MX, y el Versalles que cerró sus puertas de manera definitiva en abril de este año.
A pesar de que varios teatros más en Monterrey siguen abiertos, no mucha gente puede asistir a un teatro por el límite de afore constantemente cambiante a causa del semáforo epidemiológico. En las obras que se han dado bajo estas normas del aforo permitido, la audiencia está consciente en todo momento de que portan cubrebocas y además no se relajan completamente por la siempre presente posibilidad de terminar contagiados; encima de esto, los actores corren un riesgo adicional.
Pandemia y su efecto en el teatro
En la actualidad, después de un año y medio de pandemia e intentos de cuarentena se puede ver con claridad el contraste de la modalidad del teatro, la experiencia ahora es completamente diferente a lo que se vivía antes y esto afecta no solo actores sino también al público y a la gente del staff.
Samuel Cepeda, productor de artes escénicas y profesor del Tecnológico de Monterrey, platica sobre cómo su compañía tuvo que diseñar un proyecto que no tuviera mucha gente en el escenario pensando en la seguridad de la misma. Sólo había dos actores en escena, el director, tres personas en el área de asistencia de producción y Samuel, trabajando en todo el montaje. Ese fue su segundo intento de adaptarse a la pandemia.
Tuvieron que tomar la difícil decisión de poner a los personajes en el escenario sin cubrebocas, ya que en ese momento se encontraban en semáforo verde, pero hubo un brote de Covid en la compañía que hizo que reflexionaran esta decisión e implementaran el uso de cubrebocas en el escenario, y además, también pensaron en reducir la producción aún más y presentar sólo monólogos.
“El teatro Dramático MX cierra después de un brote de covid entre las 5 compañías que estaban funcionando durante la temporada de verano.” comentó.
Ahora que lentamente está integrándose el público al teatro presencialmente, Balbina Iga, estudiante del Tecnológico de Monterrey con experiencia de teatro dentro del mismo, nos comenta que los teatros de Monterrey lo único que están pidiendo son aforos reducidos y que el público use cubrebocas todo el tiempo.
“Antes había mucha libertad, podías tener a cuanta gente quisieras en una producción, y ahorita pues, aún si no hay un límite obligatorio, redujeron la cantidad de gente que está en una producción, nomás para no tener todo el tumulto de gente, aún si todos los de staff tienen su cubrebocas y así… quieren tener la menor gente posible para disminuir la probabilidad de contagios.” agregó Balbina.
Renan Moreno agrega que el nuevo formato en línea obviamente afecta al teatro pues es muy frío, mecánico y hueco: “No tienes la interacción con el público que a veces te contagias de la risa, a veces pues vivir la experiencia de asistir a un teatro, de comprar tus palomitas, de ver gente, de socializar…”. Iga nos mencionó también que en Estados Unidos, las producciones de Broadway van a pedir certificados de vacunación, además de cubrebocas y aforos reducidos.
En dicho país, las campañas de vacunación llevan desde inicios de este año, por lo que hay más gente vacunada que en México.
Teatro COVID contado por el personal escénico y el público
El teatro se desarrolla, principalmente, a base de la conexión humana, ese intercambio entre el actor y el público. Eso es lo que hace que la pandemia sea tan difícil para esta industria, porque se ha privado de ese intercambio que inspira su trabajo. Es por esto que la industria de las artes, como muchos otros sectores, se ha visto obligada a adaptarse para sobrevivir.
Los teatros a nivel local y en el extranjero están transmitiendo en línea contenido pregrabados, pero es evidente que las actuaciones grabadas, sin importar lo bien que estén hechas, siguen siendo programas en vivo que fueron grabados. Los “lenguajes” del teatro y el cine y los medios digitales son diferentes, así como el posicionamiento de la audiencia y las experiencias de inmersión en cada medio.
Los artistas y las instituciones han intentado, y siguen intentando, traspasar la capacidad de conectarse con la energía de una audiencia en vivo a un teléfono celular o una pantalla de computadora. Renan Moreno comenta que ellos también tuvieron que hacer cosas por streaming y por Zoom:
“Realmente no nos gusta porque realmente el teatro debe de ser en vivo, tienes que ver al actor ahí en vivo diciendo las palabras, sudando, estando en comunicación contigo y lo grabado siempre es un tanto frío. Nos tuvimos que adaptar; en el futuro de teatro pues yo creo que va a ser híbrido, va a haber cosas grabadas, cosas que son en vivo pero transmitidas, y otras presenciales, entonces nos estamos adaptando a las consecuencias.”, comentó el actor.
También nos comentó sobre la vida normal que se llevaba en el teatro en esta ciudad antes de la llegada de la pandemia: “29 años estuve todos los fines de semana haciendo funciones y a veces entre semana y bueno con la situación actual… nadie estábamos preparados para una pandemia”.
De igual manera, Susana Alanís, creadora escénica, explicó su experiencia mencionando: “El año anterior estuve en tres producciones, y en 2020 retomé un par de funciones de estas otras que habíamos tenido el año anterior”.
Como cualquier sector laboral, todos estaban viviendo sus vidas completamente normales con sus respectivos altibajos naturales, superando situaciones día con día sin tener en cuenta el enorme suceso de salubridad que estábamos por vivir y que cambiaría por completo la normalidad en la que nos hemos estado desenvolviendo diariamente.
“No te voy a mentir, por supuesto que nos deprimimos; todos pensando que es el apocalipsis y que todos nos íbamos a morir, etc. Obviamente ya no tuvimos funciones” expresó Susana Alanís. Incluso Renan Moreno agregó “Bueno pensamos que era como de ciencia ficción al principio no sabíamos que era una realidad tan fuerte, cuando veíamos las noticias de que China y que España y que Italia y que infectados y que muertos en la calle, lo veíamos como algo irreal, pero a las semanas llegó a México, llegó a Monterrey y tuvimos que suspender todo.”
Algunos teatros han intentado salirse de la nueva normalidad de las transmisiones en línea y ofrecer algo diferente. Susana Alanís menciona que César Aristóteles propuso una obra de teatro vía WhatsApp, que recibió opiniones y comentarios encontrados.
También nos contó acerca de una compañía en Alemania que montó una obra en un estacionamiento, y veían las escenas dentro de su carro donde el audio de la puesta en escena se conectaba por medio de bluetooth a las bocinas del auto.
Cuando Alanís y su equipo hicieron un montaje de teatro en línea, batallaron con diferenciar su teatro en línea con un cortometraje, ya que es una situación rara y ella sabe que son cosas completamente diferentes y se deben de abordar de tal manera.
Desde el punto de vista de Susana, el actuar desde otro lugar fuera del escenario fue muy complejo. Menciona que lo único que pudo hacer fue un teatro de títeres ya que ese era el público que tenía: dos espectadores; esa fue su actuación del 2020.
También, ella se dedicó a dar pláticas desde su punto de vista de actriz, y además la invitaron a varios programas a conversar sobre el tema del teatro en tiempos de covid.
Además, agrega que ella y sus compañeros se cuestionan a sí mismos cuándo iban a regresar al escenario; ya que este se había convertido en las pantallas pero no era para nada la misma sensación que pararse en el mismo. En palabras de Alanís: “(…)
Me siento más libre en el convivio, me siento más libre y me siento también más creadora”, agregó.
Sin embargo, ella también cree que se comenzó a generar una cultura visual distinta ya que, aunque estuviéramos conectados vía redes sociales en todo momento, cuando los doctores y distintas figuras de autoridad dicen que uno ya no puede trasladarse a otro lugar, la única manera en la que puedes vivir y socializar es a través de las pantallas; ésta situación hizo que la gente que regularmente iba al teatro extrañara el convivio.
Samuel, esposo de Susana, también nos habla acerca de la desigualdad entre actuar en teatro que actuar para cámara; cualquier actor al que se le pregunte, todos van contestar lo mismo: “Son entrenamientos diferentes en todo el sentido de la palabra hay una infinidad de cualidades que el actor tiene que adecuar para poder estar frente a una cámara o dentro de un escenario”, comentó.
En palabras de Cepeda, cuando se habla de producir teatro en línea, uno podría grabar la obra de teatro y el actor no tiene idea de que se está filmando, o el actor está consciente de que tiene una cámara encima y no está consciente que ésta está grabando.
Pero esto levanta la pregunta: Bueno, ¿esto es teatro o es un cortometraje? Esta pregunta importa porque todo el trabajo de dirección, producción y diseño de arte depende de esa decisión, porque el público está esperando que le ofrezcan una experiencia diferente a la ya recibida por medio de servicios de streaming como Netflix, Amazon Prime, Hulu, Claro Video, etc.
Aunado a esto, el actor Renan Moreno no sabe si el teatro en línea le sube o le baja la calidad al mismo, dice que simplemente es otra forma de transmitir el teatro que en su opinión no es teatro. “Se convierte en teatro grabado que es como si fuera televisión, o si fuera cine; el teatro tiene que ser totalmente en vivo”, explica el actor.
Él comenta que desde su perspectiva como actor teatral es muy frustrante actuar para una cámara porque están acostumbrados a actuar para un público. “Cuando los actores que trabajamos en una sala donde hay butacas, que llega la gente, que los escuchas reír, toser, comentar algo, disfrutar cada momento, aplaudirnos, para nosotros es muy frustrante trabajar para una cámara que es fría, es hueco”, expresó Moreno.
Asimismo, dice que a veces uno hace comedia, pero no hay respuesta porque no hay risa, se queda la intención porque no se sabe si la gente se está riendo del otro lado se la pantalla; no se sabe si el ritmo que se está llevando sea el adecuado. En sus palabras: “Es muy feo hacer teatro por streaming.”
Desde una perspectiva similar, Balbina Iga comenta que trabajando con el staff de teatro del Tec de Monterrey el cambio a formato digital sí fue raro porque “nos fuimos de estar ahí presencial ayudando como pudiéramos a, como si fuera una grabación
de video porque tienes que ayudarles a grabar las tomas y cosas así”, agrega la estudiante. También le fue raro porque antes se esperaban los cambios de vestuario, pero ahora se transformó a tener que asegurarse que el encuadre esté bien hecho para la toma, asegurarse de que no haya problemas de iluminación, etc.
En cuanto al teatro en línea, Balbina también opina que sí le quita calidad, ya que el teatro siempre ha sido muy grande, de vestuarios grandes y de sets grandes; siempre ha sido algo que toma mucho esfuerzo en la preproducción y en la producción, siempre ha sido a gran escala.
Al hacerlo en línea, se vieron forzados a reducir mucho la escala, y la calidad de video es menor porque muchas veces lo hacen a través de Zoom para poderlo hacer más interactivo con los demás participantes. Los sets se convirtieron en la pared de la habitación de alguien o un set virtual en la plataforma. Iga opina que “no se ve tan bien, pero hicieron lo que pudieron en el momento”.
Nos menciona que ahora en la pandemia se ve que hasta los mismos actores y staff de producción lo hacen, en sus palabras, “half-assed”. Dice que en general, todos quieren que salga bien, pero que este tipo de producción no era para lo que la gente estuviera participando. A causa de que lo tuvieron que hacer en esta nueva modalidad, era hacerlo a fuerzas porque no era lo que uno quería, o no hacer tanto esfuerzo por el simple hecho de que poca gente verá el video.
Comenta también que, al ver el producto final, se ve que está bien hecho y producido, pero no da el mismo sentimiento que verlo en vivo. Uno sabe que no es el mismo trabajo grabar un video haciendo un lip-sync a alguna canción, que estar cantando en un auditorio dentro de un escenario frente a un público.
Balbina, quien también se considera una consumidora constante de teatro, expresó que la experiencia del público antes de la pandemia no solo era entrar a ver la función e irte, conllevaba aún más factores que formaban parte de la experiencia completa de ir a una función de teatro, como comprar alimentos en el área de dulcería, en los intermedios comentar sobre la función socializando con las personas de tu alrededor, entre otras cosas que debido a las nuevas restricciones no son posible realizarlas.
Economía afectada y nuevas oportunidades
El sector cultural y creativo ha sido uno de los más afectados por las consecuencias de la pandemia. El impacto financiero es significativo. Varios teatros han cerrado sus puertas de manera definitiva, algunos de ellos esperan que el gobierno permita más audiencia para poder intentar volver a despegar.
Esto, por consecuencia, también afectó gravemente a la economía de muchos de los trabajadores de teatro. “Yo creo que más nos afectó a nivel económico, más que si hacemos teatro o que si no… porque mucha gente vivimos de eso y mucha gente.
depende de, no tanto de ser actores, sino los directores, los escenógrafos, los de la dulcería, los de la entrada, los que hacen el aseo. Es una industria muy grande la del teatro y sobre todo nuestras familias.” explicó Renan Moreno.
Algunos de los actores y trabajadores que suspendieron sus actividades en el teatro optaron por ampliar sus horizontes y empezar a descubrir distintas pasiones que de alguna manera ayudaron para reducir sus problemas económicos actuales sin dejar de relacionarse con el teatro. Unos empezaron abriendo canales de youtube, otros podcasts y otros incluso entraron en el mundo de la escritura.
La perspectiva con la que estas personas afrontan la situación impacta de gran manera a su desarrollo profesional dentro de la pandemia. Susana Alanís comentó:
“Es el momento en el que tenemos que empezar a ver las limitaciones como una oportunidad para crear.”
También nos contó Susana sobre cómo el sector cultural ha sido muy golpeado por la pandemia, sobre todo porque gracias a la política cultural que tenemos en México, no se le brinda apoyo a los artistas. Ella comenta que muchos de sus amigos artistas no tienen seguro médico, y tampoco tienen acceso a ninguna prestación de seguridad social.
Además, vivir de los ingresos de actuar en el teatro es complicado porque el teatro no paga los ensayos; si uno recibe 500 pesos por función se considera impresionante, y si es una producción muy grande recibiría máximo alrededor de 1,000. Si de por sí este aspecto ya hacía las cosas complicadas, ahora es más difícil no solamente hacer teatro, sino que también sea sustentable.
Por esta razón, muchos actores tuvieron que comenzar a proponer nuevas cosas y generar nuevas formas de recibir ingresos. Susana nos comenta que Renán Moreno retoma la pintura y comenzó a dar clases de la misma, también explica cómo varios de sus amigos actores retomaron la cocina para así vender ya sea tamales, galletas, pasteles, etc, con el propósito de obtener un ingreso para sobrevivir.
Futuro del teatro.
Los teatros han tenido que adaptarse a una nueva normalidad para mantenerse a flote. Algunos han optado por producciones pregrabadas para ver desde un dispositivo, mientras que otros han continuado con producciones en vivo bajo nuevas restricciones para el personal y audiencia. Se han cancelado producciones por brotes de covid y en ciertos casos se han cerrado los teatros por cuestiones de dinero.
Estos cambios se han visto reflejados tanto en los actores y productores como en las audiencias. Las reestructuraciones que se han hecho fueron recibidas con opiniones mezcladas. A partir de esto surge la pregunta: ¿cuál es el futuro del teatro?
Hay quienes opinan que conforme vaya reduciendo el riesgo de contagiarse, las producciones van a regresar a la vieja normalidad. Balbina comenta: “Yo creo que el teatro ya va para la recuperación. Broadway ya va a empezar como si nada; bueno, sí tienen las restricciones de estar vacunado y usar cubrebocas para estar en la audiencia, pero en sí ya van a abrir como normal, ya va a ser de ‘compra boleto, velo a ver, los actores van a estar haciendo su cosa como siempre,’ ya no va a ser algo raro.”
Renán lo compara con la pandemia de la influenza en el 2009. Relata que cerraron los teatros por dos meses y que lograr que el público regresara fue un gran reto.
Después de un año y medio en pandemia, no está seguro si los públicos van a regresar.
“Esa es la única esperanza que tenemos, que el público regrese y con más fuerza y con más número de personas en cada función», expresó Moreno.
También hay quienes opinan que el teatro no va a ser igual que antes. Las diferentes ideas que han surgido durante esta pandemia pueden también ser áreas de oportunidad y ofrecen experiencias distintas a aquellas de una obra de teatro convencional.
Samuel, por ejemplo, dice lo siguiente: “Yo más bien creo que lo que tenemos que hacer es aprovechar esta curva para adaptar lo que teníamos, porque la realidad es que nos ha ofrecido cosas que no teníamos antes y alcances que no teníamos antes.”
El teatro en línea no ha resonado mucho con los públicos, pero lleva poco tiempo desde que se estableció como un método viable. “Tenemos más gente en pantalla que en el escenario; hay logros que se han obtenido a partir de todas las transmisiones digitales que no estaban sucediendo en el espacio físico”, agrega Cepeda.
Las compañías de producción tienen que tomar en cuenta las expectativas de la audiencia al montar una obra. Los públicos se han vuelto menos pacientes y los productores tienen el reto de mantenerlos entretenidos durante toda la función.
“Una de las cosas que decíamos era, a qué espectador nos vamos a enfrentar en la postpandemia: con un espectador ávido por el convivio, crítico en el sentido de que no te va a aguantar una obra de teatro aburrida”, explica Susana.
El teatro ha pasado por muchos cambios durante la pandemia. Se ha adaptado, al igual que su audiencia, a diferentes modalidades y formatos. Hay mucha incertidumbre sobre cómo se va a ver en el futuro. Lo único que se puede decir con certeza es que las artes escénicas no van a morir pronto. Se han adaptado en el pasado, como lo seguirán haciendo. Es como Samuel dijo: “Hay muchos lugares [que] han vivido conflictos bélicos durante muchísimos años que no han dejado hacer teatro, claro se adaptan a la condición de lo que necesitan hacer para estar seguros.
Lo que nos toca es eso, tenemos estas nuevas formas para que en un futuro podamos ser flexibles.”
Este reportaje fue realizado por estudiantes de quinto semestre de la carrera de Licenciado en Comunicación del Tecnológico de Monterrey como parte de los proyectos finales que trabajaron con La Talacha Noreste como socio formador.
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